El perdón y la reconciliación


Turín 1870: Con una banda de música

Si bien los hombres estamos hechos para la vida, y por tanto para la unidad y la comunión, sin embargo, hay en nosotros un proceso de ruptura y desintegración que bloquea muchos de nuestros buenos propósitos y desdibuja el misterio de nuestra semejanza con Dios.  El sacramento de la reconciliación es el camino más adecuado para recuperar la comunión rota por el pecado.

Si del Santo Cura de Ars se dijo que fue el más grande confesor de su tiempo, de San Juan Bosco se puede justicieramente afirmar que fue el más grande confesor de los jóvenes.

Suscitado por la Providencia Divina para la educación de la juventud, Don Bosco estaba firmemente persuadido de que esa educación no se realiza sin los medios sobrenaturales brindados por la educación católica, y entre esos medios, prefirió la Confesión y la Comunión frecuentes: “son las columnas que deben sostener el edificio educativo del cual se quieren tener alejados el castigo y la amenaza”.

El frecuentar los Sacramentos, empero, no es una tasa rigurosamente impuesta, sino que ha de ser fruto de la convicción  y de la espontánea elección de los alumnos. Por eso Don Bosco añade: “No se los debe obligar a frecuentar los sacramentos, pero sí se debe animarlos y darles comodidad para ello”. El celo por escuchar confesiones lo tenía largas horas en el confesonario, a veces durante noches enteras.  Estaba siempre dispuesto a ejercer este ministerio, fiel a la máxima de San Felipe Neri, el cual solía decir que el sacerdote no tiene tiempo que le pertenezca, y que un  buen número de las más consoladoras conversiones se presentan a horas indebidas; si se rechazara esa alma en aquella hora inoportuna, tal vez se perdería.

Oh, Santo padre Don Bosco, tú que supiste perdonar a quienes te ofendieron y fuiste el infatigable apóstol de la Confesión, ayúdanos a reconciliarnos con Dios y nuestros hermanos, para que tu amor se pueda mostrar en nuestra vida y vivamos en la alegría y en la acción de gracias. Amén.

María, Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros



La frase del mesQuien no vive en paz con Dios, no puede tener paz consigo mismo ni con los demás.