Aguinaldo 2016:Ficha N° 1




“Italia, Europa y el mundo en estos dos siglos han cambiado mucho, pero el alma de los jóvenes no ha cambiado: también hoy los muchachos y las muchachas están abiertos a la vida y al encuentro con Dios y con los otros, pero son tantos los que están en peligro de desánimo, de anemia espiritual, de marginación” (Papa Francisco a nosotros, Familia Salesiana – 2015)

“de la admiración al conocimiento y del conocimiento a la intimidad, al enamoramiento, al seguimiento, a la imitación”  (Padre Pascual Chávez – 2010)



El Bicentenario del nacimiento de Don Bosco nos ofreció una nueva oportunidad para reflexionar sobre su historia, profundizar en sus estilos pedagógicos y resaltar los rasgos de su espiritualidad. El programa propuesto por el Padre Pascual Chávez, interconectó la historia, la misión y la espiritualidad salesiana de los orígenes, logrando mostrar desde una nueva perspectiva lo que significa vivir con pasión nuestra vocación salesiana. Nuestra vocación nos presenta una historia de amor entre Dios y una vida concreta, que puede ser la de cualquiera de nosotros. Si valoramos sinceramente los orígenes de nuestro carisma, donde está dibujada nuestra vocación salesiana, y manteniendo la unidad como base podremos proyectar la misión juvenil que como Familia Salesiana hemos recibido, y dejaremos ver claramente la espiritualidad de la que nos nutrimos. El Aguinaldo deja ver la riqueza de la Familia que formamos. Es el instrumento que nos ayuda a estrechar lazos de comunión y compartir caminos de misión, impulsados por el Espíritu Santo que, en la Iglesia de este tiempo, nos estimula para recorrer creativamente nuevos caminos.

Todo lo expuesto se resume en el lema escogido para este Aguinaldo:
“Con Jesús, recorramos juntos la aventura del Espíritu”.
Nuestro Aguinaldo nos habla de Dios y Jesucristo que son el fundamento de nuestra vida personal y de nuestra Familia Salesiana; pero también habla de nuestra misión, que describimos como “la aventura del Espíritu”; y de nuestra comunión como Familia y como Iglesia, que se expresa como el “recorrer juntos”.
Muchos hemos visto los diversos caminos llenos de vida por donde el Espíritu conduce a nuestra Familia Salesiana hoy en día. Estemos convencidos que el Espíritu Santo está siendo muy generoso con nosotros y por lo tanto espera de cada uno de nosotros la misma disponibilidad que encontró en Don Bosco, Mamá Margarita, Madre Mazzarello, Domingo Savio y toda la gran escuela de santidad de nuestra familia que siguieron a Jesús con radicalidad, dejándose guiar por el Espíritu de Dios.

¡CON JESÚS!
Comenzar CON JESÚS nuestro Aguinaldo es reconocer que Jesús es la puerta de entrada y el centro de toda lo que vamos a reflexionar.
El camino que se nos propone va más allá de una estrategia pastoral; es la confirmación de que sólo con Jesús, en Jesús y desde Jesús, podemos recorrer un camino realmente significativo y decisivo para nuestras vidas.
Si revisamos las diversas llamadas de Jesús en el Evangelio, veremos que siempre, la llamada se dirige con atención e intención a cada persona, al centro de su corazón, y desde ahí hace resonar su invitación a seguirlo radicalmente. De eso se trata la vida cristiana verdadera: comienza de una vocación, del sentirse llamado por el propio nombre. La vida de un verdadero cristiano es, esencialmente, seguir a Jesús.
Tengamos presente y claro que Jesús siempre toma la iniciativa, es Él quien sale a los caminos a nuestro encuentro. Su mirada de elección y su llamada personal pide de nuestra parte de una decisión llena de confianza y abandono en Él. Porque cuando Jesús llama a alguien para que le siga, no le presenta un programa detallado, ni explica motivos y menos admite condiciones. La llamada de Jesús nos compromete en una aventura, en un riesgo. Se trata de seguir su mismo destino sin GPS, ni mapa de navegación. Seguir a Jesús nos va a causar incomodidad, nos exige entrar en acción, no podríamos quedarnos al borde del camino, como meros espectadores que vemos pasar a alguien que nos genera entusiasmo, polémica o disputa.

Las llamadas de Jesús en el Evangelio se han ido repitiendo a lo largo de los siglos, y es la misma llamada que nos ha hecho a cada uno de nosotros y como Familia Salesiana, y la que hace a cada joven que se encuentra con Él, y que desea y decide ser de los suyos. Esta decisión necesita la audacia del discípulo que vence cualquier tipo de miedo y que suaviza las dificultades que trae consigo el seguimiento, como son el rechazo, la exclusión, la incomprensión o los riesgos. Encontrar a Jesús, o para ser fieles a la realidad, ser encontrados por Él, despierta admiración, atracción, fascinación. Pero no podemos quedarnos en esa etapa. Quizá la experiencia que más refleja este seguimiento sea la amistad personal con Jesús, nuestro Maestro. Una amistad que se comprende y se vive como entrega, fidelidad y confianza. Si no logramos llegar a la amistad personal, no podrá haber seguimiento, y todo se quedará en el entusiasmo o en la agotadora laboriosidad. La llamada nos pone frente al horizonte de una verdadera y fascinante amistad, requiere nuestra adhesión cordial a la persona de Jesús y el cambio radical de nuestra vida. El seguimiento y el caminar con Jesús se van convirtiendo en comunión con Él (Jn 1, 31-51); el seguimiento y el caminar con Jesús es también permanecer con Él, puesto que llegamos a una experiencia personal de verdadero encuentro (Jn 15, 14-16). Todo lo expresado será la prioridad de nuestros esfuerzos como educadores y evangelizadores de los jóvenes. El Rector Mayor nos invita a recorrer personalmente este camino, a veces con otros educadores de las diversas presencias de nuestra familia en el mundo, y siempre con los jóvenes y siempre para los jóvenes, un camino de fe donde podremos reavivar nuestra relación con Jesús. Sí, de eso se trata. Dejarnos alcanzar por Jesús, dejarnos seducir no solo por un ideal o una misión, sino por el Dios vivo encarnado en Jesús. Dejarnos transformar poco a poco, por ese Dios apasionado por una vida más digna y dichosa para todos nosotros. Nosotros mismos, y muy especialmente nuestros jóvenes, tienen deseo de Dios y necesidad de Dios.

Y tenemos que estar convencidos de que esta apertura al encuentro con Dios, esta necesidad de Dios, se convierte en el acontecimiento decisivo para todos nosotros, y especialmente para nuestros jóvenes, cuando el Cristo del Evangelio, sin recortes ni adiciones, es experimentado como quien da pleno sentido a la vida, pasando...

Este deseo es un reto educativo y pastoral que debemos afrontar si queremos cultivar y desarrollar una espiritualidad cristiana para nuestro tiempo.
Cuando se intuye esto y comienza a vivirse, la perspectiva personal cambia  muchas veces porque cada uno de nosotros vamos tomando conciencia de la gratuidad de Dios, de que Él nos ha amado y nos ama, y pone su mirada en cada uno de nosotros, sus hijos. Esto nos anima a buscar muy en serio este encuentro que, generalmente, se va dando de manera gradual, que madura, de ordinario, lentamente, con los altibajos de la limitada respuesta humana, que requiere diferentes tiempos y espacios, que implica un proceso de libertad.
El Papa Francisco  compartiendo su experiencia y convicción personal nos invita, a “embarcarse en la aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse buscar y encontrar por Dios” (2013)




Ficha de Reflexión (personal o grupal)

01. Nuestra vocación nos presenta una historia de _______________ entre Dios y una vida _______________.

02. El Aguinaldo es el instrumento que nos ayuda a:
____________________________________________________________

03. El Aguinaldo nos habla de _________ y de __________ que son el _______________ de nuestra vida personal.

04. El Aguinaldo cuando habla de nuestra misión la describe como la ______________________________ y cuando dice “recorrer juntos” se esta refiriendo a nuestra _______________ como __________ y como __________.

05. Al decir ¡CON JESÚS! reconocemos que Él es la __________ de entrada y el __________ de toda nuestra actual reflexión.

06. El camino que se nos propone recorrer será significativo para nuestras vidas si lo hacemos sólo ________ Jesús, ________ Jesús y ________ Jesús.

07. Determinar si las siguientes afirmaciones son Verdaderas o Falsas:
La llamada de Jesús se dirige con atención e intención a cada persona.     (V) (F)
La vida de un verdadero cristiano es, esencialmente, seguir Jesús.  (V) (F)
El encuentro con Jesús no siempre es por iniciativa de Él.                (V) (F)
La llamada de Jesús no pide nada de nuestra parte.                            (V) (F)
Seguir a Jesús nos causará incomodidad, exige entrar en acción.     (V) (F)

08. La decisión de seguir a Jesús, necesita la __________ del discípulo que vence cualquier tipo de ________ y que suaviza las __________ que trae consigo el seguimiento, como son el __________, la exclusión, la ____________ o los riesgos.

09. La experiencia que más refleja nuestro seguimiento a Jesús, es la ________ personal con Jesús. Una amistad que se __________ y se vive como entrega, __________ y confianza.

10. ¿Qué nos pasará si no logramos llegar a la amistad personal con Jesús?
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________


11. El __________ y el caminar con Jesús se van convirtiendo en __________ con Él; es también __________ con Él, puesto que llegamos a una experiencia personal de verdadero __________.

12. El Rector Mayor nos invita a recorrer ____________ este camino, pero siempre ______ los jóvenes y siempre ______ los jóvenes, un camino de fe donde podremos __________ nuestra relación con Jesús.


Sitema Preventivo: ¿Cómo educo el pudor de mis hijos?


P. Miguel A. Fuentes, IVE



El pudor es la tendencia a esconder algo para defender la intimidad de las intromisiones ajenas. Es una “cualidad, en parte instintiva y en parte fruto de la educación deliberada, que protege la castidad. Se realiza lo mismo en la esfera sensitivo-instintiva que en la consciente-intelectual, como freno psíquico frente a la rebeldía de la sexualidad”[1]. Santo Tomás dice de él que es un sano sentimiento por el que las pasiones relacionadas con la sexualidad, después del pecado original, producen un sentimiento de disgusto, de vergüenza, de malestar en el hombre, hasta tal punto que instintivamente se quiere ocultar todo lo relativo al cuerpo, a la intimidad y a la sexualidad, de las miradas indiscretas[2].

En el plano puramente instintivo el pudor consiste en una resistencia inconsciente a todo lo que revelaría en nosotros el desorden de la concupiscencia de la carne. El pudor, al ingresar en la esfera consciente entra en la categoría de virtud y se denomina pudicicia [3]. La pudicicia o pudor-virtud “se relaciona íntimamente con la castidad, ya que es expresión y defensa de la misma. Es, por consiguiente, el hábito que pone sobre aviso ante los peligros para la pureza, los incentivos de los sentidos que pueden resolverse en afecto o en emoción sexual, y las amenazas contra el recto gobierno del instinto sexual, tanto cuando estos peligros proceden del exterior, como cuando vienen de la vida personal íntima, que también pide reserva o sustracción a los ojos de los demás y cautela ante los propios sentidos. De esta suerte el pudor actúa como moderador del apetito sexual y sirve a la persona para desenvolverse en su totalidad, sin reducirse al ámbito sexual. No se confunde con la castidad, ya que tiene como objeto no la regulación de los actos sexuales conforme a la razón, sino la preservación de lo que normalmente se relaciona estrechamente con aquellos actos. Viene a ser una defensa providencial de la castidad, en razón de la constitución psicofísica del género humano, perturbada por el pecado original”[4].

La falsificación del pudor se denomina “pudibundez”: es el pudor desequilibrado o excesivo, causado en general por una falsa educación. La pudibundez no hace a las personas castas sino caricaturas de castidad. “La pudibundez es enemiga nata del pudor, como la beatería es enemiga de la religiosidad verdadera y consciente. El espíritu del adolescente se rebela y le molestan las ideas mezquinas y ruines”[5].



La auténtica educación del pudor

La educación del pudor debe ser indirecta, porque una educación directa implicaría necesariamente la orientación de la atención sobre los objetos que justamente el pudor debe atenuar en su atrac­tivo. No obstante, aunque indirecta, debe ser positiva, es decir, debe preparar aquella atmósfera espiritual que además de impedir la degradación en el campo de la sexualidad animal, hará más fáciles las revelaciones graduales necesarias en su tiempo oportuno.


La educación del pudor implica:

La educación del sentimiento: no puede darse una educación moral eficaz sin un prudente apoyo sobre el sentimiento, es decir, hacer surgir una actitud personal de “sensibilidad” por el bien, por el orden, por la honestidad moral, por la perfección, por la vida vivida como valor humano y moral. La educación de la pureza es, en gran parte, educación del corazón, es decir, de la afectividad. Para educar el corazón, todo se resume en conseguir que el educando se enamore de la virtud y corregir toda desviación anormal del amor sensible que pueda aparecer en él.
  
La educación de la voluntad: el problema educativo consiste en enseñar a querer lo que después se enseñará que es preciso hacer. Es necesario formar la voluntad con la conciencia de los valores trascendentes y absolutos. Ayuda mucho para la gimnasia de la voluntad hacer conocer, sobre todo al adolescente, los motivos y valores de la pureza, y sugerir ideas fuerza que puedan ayudar en toda circunstancia.

La educación de la religiosidad: la formación religiosa es fundamental para la pedagogía sexual; para la vida casta, la educación religiosa “es el coeficiente primero y más poderoso, porque los demás coeficientes humanos tienen valor solamente temporal, es decir, mientras perduran los intereses correspondientes en el espíritu del niño. Sólo la religión posee una eficacia que sobrepasa los límites de tiempo, de lugar, de espacio, de ambiente, de circunstancias, con tal que sea sentida, consciente y activa La religión ha constituido siempre para la pedagogía sexual una potencia única. La religión valoriza la pureza y la presenta al joven como una de las virtudes más altas y más hermosas, a la vez que indica los medios para conservarla y defenderla con esmero, con reserva, con la disciplina interior de las imaginaciones y de los deseos, y con la disciplina exterior de los sentidos”[6]. De esto puede concluirse el grave y pernicioso sofisma de quienes piensan que no deben dar ninguna formación cristiana a sus hijos, con el pretexto de no coaccionar su libertad, sino dejar que ellos libremente elijan sus opciones religiosas cuando sean mayores.

En realidad quienes así actúan, optan en lugar de sus hijos: eligen para ellos el paganismo o el ateísmo. Religiosidad, pero no una religiosidad cualquiera; el educador debe convencerse de que no es la piedad formalista la que salva al niño y al adolescente de la seducción de las tentaciones y le ayuda a mantenerse puro, sino la gracia divina recibida, apreciada, vivida con adhesión íntima.

Es importante, por eso, tener en cuenta algunos elementos de la religiosidad que más favorecen la vida de pureza en el niño y en el adolescente:

o   Hay que educar a los niños, adolescentes y jóvenes para que sientan y vivan la amistad con Jesús; hacerle comprender al niño que Jesús lo ama individualmente y que ese amor debe ser correspondido; que Jesús quiere servirse de él para el apostolado, y, por tanto, debe hacerse digno de esa colaboración apostólica mediante una intensa vida de gracia; que la pureza es un compromiso de amistad y de fidelidad a Cristo, una condición para vivir en sí mismo la vida de Cristo; que la lucha es para él una gloria; que saldrá victorioso si está con Cristo, etc.

o   Hay que hacerlo apreciar la vida sobrenatural que se nos comunica con la gracia santificante y que se pierde por el pecado mortal; así encontrará la fuerza para renunciar a los placeres ilícitos y para evitar todo lo que, aún remotamente, podría hacerle perder la dignidad y la alegría de ser hijo de Dios.

o   Hay que ayudarlo a usar provechosamente de los sacramentos. Si se recogen pocos frutos de las confesiones y de las comuniones frecuentes es porque no se ayuda de modo suficiente a sacar provecho de este contacto habitual con la gracia.

o   Hay que fomentar en él la devoción a María Santísima. Esta devoción no se agota en un montón de invocaciones y prácticas, sino en la confianza plena, en el recuerdo filial y en la imitación constante.

o   Hay que enseñar al niño a respetar el propio cuerpo como cosa sagrada, como propiedad divina, como miembro del cuerpo místico. Se convence fácilmente de que, si hay que tratar con veneración las cosas sagradas, se deberá tener un respeto aún mayor por el propio cuerpo, que está consagrado por la presencia de Dios y por la comunión eucarística. De la idea de la inhabitación divina será fácil pasar a la de la presencia de Dios: si Dios está dentro, siempre te ve.

o   Finalmente, hay que convencer al adolescente de que la pureza es alegría. Esto no es muy difícil, pues corresponde a una realidad actual, incluso para los niños, los cuales saben por experiencia que el pecado impuro no trae alegría, sino insatisfacción y tristeza.



Notas
[1]  M. Zalba Erro, Pudor, en Gran Enciclopedia Rialp, tomo 19, Rialp, Madrid 1989, 455-456; cf. Rocco Barbariga, Castidad y vocación, Ed. Herder, Barcelona 1963, pp. 178-209.
[2]   Cf. Suma Teológica, II-II, 151, 4
[3]   C. Scarpellini, Pudore e pudicicia, en Enciclopedia Cattolica, Roma 1953, vol. X, col.296.
[4]   Zalba Erro, loc. cit.
[5]  Paganuzzi, Purezza e puberta, Brescia 1953, p.222. Cf. A. Stocker, La cura morale dei nervosi, Milán 1951, p. 155 ss.
[6]  Paganuzzi, op. cit., p. 249.


Bibliografía:
Consejo Pontificio para la Familia, Sexualidad humana: Verdad y Significado, Orientaciones educativas en familia, 1995.




¿Qué significa la expresión “expandir la consciencia”?


por Vicente Jara
Integrante de RIES-Red Iberoamericana del Estudio de Sectas


Sin duda que esta expresión la hemos oído no pocas veces. En general, no es algo conocido entre las personas de Occidente de hace dos generaciones, pero no cabe duda alguna de que hoy muchas personas la han escuchado: “expandir o ampliar la consciencia”.

Pero… ¿qué significa esta expresión? Sin saber mucho de su significado real, o sin ser muy capaces de explicar en detalle qué quiere decir, muchos podrán afirmar que este concepto o expresión hoy en día se encuentra en multitud de grupos de meditación, de seguidores de corrientes orientales más o menos irregulares de la Nueva Era, e incluso en el lenguaje cotidiano.

Muchos podrán decir que su semántica viene a especificar algo así como “conocer más y mejor”, “romper límites”, “pensar y percibir más allá de lo que es cercano, mirar a lo lejos, con mayor perspectiva”, “liberarse del ego”. Valdría como primera aproximación, y para muchos estas podrían ser sus respuestas. Sin embargo, hay mucho más que todo esto.

Vayamos a los detalles, sin entrar en demasiadas complicaciones, que sí las tiene:


El dios Shiva y la energía Sakti

El origen de esta expresión la tenemos en el hinduismo. Esta religión no es nada fácil de entender, entre otras cosas porque tal y como hoy la podemos conocer es una amalgama de experiencias religiosas, con gran diversidad de libros religiosos y con corrientes y escuelas, algunas incluso más filosóficas que religiosas. Desde este contexto empezaremos explicando quién es el dios Shiva.

Shiva es un gran dios del hinduismo, y junto con Brahma y Visnú formarían las triples expresiones o el Trimurti de divinidades de esta religión. Si Brahma es creador y Visnú es quien preserva, Shiva es el transformador y destructor, el danzarín del cosmos, como a veces se le representa. También es paradigma de un yogui en meditación omnisciente y se le suele venerar en la forma de lingam o pene, recogiendo así el sentido de masculinidad. Es importante mencionar que en los textos más antiguos del hinduismo, los Rig-Veda, no aparece aún la mención a esta divinidad.

Para poder seguir explicando nuestro tema, necesitamos ver ahora quién es Sakti. Sakti no es tanto una deidad, sino una energía de un deva (o dios masculino) capaz de personificar a su esposa o esposas, pues es habitual la multiplicidad de emparejamientos entre dioses por medio de estas energías o Sakti. Así, existen múltiples Sakti de Shiva, alrededor de 50, como Kundodari o Lolaki, siendo una de ellas Sarasuati. Por lo tanto, Sakti es una especie de energía (en el sentido oriental, no en el sentido físico y medible) de una deidad masculina hinduista, la cual energía llega a personificarse en su esposa, una diosa femenina o devi.

Una devi tiene aspecto de fertilidad y creación por su carácter femenino. Esta personificación de femineidad desde la masculinidad lleva a unificar lo masculino y lo femenino, el deva con la devi, Shiva con Sakti, en el caso que estamos viendo, pues ocurre con muchísimos dioses y diosas del hinduismo, altamente politeísta.

Antes hemos dicho que una de las Sakti de Shiva es Sarasuati. Esta diosa es fundamental para explicar el significado de expandir la consciencia.

Es verdad que los Rig-Veda, los textos más antiguos del hinduismo, del II milenio a. C., tienen poco desarrollados estos aspectos de deva y de devi, e incluso como antes dijimos no llegamos aún a encontrar a la divinidad de Shiva, que aparecerá como asimilación de religiosidades diferentes a la hinduista que serían absorbidas con el paso de los siglos por esta gran religión. Pero sí tenemos en cambio en los Rig-Veda a la diosa Sarasuati, lo cual la convierte en una divinidad muy antigua. En su origen parece que fuera una diosa acuática, fluvial, y en estos textos luchó contra los demonios de la sequía y la oscuridad, entre ellos Vritrasura. Los Rig-Veda son textos que hablan de los dioses de manera muy antropomórfica y naturalistas, en cambio, en otro texto fundamental del hinduismo, el Mahabarata, del siglo III a. C., se complejizan altamente los conceptos con aspectos más abstractos.



Desde el Rig-Veda y el Mahabarata al Vedanta, el shivaísmo y el tantra

Dentro de la literatura principal del hinduismo es importante citar el cambio que adquiere lo dicho hasta ahora en los textos Vedanta, una escuela filosófica esotérica, de en torno a la mitad del primer milenio a. C., que supuso un cambio de perspectiva del hinduismo precedente, y que influirá en numerosas corrientes posteriores de esta religión. Ahora Sarasuati es vista como energía femenina, y con ello toma el aspecto del conocimiento del Brahma, que es la divinidad absoluta e impersonal del hinduismo, la divinidad creadora. Además los Vedanta afirman que solamente se podrá alcanzar la liberación de la rueda de las reencarnaciones o samsara mediante el conocimiento, es decir, mediante la adoración de Sarasuati. Es una meditación continuada, total, una iluminación que permite alcanzar la liberación o moksha hinduista.

Añadamos además sobre la complementariedad entre dios masculino y diosa femenina, que el shivaísmo, que es una ramificación dentro del hinduismo que coloca a Shiva como dios principal, y no a Brahma, y en los textos puranas, que son colecciones de historias posiblemente recopiladas a lo largo del primer milenio a. C., que ambos aspectos también manifiestan por un lado el enfrentamiento entre la docilidad y el salvajismo, aspectos antagónicos que viven en lucha eterna.

Y para complejizar un poco más las perspectivas hasta ahora recogidas, indicar que la corriente del tantra ve en la energía Sakti al alma, el atman del hinduismo; y considera que para liberar al alma de la corporalidad y elevarla a su dios masculino o Shiva, se ha de hacer mediante unificación varón-hembra, ya espiritualmente o mediante el acto coital. Dejemos dicho sin entrar en mayores explicaciones por ahora que el tantra es una variedad del hinduismo, entrando dentro de las llamadas escuelas o tradiciones esotéricas, y no solamente hinduistas, también budistas, entre otras, donde integran aspectos espirituales con aspectos materiales e incluso sexuales.

A partir de aquí están las múltiples escuelas y variantes del hinduismo, y además de la religión budista, que se desarrolló en la misma zona geográfica que aquel, y así, el intento de romper la reencarnación y su rueda del samsara de vida y muerte y de nuevo reencarnación, o el dolor y el sufrimiento. Y ello por el conocimiento y la meditación.

Al parecer este paso hasta la instauración de la meditación dentro del hinduismo supuso la eliminación de prácticas antiguas y ancestrales rituales de sacrificios animales para alcanzar el favor de los dioses, sustituyéndolas por prácticas interiores de ascesis, sacrificios particulares de silencio e interiorización, que con el pasar de los siglos fueron purificándose hasta llegar a las meditaciones contemplativas y meditativas acerca del acontecer del mundo, la divinidad y la propia interioridad, llevando en el hinduismo a la creencia de que el fin de la meditación o de la expansión de la consciencia era la certidumbre de que uno, en su atman o alma, era una chispa del dios Brahma: yo y dios somos lo mismo. Solo esto acabaría por liberarnos de la reencarnación de la rueda del samsara y alcanzar el saber verdadero (vidya), eliminando la ignorancia (avidya).

Por fin ya sabemos qué significa “expandir la consciencia”

Expandir o ampliar la consciencia es por lo tanto unificarse con el dios Brahma, o para el shivaísmo, con el dios Shiva, que además recoge aspectos de dios de la meditación, el yogui omnisciente. Esto se lograría con la energía Sakti personificadora femenina de Sarasuati, diosa del conocimiento. De ahí que expandir la consciencia es dar cabida a la diosa o devi Sarasuati y engrandecerla en uno mismo, es la realización en el atman personal de la devi esposa de Shiva para divinizarse por ella en el dios masculino Shiva-Brahma. Esto es la expansión de la consciencia, la ampliación  de la consciencia. Método por el cual lograr la liberación de las reencarnaciones o del dolor, y que el hinduismo y el budismo, como religiones o espiritualidades principales de Oriente han desarrollado y difunden.

Explicado el significado hemos de volver al tantrismo, ya hinduista o budista, pues el seguidor de este camino usa de diversos métodos para expandir la consciencia, incluso usando mantras o sonidos generados por el meditador, como ocurre en el budismo tibetano, por ejemplo. Estos mantras son sonidos auto-generados de ayuda a la expansión de la consciencia, palabras con sentido religioso muy profundo, nombres de divinidades o atributos de ellas, esotéricos y por ello propio de iniciados. En el tantrismo tendríamos además todo el desarrollo de los chakras y el uso energético para la unificación y el logro yo-soy-dios, también haciendo uso de la energía sexual masculina-femenina y la práctica sexual entre varón y hembra.

Hemos visto como muchos conceptos relativos a la expansión de la consciencia se encuentran tanto en el hinduismo como en el budismo, lo cual es normal por el surgimiento de este último en el ámbito hinduista. Tan es así que no existe una interpretación definitiva y clara donde situar a la corriente vajrayana del budismo. Pues si para algunos es budismo, como la corriente mahayana o la hinayana, para otros es algo sincrético entre budismo y rituales hinduistas. Lo que a nosotros nos interesa es mostrar que el vajrayana es el budismo tántrico, y por ello podemos encontrar en él muchos aspectos ya mencionados en el tantrismo hinduista. Con más nitidez y finura discriminadora hay que decir que el tantrismo de corte más sexual sería la denominada corriente de la mano izquierda. La de la mano derecha pretende la integración masculino-femenina mediante prácticas solamente espiritualizadas, valga como aclaración.



El hinduismo y el budismo llegado a Occidente

Ni que decir tiene que el tantrismo que ha venido en el último medio siglo a Occidente es precisamente una mezcla de hinduismo y budismo, con pocos aspectos esotéricos y de iniciación y con una fuerte carga sexual. Las corrientes neo-budistas y de la Nueva Era, los gurús que pululan por Occidente, han hecho amalgama de energías, chakras, textos sencillos, meditación de todo tipo, uso de mantras a versos zen, incluso usando palabras cristianas como mantra sonoro, también en ocasiones usando sustancias psicotrópicas y drogas diversas para poder expandir la conciencia más todavía, y con terapias de emotividad alta, gimnasia, aceites y sexo, ya en solitario o de masturbación, como es la práctica del taoísmo del cultivo solitario (así se llama) o la sexual emparejada, más clásica oriental, o también con más gente, más multitudinaria,… y todo ello para liberar la mente y el cuerpo, expandir la conciencia…


¿Qué decir de todo esto?

En fin, expandir la consciencia, ya en sus métodos como en su pretensión es una práctica de profundo significado hinduista y posteriormente budista, totalmente alejada de la religiosidad cristiana y el sentido antropológico del ser humano dado por el cristianismo y la revelación de Dios en Jesucristo. Los cristianos no tenemos necesidad de buscar esta expansión de la consciencia para conocer la verdad, pues ésta se encuentra en el Evangelio o Buena Noticia. Jesucristo es la Buena Noticia, es quien nos descubre lo que todos los hombres han buscado, el acabar con el sufrimiento, el salir del dolor, el conocimiento de qué hacemos aquí, qué es el mundo, de dónde ha salido y a dónde va esto que nos rodea, todo lo que existe, nosotros mismos y lo que amamos. Jesucristo nos ha revelado la verdad de Dios, la vida en Dios, nos ha dado la capacidad de unirnos a Dios Padre, la capacidad de ser hijos en Cristo, la filiación Divina. Esto es el cristianismo. Y la oración cristiana es un diálogo con Jesucristo, o con Dios Padre, o con el Espíritu Santo, o la Virgen María, los santos o los ángeles. En el fondo es una convivencia con Dios, donde no nos disolvemos en Él y mucho menos afirmamos ser Dios. Dios es Dios y yo soy su criatura, y por méritos de Cristo Dios me da la vida y la felicidad. Inmerecidamente, por su gracia.  Los cristianos no solo debemos rechazar la expansión de la consciencia, sino enseñar y predicar a todos, incluso a quienes la practican de un modo más o menor regular o irregular, más o menos desviado o no, que lo que buscan está en Cristo Jesús, el Mesías, el Liberador, el Logos.


BIBLIOGRAFÍA:
Jesucristo, portador del agua de la Vida. Una reflexión cristiana sobre la “Nueva Era”. Consejo Pontificio de la Cultura. Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.




No te compares


por la lic. Alejandra Mottola

Desde que nace, el ser humano construye un sinfín de significados de la realidad que lo circunda, a partir de las diversas experiencias afectivas que vivencia. Es una necesidad inherente al ser humano darle sentido a las cosas que lo rodean, así como darle sentido a su propia existencia; de este modo, buscarse y encontrarse consigo mismo, conocerse y aceptarse, es el punto de partida para dar lugar al bosquejo de un proyecto de vida personal y particular. Es el inicio de una construcción de una  personalidad madura y plena, en la que no se busca el “tener”  sino el “ser”, es decir, la “autorrealización”.

Descubrir que lo que enriquece a la persona no es el dinero o los bienes que posee, sino dar lo mejor de uno mismo, y lograr la cima de nuestras posibilidades sin compararnos con los demás, es algo importante para avanzar en el camino hacia la felicidad.

Si logramos entender que las circunstancias de cada ser son diferentes, y que nuestro desafío es percibir adecuadamente nuestra realidad, con nuestras propias capacidades y limitaciones, entonces, sólo así, seremos capaces de elaborar y reelaborar nuestro proyecto de vida, atendiendo a quiénes somos, de donde partimos, y hacia dónde queremos llegar.

Esto implica una reflexión sobre el sentido profundo de a qué somos llamados. Develar cuál es nuestra misión, y, aún más, tratar de descifrar lo que Dios espera de nosotros, cuál es el proyecto de Amor que Él tiene para con nosotros, es nuestra tarea principal: econocer que Dios nos ama personalmente, y que nuestra actitud para vivir con paz y alegría en el corazón debería arrancar desde el agradecimiento y la confianza en la divina voluntad del Padre.

De esta manera, la persona que goza de salud es aquella que ha logrado el equilibrio entre los distintos componentes de su personalidad, un grado de madurez suficiente en relación con la edad, lo que supone un buen conocimiento sobre sí mismo, la propia aceptación, el diseño de  un proyecto de vida y la capacidad de tener una conducta coherente, adaptada a la realidad, con metas y objetivos realistas.

La persona plena es la que ha descubierto la presencia y acción de Dios en su vida tiñendo de sentido su cotidianeidad. EncontrarLo, es encontrarnos con nosotros mismos y con nuestros hermanos.

En síntesis, dejarnos llevar por la cultura del consumismo, del hedonismo, del tener, es una pobre interpretación de lo  máximo a lo que podemos aspirar como personas: mirar nuestra vida desde la vereda de los demás –comparándonos-nos impide valorar con certeza nuestros recursos y nos obliga a ir tras unos objetivos que probablemente nos terminen frustrando.




La ideología de género: desenmascarando el fraude


por José Alfredo Elía Marcos
(Capítulo 10 de “Las lágrimas de Raquel. Historia, ideologías y estrategias de la guerra contra la población”


Detrás del género subyace un estudio antropológico que busca destruir (deconstruir) todo tipo de bases biológicas de la feminidad, para poder introducir con comodidad el género como una construcción histórica y cultural. Estos estudios del género se realizaron con los bosquimanos Kung del Kalahari, los aborígenes Murngin de Australia y los Ilongos de Filipinas. Pero el origen de toda la perspectiva antropológica del género se encuentra en los estudios llevados a cabo por una joven llamada Margaret Mead (1901-1978) en la isla de Samoa.

Margaret Mead

(1901-1978)


En 1928, Margaret Mead publica su obra titulada  “Adolescencia, sexo y cultura en Samoa”, que es considerada en la actualidad como uno de los mayores fraudes del siglo XX, aunque no en los ámbitos feministas.

Mead construye sus teorías para justificar sus propias prácticas sexuales, transfiriendo sus planes personales aberrantes a sus concepciones sociales. Mead era declaradamente bisexual, tuvo tres matrimonios hétero y dos amantes lésbicas. Además reconoce que cuando podía practicaba el “amor libre”. Ella declaró que “la heterosexualidad rígida es una perversión de la naturaleza”, así como que “la capacidad humana normal y bien documentada debe asumir la capacidad de amar a miembros de ambos sexos”.

Su obra más conocida fue el fruto de una investigación llevada a cabo en la isla de Samoa durante apenas nueve meses. Mead describe la isla como un paraíso sexual inhibido de todas las represiones que existen en Occidente por culpa del cristianismo: “En Samoa el amor romántico tal y como se da en nuestra civilización, inseparablemente unido a las ideas de la monogamia, la exclusividad, los celos y la fidelidad, no tiene lugar”. En aquella isla lo normal sería la práctica libre del sexo heterosexual y homosexual, todo ello “de manera ocasional y placentera”. “El matrimonio sin vínculos, el divorcio sin causa, la libertad sexual de los niños, de los adolescentes y los adultos es la norma social de Samoa”.

El contrapunto en este paraíso sensual lo crean, en opinión de Mead, los misioneros cristianos, “cuya oposición es tan vana, que sus protestas se consideran irrelevantes”.

La propia Mead fue firme defensora del aborto, el amor libre, el divorcio a la carta, la abolición del matrimonio monogámico y la “liberación sexual” de los niños. De ella procede el eslogan de que “todo niño debe ser un niño deseado”.

Hubo que esperar a 1983 para que el antropólogo Derek Freeman publicara una obra que desmitificara a Samoa como isla del placer. Su título era: “Margaret Mead y Samoa: deshaciendo un mito de la antropología”. Mead estuvo tan sólo nueve meses en Samoa y no hablaba su dialecto. Freeman dedicó a su investigación medio siglo y aprendió el samoano perfectamente. Las conclusiones de Freeman fueron que la sociedad samoana en realidad estaba construida sobre la veneración de la virginidad, una veneración que el cristianismo no inventó, sino que formaba parte de la tradición religiosa politeísta, que reservaba a las vírgenes ceremoniales llamadas taupous la más alta consideración de su escala social. De hecho los samoanos se tomaban muy en serio la exclusividad matrimonial, con tal seriedad que llegaban a castigar el adulterio con la pena de muerte.


Germaine Greer: la estrategia de la revolución sexual

(1939-      )


Para Germaine Greer la estrategia del movimiento feminista es básicamente la que Valery Solanas realiza al asesinar de un disparo a Andy Warhol: exterminar a los hombres. Germaine Greer nace en 1939 en Melbourne (Australia). Mientras estudió en la universidad de la ciudad fue conocida por Germaine “Queer” (rara) por su defensa de la homosexualidad y el lesbianismo. Se fue a vivir a Sydney con un grupo de anarquistas que practicaban el amor libre en comuna. En 1963 consigue una beca para estudiar en la Universidad de Cambridge y doctorarse en Artes. Escribía periódicamente sobre temas pornográficos en la revista Underground.

En 1968 se casó con un periodista australiano y su matrimonio duró exactamente tres semanas. El resto de su vida se dedicó a escribir sobre aquellos temas que más la obsesionaban como la infertilidad, el sexo lésbico y heterosexual, la menopausia, la violación, etc. En 1970 Greer publica “El eunuco femenino”, donde denuncia el comportamiento sexual insatisfactorio y pasivo de las mujeres en la sociedad: “un ser producido por la cultura patriarcal: joven, sonriente, lampiño, de expresión seductora y sumisa”.

Greer asume las tesis del freudomarxismo de Marcuse y Reich sobre la revolución sexual. Para ellos el capitalismo habría encerrado al hombre en una sociedad reprimida sexualmente, cuya liberación sólo podría producirse a través de la revolución sexual, mediante la supresión de todas las trabas a la libido y a la práctica del amor libre. Para Greer “la sexualidad es práctica revolucionaria y provee de energía para destruir y crear”.

Reconoce ciertamente que, así como durante la época clásica, el Renacimiento y el Barroco la sexualidad femenina había sido exaltada, durante el siglo XIX y principios del XX se había vuelto oculta y oscurantista. Para Greer la represión sexual produce una “castración de la mujer” en la que el varón se apropia de la energía sexual femenina, distorsionándola con dos tipos de mitos: el amor romántico y el matrimonio. Ambos constituyen “la fantasía mutua sobre el amor heterosexual más comúnmente aceptada en nuestra sociedad: la familia.” (Germaine Greer, La mujer eunuco, Ed. Kairós, pág. 25).

La revolución ha de consistir en romper las “relaciones socialmente legitimadas como el matrimonio; la mujer debe ser autosuficiente y evitar de manera deliberada establecer dependencias exclusivas y otros tipos de simbiosis neuróticas”. “La mujer revolucionaria tiene que saber quiénes son sus enemigos: los médicos, psiquiatras, auxiliares sanitarios, sacerdotes, asesores matrimoniales, policías, jueces y elegantes reformadores. Tiene que saber quiénes son sus amigas, sus hermanas y buscar entre sus rasgos los suyos propios. Con ellas podrá descubrir la cooperación, la comprensión y el amor.” (Ídem, pág. 28).

Años después Greer escribe la obra Sexo y destino (1985), en la que cambió drásticamente sus concepciones feministas de juventud. En ella reconoce el valor de la maternidad, el control del cuerpo y de los instintos, la familia e incluso la castidad. También denuncia que la sociedad occidental se está suicidando por sus políticas de control de la natalidad y que está cometiendo un genocidio con el Tercer Mundo al propagar estas políticas. Greer denuncia la hostilidad occidental hacia la infancia y la maternidad. Ella cree que la mujer-madre del Tercer Mundo es el último baluarte frente al avance del imperialismo tecnocrático occidental y que es la última esperanza para frenar la decadencia de la especie humana. No cree que la emancipación femenina consista en adoptar el rol masculino o en imitar al varón, sino en un feminismo de la diferencia. Propone una nueva forma de poder femenino consistente en el monopolio de la maternidad. Denuncia la “religión del orgasmo” como un “nuevo opio del pueblo” favorecido por el capitalismo como estrategia de control para neutralizar al feminismo.


Kate Millet: la nueva gran narración del patriarcado

(1934-     )


En 1969 Kate Millet escribió la obra “Política sexual” basándose en su tesis doctoral para la Univesidad de Columbia de Nueva York. En ella atacaba a la cultura occidental acusándola de misoginia, aunque se centraba en algunos escritores como John Ruskin, Oscar Wilde, H. Lawrence, Henry Miller, etc., todos ellos homosexuales confesos.

A partir de este texto surgirán en las universidades estadounidenses departamentos de women studies que se convertirán en importantes centros de difusión de la llamada ideología de género (gender) en forma de tesis doctorales, libros, revistas, etc. La idea principal de la obra de Millet es que la mujer ha estado universalmente oprimida y explotada por el hombre y que este sistema de dominación, al que denominó patriarcado, sería la base de todos los demás sistemas opresores.

Según Millet la actual imagen de inferioridad de las mujeres es un producto del mito y de la religión, principalmente judeocristiana, donde la figura de Eva, identificada con el pecado, asimila a la mujer con el mal y en consecuencia condiciona la sumisión de la mujer al varón. Por supuesto, desconoce la figura bíblica de María como vencedora del pecado, según la teología cristiana.

Millet desarrolla así la idea de género. En su opinión el sistema patriarcal produce individuos y géneros, en concreto el género femenino, esencialmente inferior y sometido al masculino. Para librarse del género femenino, la mujer ha de convertirse en lesbiana, un lesbianismo entendido como una comunidad femenina: “El comportamiento femenino es poderoso”. En 1970 es portada de la revista Time al declarar en un mitin su condición de lesbiana. A partir de entonces se dedicó a escribir sobre su vida sexual y la “agonía” que sufrió para realizar su elección sexual. Con ella aparece lo que llamaría “conciencia lesbiana” o feminismo lesbiano que considera que el amor entre mujeres puede y debe ser un acto político de liberación. Según ella, cualquier mujer que mantuviera relaciones heterosexuales estaba “durmiendo con el enemigo”.

Para Kate Millet la revolución sexual se realiza en tres fases. Comienza con la emancipación de la mujer como principal víctima del patriarcado, continúa con el fin de la opresión de los homosexuales y termina con la “liberación sexual” de los niños.

En su opinión la familia ejercería un control represor de la vida sexual de los niños como forma de controlarlos y por ello defiende el derecho de los niños a expresarse sexualmente. Así, Millet propondrá que se supriman las limitaciones a la edad de consentimiento.

“Uno de los derechos esenciales de los niños es el de expresarse a sí mismos sexualmente, probablemente entre ellos en un principio, pero también con adultos.” (Kate Millet, Revolución sexual y la liberación de los niños, en: Jesús Trillo-Figueroa, La ideología de género, Ed. Libros Libres, 2009, p. 62).

Uno de los aspectos más cruciales de reescribir la historia desde el punto de vista del género es que ésta se presenta como una narración dominada por la violencia masculina con el fin de tener sometida a la mujer. Según esta forma tan reducida de entender la historia, entre las primeras instituciones violentas estarían el matrimonio y a la familia.

El feminismo radical presenta al varón como un ser agresivo y violento, mientras que la mujer es presentada como dulce y cariñosa. Incluso la sexualidad de ambos se muestra como radicalmente distinta. Al varón se le presenta con una sexualidad exclusivamente centrada en los genitales y carente de amor y emoción. La femenina se vende como más afectiva y tierna, y orientada a los sentimientos. Curiosamente, cuando se amplían estas categorías a otras modalidades del género como los homosexuales (gays), a éstos se les representa como seres cariñosos, que escuchan, son atentos, tiernos, educados y odian la violencia.
Para Germaine Green la violencia sería la característica esencial en los varones. Para ella el “macho humano” es un animal depredador.

“La agresividad, la tensión sexual y la relación jerárquica son determinantes genéticos del machismo que se encuentra en todos los hombres.” (Germaine Greer, Los hombres y la violencia sexual; citado en: Raquel Osborne, Debates en torno al feminismo cultural, El País, 24 de mayo de 1987).

Algunas feministas llegan a justificar fisiológicamente estos dos extremos en la acción de las hormonas, tan diferentes en ambos sexos. Los varones estarían controlados y determinados por la testosterona, mientras que las mujeres serían dominadas por los ciclos hormonales de la progesterona y los esteroides. Andrea Dworkin lleva este concepto al extremo al afirmar que “los hombres aman la muerte; los hombres aman especialmente el asesinato.” (Raquel Osborne, ob. cit., pág. 221). MacKinnon dirá que la necrofilia es el mensaje principal del patriarcado, en cambio las mujeres se identifican con la vida, la naturaleza, la tierra y la fertilidad (Jesús Trillo Figueroa, Una revolución silenciosa, Libros libres, pág. 89).


Para el feminismo radical toda forma de relación sexual sería una violación. “Para los hombres el sexo es sinónimo de violación y el pene es instrumento de poder y de terror, y la pornografía es la representación de todos estos males.” (Ídem, pág. 90).
La solución pasaría por la abolición de la heterosexualidad (noviazgo, matrimonio y familia) y la proclamación del lesbianismo como única opción política posible. Por ello cuando se habla de violencia de sexo, en el feminismo radical se refieren a cualquier relación sexual de una mujer con un varón.


Shulamith Firestone: la doctrina “científica”

(1945-2012)

La última ideóloga del género que presentamos en esta obra es Shulamith Firestone. En 1970 publica la obra La dialéctica del sexo, en la que reformula el feminismo como un proyecto radical en el sentido marxista. Para ella el término ‘radical’ apunta a la raíz misma de la opresión y ésta no es otra sino la maternidad. Para Shulamith la maternidad, definida como “la servidumbre reproductiva determinada por la biología”, era la causa principal de la opresión de la mujer.

“El núcleo de la explotación de las mujeres radica precisamente en su función de gestación y educación de los hijos.” (Shulamith Firestone, La dialéctica del sexo; citado en: Jesús Trillo Figueroa, Una revolución silenciosa, pág. 56).

Shulamith construye todo un metarrelato ideológico basándose en el freudomarxismo de la Escuela de Frankfurt, aunque en vez de desarrollar una interpretación materialista y económica de la historia, realizará una interpretación materialista-sexual de ésta, que denominará “la dialéctica del sexo”.

La dialéctica del sexo divide la sociedad en dos clases biológicas diferenciadas por sus fines reproductivos, con conflictos entre sí nacidos del propio sistema de matrimonio, reproducción y educación de los hijos y de la división del trabajo basada en el sexo, que ha evolucionado hacia un sistema económico y cultural de clases.

Si la reproducción biológica es el problema, Shulamith propone suprimirla y establecer como sistema general de preservación de la especie la reproducción artificial, ya que la ciencia actual lo hace posible. Es lo que denomina Cybernation.

"Del mismo modo que para asegurar la eliminación de las clases económicas se necesita una revuelta de la clase inferior (el proletariado) y -mediante una dictadura temporal- la confiscación de los medios de producción, de igual modo, para asegurar la eliminación de las clases sexuales se necesita una revuelta de la clase inferior (mujeres) y la confiscación del control de la reproducción; es indispensable no sólo la plena restitución a las mujeres de la propiedad sobre sus cuerpos, sino también la confiscación (temporal) por parte de ellas del control de la fertilidad humana...  El objetivo final de la revolución feminista no debe limitarse a la eliminación de los privilegios masculinos, sino que debe alcanzar a la distinción misma de sexo; las diferencias genitales entre los seres humanos deberían pasar a ser culturalmente neutras... La reproducción de la especie a través de uno de los sexos en beneficio de ambos sería sustituida por la reproducción artificial... La división del trabajo desaparecería mediante la eliminación total del mismo (cybernation). Se destruiría así la tiranía de la familia biológica." (Shulamith Firestone, La dialéctica del sexo, Editorial Kairós, Barcelona, 1976, pág. 20).

Para Marx el objetivo revolucionario de los obreros es controlar los medios de producción. Para Firestone el objetivo revolucionario de las mujeres es controlar los medios de reproducción, y para conseguirlo hay que abolir la familia biológica, que es fuente de tabús y de problemas. Tabús como el del incesto, el tabú del padre como símbolo de poder, envidia del pene por parte de la niña, etc.

La supresión de la familia que quiere Shulamith conseguiría desinhibir los instintos reprimidos y las pulsiones de placer que oprimen a los individuos y sociedades, ya que al apoderarse del control de la reproducción la mujer se hace dueña de su propio cuerpo. “Mi cuerpo es mío” gritaban como slogan las defensoras del aborto en los años 80.

Otro aspecto crucial en la ideología de Firestone es que para ella la infancia es otro mito y por lo tanto otra construcción cultural. Así como se ha producido una emancipación de la mujer, ha de producirse una emancipación sexual de la infancia. Esta emancipación pasa por suprimir el proteccionismo de los niños, que crea una cultura de defensa y cuidado hacia ellos. Ejemplos de estas perversas ideas las tenemos en la actualidad en España: desaparición del horario de protección infantil, acceso libre en Internet a la pornografía, educación sexual-genital en primaria, genitalidad de los dibujos animados, etc.).

En la actualidad

Mientras miles de profesoras feministas dominan y controlan algunos departamentos de universidades americanas, muchos  reconocen que este feminismo es un fraude y lo consideran como una de las causas de la violencia creciente entre varones y mujeres.
El movimiento feminista radical se ha aliado con el activismo gay y la temática del lesbianismo está monopolizando el debate. El feminismo radical procura ocultar su concepción del matrimonio como explotación y del parto como una esclavitud.

Últimamente están adoptando una perspectiva esencialista en la que la homosexualidad está biológicamente determinada y es inmutable, aunque en privado reconocen que nada de esto está probado, pues supondría ir en contra de sus principios de construcción social del género.