La ideología de Género


Fuente: Informe "La desconstrucción de la mujer", de Dale O´Leary

El feminismo es una corriente cultural que busca reivindicar los derechos femeninos en un contexto de aceptación de la dignidad de la mujer en cuanto persona humana y la diferencia natural con el varón. Ese feminismo es aceptable. Se suele llamar feminismo de equidad y en general se refiere a la igualdad jurídica y moral de los sexos: tratamiento justo, ausencia de discriminación, etc.

Pero a partir de la década del 50, cuando Simone de Beauvoir expresa “una mujer no nace, sino que llega a serlo” (El segundo sexo, 1949), comienza a gestarse un feminismo cada vez más radical, a contrapelo de la filosofía realista y cristiana, y al cual de ninguna manera podemos adherir, y que constituye una amenaza para nuestra sociedad.

La expresión feminismo de género comienza a ser usada por Christina Hoff Sommers en su libro ¿Quién se robó el feminismo?, para diferenciar el feminismo de equidad; entre el 60 y el 70 se iniciaron estudios de género en Universidades de USA y de UK. El término gender-, teoría de género, se acuñó en 1995, cuando se realizó la Conferencia Mundial de la ONU sobre la mujer en Pekín. El documento final de Pekín establecía una serie de pautas para implantar esa ideología y desde entonces, se ha ido infiltrando y empapando la leyes, las costumbres y la educación.


¿Qué es género? ¿Qué significa? Según el diccionario, la palabra género se refiere a un grupo formado por seres u objetos que tiene características comunes. Así, hablamos de género humano, por ejemplo: un grupo formado por seres vivos que tienen todos características propias, particulares e idénticas.

Pero para las feministas radicales, género significa otra cosa completamente diferente.

El sexo es algo fijado al ser concebido. Hay un determinismo biológico insuperable, nadie puede cambiarlo. Lo que la ideología de género pretende es que el rol, -la conducta que se espera de cada sexo- es algo creado, construido socialmente. No habría ningún hombre natural o mujer natural con conductas exclusivas de cada sexo; no habría ninguna esencia masculina y esencia femenina, ni una forma natural de sexualidad humana. Uno se comporta –dicen- como hombre o como mujer porque así se lo enseñó cultura, la sociedad en la cual vivió y no porque esa conducta responda a ser hombre o ser mujer. No hay para la ideología de género una naturaleza femenina o masculina ni una sicología femenina o masculina. Ser hombre o ser mujer es un rol que cada persona construye; y son construcciones sociales sujetas a cambios voluntarios y no necesariamente definitivos.
¿Por qué alegan que son construcciones sociales? Porque –dicen- que la sociedad espera que un hombre se comporte como hombre y una mujer como mujer, y cada sociedad desarrolla “culturalmente” un estereotipo (esquema) de género, un rol sexual impuesto, con características apropiadas para hombres y mujeres: masculinidad para el hombre; feminidad para las mujeres.


Nadie puede cambiar el sexo; está escrito en el ADN. (Por ello, los estudios de la Sabana Santa de Turín concluyeron que la sangre impregnada en la Sindone era de un ser humano de sexo masculino). Los ideólogos del género admiten esto. Pero lo que a ellos les importa no es de qué sexo eres, sino de qué sexo quieres ser, o cuál sexo crees que eres. Lo que importa es con qué genero te identificas.

Por eso, las activistas de esta ideología definen al género como “la percepción que cada individuo tiene de sí mismo”. De esta manera podrá uno escoger entre los siguientes sexos y sus combinaciones o intersexos:
masculino
femenino
hermafrodita femenino
hermafrodita masculino
mujer homosexual
hombre homosexual
hombre heterosexual
mujer heterosexual
hombre bisexual
mujer bisexual
hombre homosexual
mujer homosexual
transexual


Dicho de otro modo:
los ideólogos del género pretenden que cada persona -que existe sólo como varón y mujer- elijan arbitrariamente a qué género quieren pertenecer, independientemente de su sexo biológico; que cada uno construya su sexo sicológico o género para lo cual hay que de-construir la sexualidad y autoconstruir una nueva (de allí la frase de S. de Beauvoir)

Notemos estas expresiones tan caras a estos ideólogos:
identidad de género
preferencia sexual (el sexo por el que cada persona se siente atraído)
opción sexual
expresión de género
filosofía de género
teoría de género

En  realidad no es una teoría porque no hay demostración de sus postulados; es una ideología, una visión reduccionista de la realidad con la que se quiere explicar todo lo que sucede. Ni es científica: cuando los datos de la realidad contradicen sus postulados, ignoran los datos



Por todo lo dicho nos vamos dado cuenta de que estamos ante una negación de la naturaleza humana.


Esto no es nuevo. Se trata de una vieja corriente filosófica que impregna toda la modernidad y que se llama nominalismo. Esta corriente niega que exista una naturaleza de las cosas: nuestros conceptos son construcciones mentales y no existen en la realidad independientemente de nosotros. Lo que concebimos por esta mesa -una tabla con cuatro patas que sirve para apoyar cosas- es un producto mental; le llamamos mesa, pero podría llamarse diferente y ser otra cosa. Al ser un producto mental, el concepto es variable, depende del devenir de la historia y la cultura.

Esto se opone al realismo filosófico. El realismo nos dice que podemos conocer lo que las cosas son, y podemos formarnos un concepto de ellas, y fijar leyes en base a ese concepto, y establecer cuáles son las características necesarias y suficientes para que una cosa sea lo que es y no sea otra cosa. El sentido común nos dice, por ejemplo, que un perro es un mamífero carnívoro que ladra. Si le falta una de esas características no es perro, no puede ser perro. Las características necesarias para que un perro sea perro es que sea mamífero carnívoro que ladra. Cada perro podrá cambiar, pero la esencia o naturaleza perro, no. Si la esencia cambiase, si perdiera una sólo de sus características necesarias o la cambiase por otra característica, ya no sería perro, sería otra cosa. Por eso decimos que el hombre muerto, no es hombre; es cadáver de hombre pero no hombre; y por eso Aristóteles, y después Santo Tomás, dirán que las esencias de las cosas son como los números; la suma o la resta cambian la especie: un 6 al que se le agrega un 1, no es un seis más perfecto, es un 7; un 6 al que se le quita un 1, no es un seis disminuído, es un 5. Otro número, otra cosa. Igualmente con el perro, con el hombre, con el sexo.

El nominalismo niega que exista una naturaleza de las cosas, una esencia de las cosas.

Al negar la naturaleza humana, una esencia humana, el paso siguiente es negar que la distinción de sexos sea natural; no hay una esencia masculina o femenina, una forma de sexualidad masculina y una femenina, ni siquiera -afirman- hay una sexualidad humana. Nada es natural, nada inmutable, todo es fruto de una construcción mental, histórica, sociológica, y por lo tanto, cambiante. Son teorías construccionistasconstructivistas: todo puede ser de-construido y construido. Es la filosofía del puro cambio.  Vamos viendo, entonces, que sustituir la palabra sexo por género, no es inocente, no es una simple evolución del lenguaje: es una amenaza para la sociedad, lo que llamamos con propiedad  subversión del lenguaje.

Analicemos uno a uno el léxico de género:

·        opción sexual
Aquel hacia el cual uno se siente atraído. Esto es una contradicción. Se presenta como opción la homosexualidad, la transexualidad, pero luego dicen que son tendencias irreformables; entonces no son opciones: las opciones son voluntarias. O sea, la sexualidad o es biológica o es opcional. Qué quieren decir con opcional: que no viene determinado por la biología. Pero sabemos que no es así. Por naturaleza, toda persona humana es masculina o femenina; no hay otra identidad sexual fuera de esas dos, porque la identidad sexual no es objeto de libre elección. No se puede elegir ser de un sexo o de otro. Se es de un sexo determinado.

Se puede probar con el testimonio relatado en el libro El niño que era niña, historia de un caso verídico. En 1967 un par de gemelos de ocho meses fue llevado a un hospital de Canadá para corregir una fimosis (estrechamiento congénito de la piel del prepucio). Cuando estaba operando uno de ellos, el bisturí eléctrico se quemó por un cortocircuito y destruyó el pene del bebé. Los desolados padres fueron aconsejados a consultar a un famoso siquiatra, el Dr. Money que tenía la teoría de que la orientación sexual no obedece a un determinismo genético sino a la cultura; que la sexualidad es neutra al nacer y que se vuelve diferenciada en masculina o femenina con el paso del tiempo según la determinación cultural. Basándose en sus hipótesis había realizado varias operaciones de cambio de sexo. Con el consejo de Money, el niño fue castrado y se lo proporcionó órganos femeninos artificiales; asimismo Money supervisó la crianza y educación femenina del niño que creció como mujer sin saber nada de su verdadera historia, creyendo que se lo sometía a tratamiento por una malformación femenina y que por ello se le aplicaban hormonas. Sin embargo, el niño sentía un rechazo -inexplicable para él- hacia la educación femenina y una creciente repugnancia hacia el Dr. Money. Desarrolló una fase depresiva, tuvo intentos de suicidio; su gemelo -que también ignoraba todo- sufrió trastornos de rendimiento y adaptación social. Cuando  el Dr. Money intentó practicarle una última operación correctiva de identidad femenina, el niño se negó rotundamente. Se intentó convencerlo por medio del ardid de presentarle a una mujer tratada por él, pero el muchacho se dio cuenta de que no era una mujer, sino un transexual, un hombre operado y se puso frenético. Le dijo a sus padres que si lo obligaban a ver al Dr. Money otra vez se suicidaría. Los padres, esta vez bien aconsejados, resolvieron contarle a su hijo toda la verdad. Conclusión: el muchacho se dio cuenta de que sus instintos masculinos no eran una rareza; sentía atracción por las mujeres, rechazaba la educación femenina, rechazaba a los hombres, porque era un hombre, a pesar de la educación y las cirugías y las hormonas. Se cambió el nombre femenino por David, sufrió un largo y penoso tratamiento (mastectomía, faloplastía, hormonas, etc.) pero antes de cumplir 40 años se suicidó.

Esta historia verídica muestra que el sexo no pude elegirse, ni construirse, es dado por Dios al nacer. Y cambiarlo puede traer consecuencias trágicas.

·        Rol
La sociedad espera que un hombre se comporte como hombre y una mujer como mujer; que cada uno desempeñe su rol. Pero la palabra rol transmite la sensación de algo artificial, impuesto a la persona. Usan esa palabra para distorsionar los términos de la discusión. Es cierto que cultura y tradición influyen sobre el modo en que la mujer cumple, por ejemplo, con la responsabilidad de la maternidad; pero no hay un rol de madre, hay una vocación a la maternidad. Cuando una mujer concibe un hijo, ésto le plantea responsabilidades que afectan toda su vida y no representa el papel de madre: es una madre. La vocación, es un llamado auténtico a ser lo que somos.

·        identidad de género
Identificarse  con el sexo opuesto al que se tiene. Algunos simplemente quieren ser de otro sexo y se dejan engañar por cirujanos que les convencen que esto es posible. Simplemente se mutilan o se colocan implantes.
Pero otros llegan a creer realmente que la naturaleza se equivocó y que les dio un cuerpo de un sexo y un cerebro de otro. Pero no saben qué es ser de otro sexo y la mayoría sólo pueden presentar una imagen estereotipada de lo que ellos creen que es el sexo deseado; para ello monitorean permanentemente sus gestos y amaneramientos para imitar aquellos del sexo deseado y terminan representando un grotesco.


·        polimorfismo sexual
No hay diferencias sexuales, no hay dos (poli) formas de ser sexual; el ser humano nace sexualmente indefinido y no siente atracción hacia el sexo opuesto. Ese deseo polimorfo es una imposición socio-cultural y por eso es perverso (perversidad polimorfa)


·        heterosexualidad obligatoria- sexualidad binaria (sólo dos sexos):
Se fuerza a las personas a creer que los sexos son complementarios y se atraen unos a otros; se obliga culturalmente a ser heterosexual. y se reprime la homosexualidad Si la sociedad no hubiera reprimido esta tendencia, la evolución se habría encargado de procurar que la interacción sexual de personas de igual sexo pudieran asegurar la conservación de la especie.


·        hegemonía
ideas universalmente aceptadas, pero que en realidad son construcciones sociales, como la diferencia sexual.


·        homofobia
prejuicio contra los homosexuales


·        Patriarcado-patriarcal
Sistema hegemónico de control masculino sobre la mujer, los hijos, la sociedad. Interpretan la relación de los sexos en clave de dominación de uno por el otro. Es una interpretación neo marxista de la historia. Recordemos que Marx decía que la historia es lucha de clases, lucha de opresores y oprimidos. Engels -el inspirador de Marx-, decía que el matrimonio monógamo es la primera opresión de una clase (el sexo femenino), por otra (el masculino). Para los marxistas, lo que debían hacer los revolucionarios era tomar el control de los medios de producción, y acabar con el privilegio de la clase opresora para lograr una sociedad sin clases. Por eso las feministas de género piden que las mujeres se alcen en revolución, se apoderen del control de la reproducción, (control de la fertilidad humana) y acaben con la distinción de sexos. De una sociedad sin clases a una sociedad sin sexos.

Para la cosmovisión cristiana, no hay superioridad de un sexo sobre otro. Hombre y mujer, creados a imagen y semejanza de Dios, son iguales en dignidad y complementariamente diferentes. Sus naturales peculiaridades específicas deben ser puestas al servicio del otro para el enriquecimiento mutuo. Lo sabe por experiencia cualquiera que tenga un matrimonio bien avenido, una familia armónica. El varón y la mujer son dos rostros, dos realizaciones de lo humano. Muchas perfecciones femeninas son realizadas también por el varón y viceversa. Esto no debe sorprendernos pues varón y mujer poseemos las misma facultades además de la misma dignidad. Pero varón y mujer, cada uno tiene su propia especificidad, su propio matiz, que se pone de manifiesto naturalmente, en el actuar complementario y recíproco de todas las realizaciones humanas. Por eso, mirar el mundo desde una perspectiva masculina-machista o femenina-feminista es incompleto, unilateral. Repito: varón y la mujer son dos rostros, dos realizaciones de lo humano.

Pero esa realización no se agota en la procreación.. La posibilidad de engendrar no es la única razón por la cual Dios creó la diferencia entre los sexos. Ser mujer u hombre no se agota en ser madre o padre. Ser mujer, y ser hombre genera en cada sexo disposiciones especiales -un genio femenino, un genio masculino- que los colocan, a cada uno, en aptitud de cumplir con su vocación. Así el genio femenino es más suave, tiende a la interioridad, a acoger al otro, a protegerlo, es intuitivo; el genio masculino es más extrovertido, más concreto, más cerebral. En las situaciones diversas de la vida, en el trabajo, en el estudio, en la vida religiosa, en el arte, todas  las personas –que son sexuadas- se manifiestan según ese genio. ¿Por qué? Porque la sexualidad es una perfección que atraviesa todas las dimensiones de la persona humana. Por eso educación sexual no es sólo enseñar cómo funciona el aparato reproductor o cuáles son los métodos anticonceptivos  o cómo se usa el método Billings. Educación sexual es educar en las virtudes, en la estética, en los hábitos, en las costumbres, en el modo de hablar y de vestir. Es la educación del gesto, de la mano, del hablar, del jugar....



·        salud reproductiva
es la expresión con que se refieren al “derecho” a la ligadura de trompas, uso de condones, de la píldora, píldora del día después, de DIU, esterilización, aborto.



Estrategias del lobby gay para difundir su ideología: La agenda Gay

* no piden tolerancia a la homosexualidad; exigen plena aceptación de sus postulados.

* descalificación de la heterosexualidad: existen grupos lésbicos que consideran que toda penetración heterosexual constituye violación por ser invasión del cuerpo femenino.

*   pedir apoyo oficial para establecer los llamados derechos reproductivos (aborto, ligadura de trompas, anticoncepción, fertilización in vitro, esterilización, etc. con fondos del estado)

* exigir derechos homolésbicos.

*  copar la producción artística. Nótese que en todo programa de chismes del espectáculo hay un gay; en las novelas se muestran relaciones homosexuales. La idea es que la homosexualidad sea vista cono cotidiana, normal y simpática.

*  orientar la educación de los niños hacia áreas no convencionales para que no se vean involucrados en actividades típicamente masculinas o femeninas, sino neutras.

*  educación sexual a edad muy temprana y al margen de los padres, a cargo del estado.

*  desestabilizar la familia. Para la ideología de género la familia esclaviza a la mujer y condiciona a los hijos para que acepten la familia, el matrimonio y la maternidad cono algo natural, perpetuando la esclavitud femenina. Por tanto hay que destruir la familia. ¿Cómo? Evitando que la mujer tenga la opción de quedarse en casa. Reconocen que si la mujer tiene esa opción, la de quedarse en casa y criar los hijos y al marido, elegirá esto. Lo admiten: si la opción existe, la mujer eligirá esa opción, por la tanto no hay que darle esa opción. Dicho de otro modo: no quieren que la mujer siga la vocación de mujer, quieren imponer su esquema; son totalitarias. No se permite a la mujer decir que disfruta quedándose en casa, que no se siente sojuzgada si le cocina al marido el plato favorito o si tiene que ayudar a los hijos con los deberes escolares. La familia siempre será una carga. Es la dictadura de la mujer liberada: se me da la libertad de elegir entre la profesión o el hogar, pero si elijo esto soy ridiculizada. Es común que cuando a una mujer sin trabajo o profesión específica le pregunta ¿qué hacés? responda: “No hago nada, soy ama de casa”. La cultura feminista ha prendido tanto que el ama de casa se siente acomplejada.

*  desestigmatizar el concubinato. Vivir en pareja ahora es corriente, queda bien, es moderno, mucho mejor que casarse.

*  depurar el lenguaje en los medios de comunicación. Inundar los medios con palabras como género, derechos reproductivos, opción sexual.

* cambio del lenguaje: se bombardea a la opinión pública con una palabra vaciada de significado y al poco tiempo uno comienza a utilizarla con el nuevo significado. La palabra pareja ya no significa dos de algo: se equipara a matrimonio, novios, concubinato, etc. ya sea de personas hetero u homosexuales. La palabra mujer, puede referirse a una mujer o a un travesti, o a un transexual. Cada vez que nos referimos a Florencia de la V tenemos que esforzarnos en decir él. ¿por qué? Porque nos cambiaron el lenguaje. Este ejemplo nos lleva a otra estrategia:

* insensibilizar al público. Cualquier comportamiento empieza a considerarse normal si se satura al público: prácticamente no existe programa cultural, o periodístico o de moda, o de cocina, o manualidades, donde no aparezca un gay opinando, mostrando sus habilidades, polemizando, etc. Las novelas, los programas de humor, las series, etc. muestran modos de vida gay o bisexual

*  presentar a los gay como víctimas y satanizar al oponente. Se machaca que a García Lorca lo mataron por ser gay; que al adolescente de Villa Dolores no lo dejaban operar; que a Mariela no le permitían adoptar a los hijos que había criado tan bien. Por otra parte, los que se oponen a la vida disoluta son ridiculizados y atacados, se los acusa de pedofilia, de fascismo, etc.

*  ecologismo: las feministas son fuertes aliadas de los movimientos verdes. Bajo la fachada de la defensa del medio ambiente, se mueven intereses poco ecológicos. Casi todos los movimientos ambientalistas, como Greenpeace, por ejemplo, se manifiestan a favor del aborto y destinan fondos a  campañas favorables al aborto. Para los ambientalistas radicales, es más importante el planeta Tierra que el hombre que la puebla, y por eso están a favor del aborto, porque para que la tierra viva saludable, sin polución, sin tala de bosques, con suficiente comida, etc. tiene que haber menos seres humanos. Y además, para que haya menos gente, conviene que la conducta sexual no termine en más población, de allí que se promocione la homosexualidad.

*  atacar la religión: para las feministas, la religión es la causa principal de opresión y critican a los que llaman fundamentalistas; llaman así a quienes defienden el orden natural y que son la mayoría de las religiones. Pero atacan principalmente a la religión católica, por “abusiva”: el dios cristiano abusó de su hijo enviándolo a la muerte. Detrás de la divulgación de los casos de pedofilia- verdaderos o inventados- está el lobby gay. No se sabe que denuncien casos de pedofilia en otros grupos religiosos; nunca mencionan el caso del rabino Marshall Meyer, por ejemplo.

Algunos grupos incluso proponen una re-imagen de la religión opuesta a la machista con una diosa Sabiduría.



Conclusión

Esta ideología es un sistema cerrado; no hay forma de argumentar con él pues no puede apelarse ni a la naturaleza, ni a la razón, ni a la religión, ni a los valores, ni a la experiencia, ni a la ciencia biológica. Su actitud es sectaria: lo que se oponga a su esquema es desechado por fundamentalista, retrógrado, oscurantista, imperialista.... Es una actitud manipuladora.

Algunas vertientes de esta ideología son ateas; otras son abiertamente antiteas, anti Dios, combaten a Dios.



Si nosotros no nos decidimos a cambiar el rumbo de los acontecimientos, estos nos pasarán por encima como una ola. Por ello debemos difundir lo que realmente significa la ideología de género, comunicar ideales y valores cristianos, y fortalecer la familia.