Me siento confiado





Aguinaldo





Aguinaldo 2022: "Haced todo por amor, nada a la fuerza"





Profundizando el Aguinaldo- San Francisco de Sales Comunicador:
                    










 



 

Aguinaldo 2020: Buenos Cristianos y     honestos ciudadanos
   Ficha 1
   Ficha 2
   Ficha 3







Aguinaldo 2016:  Con Jesús recorramos juntos la aventura del Espíritu




Aguinaldo 2020-Ficha 1


Para conocer y reflexionar el Aguinaldo 2020
“Buenos cristianos y honrados ciudadanos”
Rector Mayor Don Ángel Fernández


Destinatarios: Profesores, agentes educativo pastorales, padres y apoderados, jóvenes líderes.

Objetivo: Descubrir las orientaciones fundamentales del Aguinaldo 2020 que desarrolla la síntesis educativo-pastoral salesiana del buen cristianos y honestos ciudadanos.

Metodología: Activo-participativa donde los participantes y comparten los contenidos del aguinaldo para aplicarlos a la realidad social, permitiéndoles descubrir principios de discernimiento a la luz de la enseñanza social de la iglesia y del carisma salesiano.

 Didáctica: Se proponen tres fichas de trabajo que son guiadas por un animador que adecúa el material de acuerdo a las necesidades y realidades de la comunidad participante. Según el tiempo y la cantidad de participantes del que se disponga, se puede optar por hacer una dinámica grupal, o bien, de tipo plenario. Si se elige la dinámica grupal, se puede subdividir las preguntas, de modo que cada grupo trabaje preguntas distintas


A continuación, presentamos un esquema con las temáticas a tratar en tres módulos:

Ficha N°
Tema
Objetivo
1
Introducción
Descubrir las inquietudes sociales de los jóvenes
2
Buenos cristianos en el mundo de hoy
Identificar las principales dimensiones del buen cristiano para el mundo de hoy
3
Honrados ciudadanos en los contextos actuales
Reconocer las principales características de un honrado ciudadano para el mundo de hoy


Ficha 1: Introducción

·        Objetivo: Descubrir las inquietudes sociales de los jóvenes
·        Motivación: Se  recomienda que los presentes vean en ese momento o hayan visto previamente el video presentación del Rector Mayor disponible en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=K9XtHpqMcmw


·        Siguiendo la lógica presentada por el Rector Mayor en su Aguinaldo, se formulan las siguientes preguntas:
1.         ¿Quiénes son los jóvenes del sector? ¿Cuáles son sus condiciones morales?
2.         ¿Cuál es nuestra sensibilidad afectiva por estos jóvenes? ¿Los salesianos se sienten afectados por los jóvenes que más sufren? ¿Somos capaces de llorar por ellos?
3.         Las puertas de las Obras salesianas ¿están abiertas a los jóvenes? ¿a todos?
4.         ¿Sabemos ir al encuentro de los jóvenes para reconocer su dignidad? ¿compartimos con los jóvenes nuestro afecto, nuestro tiempo, nuestras virtudes?
5.         ¿Por qué los jóvenes “gritan hoy”?
6.         ¿Hay una justicia y una ciudadanía de las cual los jóvenes se están volviendo profetas?
7.         ¿Qué tipo de REINO NUEVO quisiéramos construir con y para los jóvenes? (desde el ámbito educativo pastoral)


·        El animador invita a compartir las reflexiones individuales o diálogos que se desarrollaron en cada equipo de trabajo. Se puede ir  realizando una síntesis  de lo elaborado en una pizarra o afiche. Se invita a resumir en una o dos  frases  una inquietud social de los jóvenes.

·        El animador comparte unas palabras del Aguinaldo:

“En nuestra misión de educadores, no podemos ‘estar en un limbo’ que nada tenga que ver con la vida, con la justicia, con la igualdad de oportunidades, con la defensa de los más débiles, con la promoción de una vida cívica y honrada. Y esta dimensión es hoy más urgente que nunca, puesto que muchas características de las sociedades en las que estamos presentes no gozan de estos valores mencionados. Nosotros, como educadores, ¿de parte de quién estamos…?”

·        Se culmina la jornada con oración final del Aguinaldo 2020:

Señor Jesús,
sabes cuánto nos cuesta poner por obra tu Evangelio;
ayúdanos a contemplarte a ti en Don Bosco,
a ver tu amor en sus gestos,
a discernir tu camino en sus acciones,
a aprender tu misericordia en su cariño.
Danos luz para interiorizar el estilo
con el que Don Bosco fue tu discípulo,
modela nuestro corazón como el tuyo de Buen Pastor,
y danos la fuerza para convertir en vida y en obras tus palabras
Amén.


La mujer, agente de cambio para regenerar la sociedad


por Nuria Chinchilla  y Cristina Moreno

Nuria Chinchilla es profesora y Titular de la Cátedra “Carmina Roca y Rafael Pich-Aguilera” de Mujer y Liderazgo, IESE Business School.
Cristina Moreno es coordinadora de IESE Women in Leadership, IESE Business School.


«Si el siglo XXI va a funcionar es porque la mujer va a estar mucho más presente en las estructuras sociales, que se encuentran en un estado lamentable, mal diseñadas, consecuencia de un racionalismo decadente y absurdo. Pero esta misión solo puede ser aceptada por la mujer si no conlleva su deshumanización, si no pierde su feminidad, porque ella es el núcleo de la familia, y la familia, la base de la sociedad». Esta es una de las múltiples sentencias que acuñó el profesor Juan Antonio Pérez López, hace más de dos décadas.

Vivimos en una sociedad donde cada día se acentúa más la importancia y la urgencia de cuidar la ecología humana como condición sine qua non para salvaguardar nuestra casa común y sus habitantes.

Hoy la sociedad está ya sensibilizada por la contaminación de ríos, mares y aire, por los agujeros en la capa de ozono; por los abusos en la pesca o en la tala de bosques, o por la destrucción de las costas ocasionada por los excesos en la construcción de viviendas. Sin embargo, aún cuesta admitir que el ecosistema humano en el que se vive también está contaminado.

La cultura contaminante, donde priman contenidos e ideas tóxicas, provoca una sociedad desvinculada, individualista y relativista, que produce empresas cortoplacistas, familias débiles y personas solas, deshumanizadas y descentradas.

Ante esta contaminación social y humana, tenemos que actuar ya, a fin evitar un declive irreversible. Pero, ¿cómo? ¿Quién puede regenerar esta sociedad? ¿Los sistemas? ¿Las estructuras? La respuesta evidente es que son las personas, líderes equilibrados e integrados que, desde el núcleo del ecosistema humano vivan y contagien valores que regeneren la sociedad. Hasta ahora, el mundo empresarial ha estado pensado y dominado por hombres, y algo parecido puede afirmarse de otros ámbitos de la sociedad. Es ya perentoria la necesidad de introducir valores femeninos en la toma de decisiones. La mujer, dotada desde la genética y la biología de características únicas para el cuidado del ser humano, es el agente de cambio necesario para esta regeneración.


Diferencias biológicas y psicológicas: algunas consecuencias
Varones y mujeres somos iguales desde un punto de vista antropológico; participamos de una misma naturaleza humana y de una misma misión: crecer, multiplicarnos y ser felices. Sin embargo, hay diferencias. Aparecen, en primer lugar, en lo biológico y se plasman en lo psicológico: en distintos modos de conocer y de sentir. Por eso existe una cierta especialización en las capacidades de unos y de otras.

El dimorfismo sexual es un hecho necesario para la transmisión de la vida y la variabilidad biológica, que es riqueza. También es un hecho mil veces constatado que el cerebro humano no es unisex, ni genética, ni anatómica, ni funcionalmente. La diferencia en la concentración de hormonas parece ser la base molecular de las pequeñas pero significativas diferencias anatómicas del cerebro de los varones y las mujeres.

En la etapa prenatal, la llegada de la testosterona al cerebro del feto varón a las 8 semanas cambia el tamaño de las estructuras cerebrales, destruyendo células de áreas relacionadas con la comunicación, e induce la proliferación de células en áreas relacionadas con impulsos sexuales y centros de agresión. En la etapa infantil, los estrógenos activan en las niñas las áreas dedicadas a la observación, comunicación oral y cerebro maternal (motivación, atención, protección). La testosterona hace al niño menos sensible a las emociones y a la relación social. También en la pubertad ocurren cambios en el cerebro XX o XY.

El funcionamiento del cerebro femenino es simétrico, es decir, activa ambos hemisferios a la vez (el izquierdo y el derecho). El funcionamiento del cerebro masculino es asimétrico. Poner en marcha un razonamiento no supone en los varones activar al mismo tiempo las emociones. Consiguientemente, unos y otros desarrollan diferentes habilidades. La estrategia femenina en temas visoespaciales es predominantemente de recuerdo y reconocimiento, mientras que la masculina es la de construir, manipulando mentalmente el objeto con el fin de reorientarlo en el espacio. Las mujeres aventajan a los hombres en fluidez verbal y superan a los hombres en los movimientos finos y secuenciales de los dedos. Los hombres son más hábiles arrojando objetos con precisión y más rápidos al tomar decisiones. Las mujeres están más en los detalles y tienen mejor memoria a corto plazo.

También existen diferencias específicas en el procesamiento de las emociones, lo que lleva a que las mujeres sean más vulnerables que los hombres a la presión psicológica que suponen los conflictos interpersonales, más susceptibles a la depresión, desórdenes de ansiedad y trastornos de la alimentación. El cerebro femenino predispone a la empatía y el masculino a la sistematización, porque las mujeres recuerdan más emociones y los varones más acontecimientos.

El mayor peso del conocimiento abstracto, más extensivo en el hombre, y del conocimiento experimental, más intensivo en la mujer, conlleva dos maneras de enfocar las decisiones. Ambas resultan muy necesarias, porque inciden en momentos distintos del proceso de toma de decisiones y porque, a lo largo de la vida, cada persona necesita la ayuda de los demás para desarrollar una personalidad madura con el cultivo de todas las virtudes humanas.

Los varones son muy buenos generando alternativas, y las mujeres, fijando los criterios o límites a la decisión. Así, el modo de ser masculino aporta cualidades como la capacidad de proyectos a largo plazo, cierta tendencia a la sistematización, la exactitud, la inclinación hacia la técnica... Según la filósofa y antropóloga Blanca Castilla, «así como para traer un hijo al mundo y ayudarle a que se integre equilibradamente en él hace falta la colaboración imprescindible del varón y de la mujer, de un modo análogo, para construir un mundo humano en el terreno de la empresa, de las finanzas, de la política o de las relaciones internacionales, es imprescindible la colaboración de los dos. La aportación específica de la mujer podría llegar a resumirse en un solo aspecto: la sensibilidad por lo humano, que comporta la delicadeza en el trato, la generosidad y una capacidad peculiar para estar en lo concreto, conocer a las personas, acogerlas como son, quererlas por sí mismas y advertir lo que necesitan».

Para San Josemaría Escrivá, «la mujer está llamada a llevar a la familia, a la sociedad civil, a la Iglesia, algo característico que le es propio y que solo ella puede dar: su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición, su piedad profunda y sencilla, su tenacidad».

San Juan Pablo II escribió que Dios ha confiado a la mujer de una manera especial el hombre, es decir, el ser humano, y añade que la sociedad tecnificada, materializada y, en cierto modo, deshumanizada en la que vivimos, requiere la manifestación del «genio» de la mujer.


La mujer: agente de cambio
Las capacidades específicas de la mujer, tales como su predisposición a recordar y reconocer, su mayor capacidad verbal, su atención a los detalles, su empatía, definen por qué la mujer es el agente de cambio que puede regenerar la sociedad actual, actuando desde su feminidad en los diferentes ámbitos del ecosistema humano: la familia, la empresa y la sociedad. 

Familia, empresa y sociedad son tres ámbitos vitales que pueden visualizarse como un triángulo imaginario en cuyo centro está la persona, que es una y se va desarrollando en cada una de esas áreas al ir tomando decisiones. La mujer, de la mano del varón, es el líder necesario en todos los ámbitos, capaz de construir puentes, de cooperar y de cuidar de los demás.

Cuando una de las autoras de este trabajo (Chinchilla) fue representante de España en el CEDAW en 2012, propuso la necesidad de utilizar una triple «F» como criterio en la toma de decisiones políticas y económicas, a fin de construir una sociedad más humana y sostenible:

Feminidad: abrir el ojo femenino, tras tantos años cerrado, para enfocar con mayor nitidez los problemas y su resolución, sabiendo que hombres y mujeres somos diferentes, complementarios y sinérgicos.

Familia: nadie es una isla en el océano, todos coexistimos y nos debemos a otros, somos parte de nuestra familia y, lato senso, somos parte de la familia humana. En la familia descubrimos la importancia de la corresponsabilidad y desarrollamos competencias necesarias para la vida profesional y social.

Flexibilidad: todo ser vivo requiere ser tratado con flexibilidad, más si son personas con distintas responsabilidades. La mujer-madre-trabajadora fue quien introdujo la flexibilidad horaria en una época rígida, que luego se ha ido extendiendo para todos.

Pensando hoy en la mujer, es necesario referirnos a una cuarta «F», la de Fidelidad. Numerosos estudios avalan que es una cualidad con mayor presencia en la mujer, tanto en los compromisos personales (matrimonio, familia, amistades) como en los profesionales.


Al igual que las mujeres han aprendido de los hombres, los hombres deben y pueden aprender del estilo femenino. No se trata de que un sexo imite al otro, sino que aprenda del otro encarnando las cualidades a su estilo. Un varón, sin perder su masculinidad, puede ser delicado y captar detalles concretos. Hoy lo que se quiere borrar es la diferencia, porque se considera sinónimo de subordinación; sin embargo, lo que hay que hacer es partir de las diferencias, y sobre ellas construir un entorno más inclusivo. La mujer no debe dejar de ser mujer cuando sale a trabajar o actúa en sociedad, porque esa es su mejor aportación al terreno público, aunque no siempre sea fácil.


En la familia
El ámbito de humanización de las personas, por antonomasia, es la familia. Esta es la primera estructura de ecología humana, donde se nos quiere por nosotros mismos y donde la ley básica es la de compartir. Y aunque el hombre parece irse adaptando a las nuevas circunstancias, la mujer sigue siendo la variable estratégica en la familia.

La estabilidad social es imposible con familias inestables. Y la economía solo funciona si hay confianza, lealtad y demás virtudes que se aprenden en el ámbito familiar (las llamadas «externalidades» en la ciencia económica).

Las mujeres deben promocionar y proteger esa ecología humana que incluye crear «un ambiente en que los niños aprendan a amar y apreciar a los demás, a ser honrados y respetuosos con todos, a practicar las virtudes de la misericordia y del perdón». Todo eso se aprende en el hogar, sobre todo de la mano de la madre. Por su naturaleza, la mujer puede acoger la diversidad de cada persona única e irrepetible. El hombre, para amar, sale de sí mismo. La mujer abre su interior y, si es necesario, lo adapta al acogido. La mujer abierta a la vida representa, junto con el padre, el núcleo del que surge el capital humano −los hijos− y desarrolla el capital social: hijos formados en la escuela de valores familiares, del cuidado a los demás, de la sensibilidad, de compartir encargos...

En la sociedad actual, la natalidad ha pasado de ser un don a ser un problema que hay que evitar (aborto, anticoncepción), o un objetivo que se quiere conseguir (reproducción asistida). El invierno demográfico sigue avanzando, incluso en sociedades como la finlandesa, donde se garantizan todas las ayudas imaginables a la maternidad y paternidad, y a la integración de todos los ámbitos de la vida. El hedonismo y el materialismo están en la raíz de ello. La mujer, de naturaleza más colaborativa, puede revertir esta situación, ayudando al hombre a superar tendencias más individualistas.

Hay modos naturales de vivir y otros, en cambio, que degradan a las personas. Hacer bien la síntesis entre familia y trabajo es un problema de ingenio y de disciplina personal. Aun siendo las mujeres el comodín de la familia, no deberían permitir que el hombre sea el comodón.

La mujer debe ayudar a que el hombre se implique en el hogar, priorizando acertadamente y delegando lo delegable. La mujer puede mostrar al hombre cómo el hogar familiar es su mejor y más importante empresa.


En la empresa
«Mirar al mundo con ojos de mujer» fue el lema de la IV Conferencia Mundial de la Mujer que tuvo lugar en China en 1995. Lo que se estaba pidiendo era introducir criterios más humanos en las distintas instancias de decisión.

Hoy, el cambio necesario es hacia un modelo en el que hombres y mujeres compartan un proyecto común: construir una sociedad justa, inclusiva, cohesionada y feliz, donde se desarrolle el mejor capital humano y social. El entorno V.U.C.A. (en inglés: Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), que hoy impregna todos los ámbitos, requiere de una presencia femenina, mucho más flexible, que sepa extrapolar la organización familiar y sus valores al mundo empresarial.

El modelo de empresa que puede aportar la mujer desde una verdadera concepción humanista está mucho más acorde con lo que requieren los tiempos actuales: aplicando una serie de políticas empresariales rediseñadas estructuralmente, para que las empresas encarnen unos valores sólidos que permitan el desarrollo profesional y personal de los que en ella trabajan. Ellas no perciben la participación y la delegación como pérdida de autoridad −lo cual sí sucede con bastantes varones−, sino como parte integrante de su función directiva. Por eso tienden a fomentar el trabajo en equipo entre sus colaboradores.

El estilo directivo en femenino se caracteriza, ante todo, por ser participativo y dar un gran valor al compromiso en las relaciones interpersonales, percibiendo posibles conflictos y afrontándolos con mayor tacto que el varón. La mujer puede aportar la humanización del ambiente de trabajo, el trato amable de las personas y el uso flexible, ad hoc, de los sistemas formales, tantas veces inhumanos, buscando la cooperación y el consenso más que la competición. Por otro lado, la maternidad supone un enriquecimiento no solo personal, sino también para la empresa, porque se desarrollan competencias muy útiles para el trabajo: mayor sensibilidad hacia los demás, capacidad de negociar, de organizarse, delegar...


En la sociedad
Es tan cierto que las mujeres han estado históricamente infrarrepresentadas, como que ahora hemos pasado a un feminismo ultra excluyente que pretende poco menos que hacer una víctima de cada mujer y un agresor de cada hombre.

En el entorno social, se ha producido una ocultación de la diferencia sexual bajo la neutralidad del lenguaje, utilizando progresivamente el término «género» cuando se quiere decir «mujer», anulando así la especificidad femenina en la aportación a la comunidad. Pero numerosos estudios avalan que las mujeres han desarrollado más la empatía y la capacidad de utilizar el poder en colaboración.

Recordaba Vandana Shiva, activista medioambiental que recibió en 1993 el Premio al Sustento Bien Ganado, también llamado Premio Nobel Alternativo, que «a las mujeres se les dejó haciendo el trabajo que no era considerado importante pero que eran las cosas reales: proveer el agua y el alimento, y cuidar de la familia. Los valores que necesitamos son los de cómo vivir con la naturaleza, cómo cuidar, cómo compartir. Eso es conocimiento de mujeres. Ahora se le llama inteligencia emocional».

Esas cualidades de la mujer deben hacerse presentes también en el ámbito de la política, donde la especificidad femenina les permite comportarse como líderes compasivos, más que los hombres. Si lo sumamos a su capacidad para tender puentes, derivada de su empatía natural, podemos apreciar cuánto está perdiendo la sociedad que no incluye la voz genuinamente femenina en el gobierno de sus instituciones.

La propia ONU insta a «los Estados Miembros a velar por que aumente la representación de la mujer en todos los niveles de adopción de decisiones de las instituciones y mecanismos nacionales, regionales e internacionales para la prevención, la gestión y la solución de conflictos».

También la mujer conforma redes de apoyo en distintos ámbitos (profesionales, sociales, de amistad), desde los que fortalecer los vínculos entre ellas, a fin de seguir desarrollando sus competencias y poniéndolas al servicio de la comunidad.

En la Iglesia, la mujer ha aportado el «genio» femenino a través de las santas, verdaderas agentes de cambio que, sin tener ningún tipo de poder formal, ejercieron y ejercen una enorme influencia positiva en la sociedad. Si analizamos sus trayectorias, aportan unos valores comunes a todas ellas: unidad de vida, sentido de misión propia, realización personal…

También hoy las que más pueden regenerar la sociedad son mujeres laicas que luchan por vivir la unidad de vida. Ellas construyen Iglesia inyectando oxígeno en su torrente circulatorio, santificando el trabajo cotidiano, santificándose en dicho trabajo y santificando a otros a través del mismo, una nueva vocación refrendada por el Concilio Vaticano II, predicada y extendida por san Josemaría Escrivá desde muchos años antes.

Se cumplen 30 años desde que san Juan Pablo II publicara la carta apostólica Mulieris Dignitatem, documento de referencia en la Iglesia al día de hoy sobre la mujer, donde defiende la lucha de la mujer por sus derechos y por el reconocimiento de su dignidad, pero advierte del peligro de una cierta masculinización, igualarse en todo, arriesgándose a perder su originalidad propia.

Afirmaba Jutta Burgraff que cada persona tiene una misión original en este mundo. Está llamada a hacer algo grande de su vida, y solo lo conseguirá si cumple una tarea previa: vivir en paz con la propia naturaleza. Se trata de descubrir y desgranar esa misión original, haciéndola operativa con prioridades claras desde la feminidad. ¿Dónde soy insustituible en cada etapa de la vida? ¿Qué puedo delegar? Establecer las prioridades de nuestra vida completa, con todos los roles que nos toca desplegar: madre, hija, esposa, amiga, profesional... Ordenar y gestionar nuestro tiempo según esas prioridades… reconocer que solas no podemos llegar a todo y que habrá que delegar todo lo posible, tanto en casa como en el trabajo.


A modo de conclusión
La mujer tendrá una función regeneradora mientras no pierda su feminidad y, desde ella, trabaje en todos los ámbitos, desde la ternura, el cuidado, la acogida, aportando su saber estar en los detalles. En la familia, acompañando el crecimiento de cada uno hacia su mejor versión. En la empresa, gestionando los conflictos y suavizando las relaciones. En la política, gracias a su empatía e inteligencia emocional, será más consciente de las necesidades reales de distintos colectivos. En general, ayudará a descubrir carencias y a que se humanicen las estructuras políticas y empresariales, incluyendo los valores familiares como criterios a la hora de legislar.

En definitiva, la mujer puede ayudar a construir ese marco sociopolítico que permita a cada uno decidir en qué ámbito vital conviene poner más énfasis en las distintas etapas de la vida.

Tenemos ya incontables ejemplos de mujeres que no están dispuestas a sacrificar su ámbito privado a favor del profesional, o viceversa, y que se están convirtiendo en catalizadoras de todas las transformaciones que esta sociedad necesita. La superwoman de los noventa no es más que una caricatura. Entendemos que en el cambio de cultura que hay que promover deben tener un papel relevante las mujeres que lideran su vida integrando las distintas áreas con cabeza y corazón. Entonces y solo entonces viviremos un nuevo siglo de oro para mujeres y hombres. Si no es así, el siglo será de hierro.

La Droga: epidemia, causas consecuencias, soluciones



por el Lic. Ángel María González (Valladolid, España)


PRESENTACIÓN

El fenómeno de la drogadicción   es un poliedro de múltiples caras. No es fenómeno de reciente aparición, pero sí de enorme actualidad, debido, sobre todo, a los cambios que el fenómeno ha sufrido.

Salud, orden público, ética, juventud, familia, valores humanos, delincuencia y educación son hoy nudos de una red que afecta en mayor o menor medida a millones de seres humano a lo largo y a lo ancho de todo el planeta. Por tanto, nos resulta preocupante, y los principalmente porque está afectando sin piedad a gran parte de la juventud.

¿Por qué se drogan los jóvenes?
Tal vez por problema de adaptación o por soledad; por seguir una moda o por una influencia perniciosa de los medios de comunicación (cine, TV, música rock); por un concepto equivocado de la diversión o por evasión. Parecería que algunos son incapaces de aceptar la realidad y desearan crearse una realidad a su medida, con inversión de valores; muchos tienen dificultad para seguir pautas de vida sana, deportiva, con valores convivenciales y sociales relevantes, sin ceder a modas que nublan la dignidad humana.

Tal vez les faltan metas nobles a alcanzar, o sufren las consecuencias de cierta debilidad en la familia como ámbito de educación; y, además, tiene a mano –a bajo precio- un buen surtido de sustancias para cultivas sus caprichos.

Ante este fenómeno, bien vale la pena que hagamos un breve elenco de cuestiones y problemas mentales, físicos, sociales y personales que la droga acarrea, por ejemplo, por su repercusión en accidentes, marginación o estancamiento personal…
Es necesario decir la verdad a los jóvenes: los efectos de las drogas en el cuerpo son devastadores, y conducen a consecuencia casi siempre nefastas y de variada índole: ruina de la salud, problemas de delincuencia; en resumen, ruina de la persona.

Y es necesario también recordar que, entre las drogas, hay una barata, asequible y socialmente bien vista: el alcoholismo, que está sumiendo a millones de seres en la soledad y la marginación, además de causar la muerte de miles de personas en accidentes de tránsito.

Analizando el fenómeno, viene el interrogante sobre el papel que corresponde, frente a él, a los padres y a la sociedad en general.

UN POCO DE HISTORIA

Drogas han existido siempre
Las drogas han sido un re curso del hombre ante las enfermedades, y también un medio excepcional para escapar de la realidad envolvente.
Sin embargo, y por fortuna, el uso terapéutico de las mismas -unido a la medicina y a rituales y hábitos festivos de algunos pueblos- fue siempre muy superior al uso como escapen de la realidad. Así aconteció hasta que sobrevinieron las grandes transformaciones sociales del siglo XIX.

Los cambios que acompañaron la revolución industrial y el desarraigo personal que esa revolución conllevó, provocaron la primera gran ola en el abuso de las drogas. Hasta entonces, el uso de las mismas con fines evasivos no había sido significativo social o mercantilmente. Con la revolución industrial todo comenzó a cambiar, debido principalmente a que cierto número de sustancias (drogas) propiciaron un mercado muy estimable (y desleal) móvil izando recursos económicos al margen de las leyes y de las haciendas públicas de los países.

Fue a la vista de ese mercado creciente e ilegal cuando las naciones comenzaron a preocuparse del tema. Es fecha importante a ese respecto el año 1906, pues en él se celebró la Conferencia de La Haya sobre narcóticos, que adoptó las primeras resoluciones. Son resoluciones que han venido marcando-casi hasta nuestros días- el tipo de lucha contra las drogas que emprendieron las naciones y los organismos internacionales. Consistía principalmente en tres cosas: acción policial, estancación aduanera y prescripción médica limitada. Sobre esas coordenadas se definió la lucha contra el uso indebido de las drogas, limitándose, como se ve, a reducirlas y a controlar su oferta. Por aquellas fechas no se tomaban medidas de ningún tipo tendientes a disminuir la demanda del consumo. Eran días en que las drogas se encontraban todavía en la periferia de la sociedad.


Incremento actual de las drogas y elaboración de diseño
De la periferia a la sociedad joven
Hoy, el problema de las drogas como un elemento de refugio o de evasión es una epidemia mundial.
El ser humano, que hasta ahora había logrado asumir la realidad basándose en una creencia firme en el futuro (bien por espiritualidad, bien por ideología o por la mera supervivencia), se encuentra un tanto perdido, náufrago en un mundo hostil. Llama la atención, por ejemplo, observar cómo los hombres venían mostrándose capaces y dispuestos a enfrentarse a uno u otro orden socialmente establecido, aunque el hecho provocara algún daño a terceros, mientras que ahora parecen dispuestos a provocar incluso el daño propio.
Fue por los años sesenta y setenta cuando una juventud irritada, provocativa, se enfrentó a la sociedad utilizando, entre otras armas, y a gran escala, el arma de la droga. Era el momento de la decadencia de las ideologías. El futuro comenzaba a acercarse demasiado a prisa y la vanguardia de la juventud comenzaba a ver el paraíso a través de sustancias hasta entonces exóticas. Las drogas- alcohol, cocaína, hachís, heroína- iban desplazándose de la periferia hacia el centro de la sociedad.

Por primera vez en la historia, el alcohol comenzaba a ser consumido mayoritariamente por los jóvenes, cada vez a menor edad. Su carácter de droga legal, y el uso que la publicidad y los medios de comunicación hacían de esta droga barata, la fueron convirtiendo en todo un rito social casi sagrado y muy popular, silenciándolos consejos que alertaban sobre los peligros que su adicción implicaba.

¿Es que la sociedad actual potencia conductas autodestructivas?
En las décadas finales del siglo XX, podemos decir que se ha dado un paso más en la “popularización” del fenómeno de la drogadicción. Primero, del alcohol se dio el paso a la cocaína, el hachís y la heroína. Y hoy se trata frecuentemente de consumir drogas de diseño, porque su producción en laboratorios clandestinos y colocación en el mercado es mucho más fácil que las drogas tradicionales citadas. A diferencias de éstas, las nuevas sustancias se pueden producir a partir de productos farmacéuticos al alcance de todos, y esto evita su tráfico internacional y permite su elaboración cerca de los canales de distribución, eliminando los obstáculos aduaneros. Todo ello abarata sus costes, y por lo tanto pone en manos de jóvenes inexpertos todo un abanico de sustancias que se asocian con el ocio, pastillas que se toman como si de una aspirina se tratara.

Las motivaciones que conducen al consumo de drogas se potencian por una crisis de valores (morales, religiosos, ideológicos, de civilidad). La llamada a la rebelión, a la insumisión, a la transgresión por arte de los movimientos culturales (música rock, cine…) socava los cimientos de la educación de unos jóvenes que no encuentran modelos que representen esos otros valores que forman personas íntegras en el trabajo, la constancia, el esfuerzo, la dedicación, la superación.

Al adolescente actual le cuesta mucho decir NO a ese nuevo modelo de vida en sociedad permisiva. El adolescente necesita identificarse con el grupo generacional; le cuesta negar los valores de ese grupo y le será más difícil aún hacerlo si no se le inculcan otros modelos de vida más exigentes y nobles.

El Papa Juan Pablo II, en el primer congreso sobre la droga celebrado en el Vaticano, aseguró que el de la droga es un fenómeno que se hace difícil combatir porque hunde sus raíces en la propia condición de un mundo “en el que faltan la esperanza y propuestas humanas y espirituales vigorosas”. “Es el síntoma de una enfermedad del vivir, de una dificultad para encontrar el propio lugar en la sociedad, de un miedo por el porvenir”.

Por eso, Juan Pablo II insistió en la importancia de unos valores sólidos en la familia, como imprescindible para cimentar una personalidad fuerte, e instó a los poderes públicos, a los padres, a los educadores, a os profesionales de la sanidad y a las comunidades cristianas, a que se comprometan cada vez más, y de una manera concertada, en la labor de prevención.

Adelantemos, pues, que la misión de la sociedad será construir un mundo que ofrezca otras actividades y modelos a la juventud, desde la familia, la escuela, y todas las demás instituciones sociales, para que los jóvenes apuesten por la vida y puedan decir “NO” sin avergonzarse.

CAUSAS DEL FENÓMENO

Un concepto equivocado de la diversión
Como el tabaquismo, el alcoholismo y la drogadicción. Crack, música atronadora…, parece que tiene por objetivo la evasión, embotar los sentidos, como si en el fondo se tratara de renunciar a las sensaciones de nuestro cerebro.

¿Hay miedo a pensar? ¿Es la vida demasiado absurda como para poder afrontarla con lucidez? Tal vez hoy no se impone la lucidez y falta resistencia a la tentación de las drogas porque no se han puesto unas bases sólidas, valores duraderos, metas por las que luchar.

¿Por qué se drogan los jóvenes?
Evidentemente, las causas o motivaciones que se den en las personas drogatas serán muchas. Explicitemos algunas:
Por curiosidad: la droga parece considerarse a veces como un ritual de iniciación.
Porque está de moda: De moda sobre todo para personas sin criterio. Por halago a la moda se acusa de retrógrados a los que no se drogan. Para no ser arrastrados por la corriente hace falta personalidad y saber decir que no. Si tendemos a masificarnos, ¿se convertirá en actitud de élites el resistir a la droga?
Por satisfacer la sed de aventuras, de nuevas experiencias.  Hay que vivir-se dice- intensamente, saboreándolo todo, deseando escapar de uno mismo, abandonando o repudiando aquello que signifique esfuerzo o responsabilidad, como si esos valores estuvieran en baja. Las drogas conviven peligrosamente con todo aquello que es atractivo fácil para la Juventud.
Evasión del sufrimiento, del fracaso, de la baja autoestima, de la frustración, factores todos que pueden desembocar en depresión, dejando el camino expedito para la drogodependencia.
Cambio de las motivaciones: con las drogas se combate el aburrimiento y la falta de un proyecto de vida coherente y realista. En la búsqueda de un mundo mejor, la droga aparece como una respuesta o un sustituto del vacío espiritual, a modo de pervertida mística que mata la aspiración hacia lo trascendente.
La droga evidencia el vcío de valores de la sociedad, una falta de consistencia en algo sólido capaz de llenar tanto huecos como tiene el corazón del hombre.
Renuncia a la lucha: el drogadicto ha renunciado a luchar, solo desea la sensación evanescente, flotar en las vivencias nirvánicas. Las drogas son el camino más rápido, pero a la vez el más engañoso para huir de la realidad; la trampa está en que esa solución es tan rápida como poco duradera.
Al escamotearse el verdadero sentido de la libertad, se cae en la sumisión, en la dependencia. La dependencia es la progresiva adaptación del organismo a la droga de forma que, si la sustancia falta, se alteran algunas constantes biológicas (síndrome de abstinencia, ansiedad). La tolerancia consiste en la necesidad de ir incrementando progresivamente la dosis para producir los mismos efectos que al principio. La droga detiene la evolución de la persona, congela el proceso de maduración ante los efectos tiranizantes de las sustancias.

El tema del doping
Es bien sabido que la alta competición deportiva se desarrolla en un ambiente cargado de intereses económicos, comerciales, e incluso políticos. Las retribuciones a los deportistas alcanzan cifras incomparables a las de cualquier otra actividad.

Lo que nació como deporte se ha convertido en espectáculo profesionalizado en el que no cuentan tanto las virtudes (cultivo de cualidades físicas o salud) como la búsqueda del rápido éxito personal o colectivo.
A veces, en pos de esa meta se trata de acortar el camino por el atajo fácil que proporcionan los conocimientos farmacológicos aplicados al campo del esfuerzo físico.  Por eso abundan tramposos deportistas que ingieren sustancias peligrosas con tal de ganar una medalla o de seguir en el equipo una temporada más, atentando contra el espíritu deportivo, que conlleva virtudes como el juego limpio y la importancia de la actividad física como una faceta imprescindible en el desarrollo de la persona.

El doping, además de difundir una cultura de falta de ética, agrava el problema de la carencia de modelos para la juventud. Si los deportistas son los héroes de nuestro tiempo, resulta catastrófico para la educación que alguno de ellos salte a la primera plana de los periódicos por haberse valido de sustancias prohibidas.

Los niños de la calle… y también los niños “bien”
En muchas ciudades del tercer mundo miles de niños son abandonados por sus progenitores y malviven en las calles por medio de pequeños hurtos, prostitución, etc. Para sobrellevar su situación, muchos se dan a las drogas. Al tener que pagar la dosis diaria, se ven impulsados a delinquir cada vez con más frecuencia y en una espiral ascendente de nivel delictivo. Hay muchos que en esta carrera tienen que conformarse alcohol, pegamento, disolventes o productos farmacéuticos derivados de las anfetaminas; pero los hay también quienes consiguen sustancias como cannabis, cocaína, o ingesta de tóxicos por vía intravenosa, lo que hace proliferar el sida.

En ese campo, la pobreza, la falta de trabajo, la marginación, podrían comprenderse como motivo para tratar con la droga. Pero abundan los casos de personas que, disponiendo de dinero, fama belleza, un mal amanecieron muertas en la soledad de sus fastuosas mansiones, atiborrados de barbitúricos. Y algunas de esas personas eran el espejo donde se miraban muchos jóvenes. Astros del deporte, de la canción, actores y actrices famosos…su mal ejemplo socava la confianza de esos admiradores y minan el andamiaje de valores positivos. Esos casos podrían hacernos pensar que la vida no merece la pena, pero en realidad son indicativos de que el camino elegido por el ser humano para alcanzar la felicidad no siempre es el más obvio.

CONSECUENCIAS DE LA DROGADICCIÓN

Quien promueve la drogadicción oculta sus efectos
Los consumidores de droga, o no saben lo que se están metiendo en el cuerpo, o lo saben, pero esperan controlarlo o desafían su propio futuro conscientemente.
Hoy día, cualquier muchacho dispone de dinero que cuesta una pastilla. Esto, junto con la curiosidad insaciable de la juventud y la imprudencia propia de la edad, es el campo propicio para la vida de esos “camellos” que tratan de vender su peligrosa mercancía y de engordar las cuentas de los narcotraficantes, fortunas labradas al precio de la salud y la vida de miles de personas. Tremendo error el de no querer se consciente de que lo que se traga puede ser la propia ruina.

La droga no hace milagros: más bien mata.
Hablando en términos generales, la droga permite al organismo humano resistir despierto y activo durante muchas horas. Es un don. Si se administra correctamente, ayuda al ser humano.
Pero la naturaleza tiene una ley inexorable: lo que se recibe se tiene que pagar, y si la droga está descontrolada, sus efectos son fatales.  Al poco tiempo la droga causa toxicidad en las neuronas, que son las encargadas de la liberación de serotonina, elemento imprescindible para el recto funcionamiento del cerebro. La droga puede llegar a destruirlas.
Con la droga no se juega, porque en vez de hacer milagros, mata.

 El éxtasis
Es una droga de diseño, derivada de las anfetaminas, que se ha convertido en objeto de culto a nivel mundial. Los consumidores suelen ser jóvenes de entre 15 y 25 años. Asombra la facilidad con la que estos jóvenes encuentran información sobre su fabricación y consumo. Alguien debería advertirles que el consumo de éxtasis provoca:

  • Dependencia psíquica
  • Arritmia
  • Aumento de temperatura corporal
  • Hepatitis tóxica
  • Convulsiones
  • A largo plazo, da lugar a un deterioro neuronal grave que afecta al sistema nervioso central y causa problemas de memoria, y otras muchas alteraciones neuronales.



Otros efectos
Otras sustancias tienen parecidos efectos. Enumeremos algunos:


  • Los riesgos van desde ataques de pánico y trastornos visuales hasta muertes repentinas por hemorragias cerebrales, pasando por una amplia gama de psicosis, depresiones, cuadros similares a algunos tipos de demencia, continuando por aumento del índice de suicidios.  El sistema cerebral puede quedar dañado para toda la vida.
  • No son raros los infartos entre personas menores de 30 años, y el consumo de cocaína es el responsable de la mayoría de esos casos, lo que indica que es un error suponer que la cocaína es menos nociva que la heroína.
  • Estos problemas ocurren tanto entre los que consumen ocasionalmente como entre los que lo hacen con mayor frecuencia. Según el toxicólogo John Henry, la droga puede estar creando una generación de futuros enfermos mentales.
  • La droga es también el factor de riesgo más importante en la transmisión del sida, no solo por el intercambio de jeringuillas infectadas, sino porque muchas mujeres recurren a la prostitución para pagarse la dosis diaria.

Los jóvenes deben escuchar y conocer todo esto. ¿Quién se encarga de hablarles claro respecto de las perniciosas consecuencias del consumo de drogas? La escuela y la familia deberían aliarse para crear en la juventud una mayor conciencia sobre la salud y el respeto por el cuerpo.

EL ALCOHOL, DROGA LEGAL

El alcoholismo
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define el alcoholismo como la ingesta diaria de alcohol superior a 50 gr en la mujer y 70 gr. en el hombre.
Una copa o un cóctel tiene unos 40 gr de alcohol
Un cuarto litro de vino, 30 gr.
Un cuarto litro de cerveza, 15 gr.

El alcohol era una sustancia que tradicionalmente afectaba a seres marginados. Hoy es droga permitida que está penetrando cada vez más en la sociedad. Su consumo no sólo ha dejado de ser mal visto sino, por el contrario, está cada día más valorado socialmente.
Las campañas de marketing han logrado asociar la bebida con la imagen del bienestar, del éxito social y el triunfo económico. Salir, equivale a beber y, por analogía, beber equivale a divertirse, pasarlo bien.

Así se empieza a beber
Entre los más jóvenes, beber significa pertenecer a un grupo. El nivel de tolerancia al alcohol marca la jerarquía dentro del grupo. Lo moderno es beber, lo valiente es beber, la moda es beber. Abstenerse, por el contrario, es una postura mojigata…algo difícil de soportar por los jóvenes. Estos necesitan ser aceptados por sus semejantes. Hace falta mucha autoestima y una fuerte personalidad para resistir. ES la presión del grupo la que incita a tomar las primeras copas.
Después viene la tolerancia, cada vez mayor, que exige mayores dosis cada vez.
En la bebida alcohólica se encuentra un refugio, un bienestar, un paraíso, aunque sea momentáneo, frente al estrés de la vida diaria. El alcohol se revela como una auténtica droga que cambia el estado de ánimo y después… se pierde el control: el alcohólico- que no se reconocerá como tal- será incapaz de moderar su consumo.

Un problema personal y también social
Cualquiera podría hacer una lista exhaustiva de las consecuencias del alcohol. Desde la ruina económica, con la pérdida del trabajo, hasta el grave deterioro de la salud física y mental.
El alcohólico padece desde leves problemas de desnutrición hasta serias alteraciones del aparato digestivo, úlceras de estómago y de duodeno, pancreatitis crónica, cirrosis hepática, lesiones irreversibles en el sistema nervioso.
Miles de personas mueren cada año en accidentes de tránsito, accidentes laborales, y enfermedades relacionadas con el exceso en la bebida.
Miles de familias y matrimonios se destruyen causa del alcohol que genera durísimas tensiones internas.
El alcoholismo es un suicidio lento cuya primera víctima es la propia autoestima, un desprecio total hacia la propia persona.

POSIBLES SOLUCIONES

Ofrecer alternativas a la juventud: Los jóvenes son necesitan drogas, necesitan metas a perseguir, retos a superar. Carecen de estímulos que verdaderamente les llenen de la satisfacción que supone la superación de dificultades. La satisfacción por las metas logradas, esta es la mejor defensa con la que podemos dotar a los jóvenes para que no atenten contra su cuerpo, el soporte de la vida, que merece todo el respeto. No tenemos ningún derecho a maltratar nuestro cuerpo añadiéndole sustancias que son ajenas a su naturaleza.

La reflexión es fundamental: En todo momento es preciso reflexionar sobre los motivos que nos mueven a actuar. La reflexión es un arma contra la depresión porque fomenta la autoestima. Quine no reflexiona no madura en sus responsabilidades, no se proyecta hacia el futuro, no se hace dueño de sí mismo.

Una adecuada información: Una persona informada es menos propensa a caer en las garras de la droga. Quien conoce los peligros es más libre para decidir, está más capacitado para decir NO. Pero, ¿quién informa? Las propuestas informativas –de los poderes públicos, de la familia y de la escuela- han de ir acompañadas de un esfuerzo compartido por los medios de comunicación.

Los medios de comunicación: Pertenecemos a una generación que lo ha visto todo, que está de vuelta de todo. Ante nuestras retinas han pasado tantas escenas violentas que nuestros sentidos están embotados. Los medios de comunicación nos bombardean con escenas cada vez más truculentas. En los medios de comunicación los buenos son malos y los malos son buenos. Los malos parecen gozar de más simpatía que los buenos. El materialismo, la grosería, la transgresión, so los estandartes del modelo social en boga. Si consideramos que los medios tienen poder para modelar el tipo de sociedad vigente, no queda más remedio que pedir a esos medios que restauren, en la medida de lo posible, todo el daño que están causando con su irresponsabilidad.

Los poderes públicos se tienen que implicar más: Aparte de castigar a quienes ponen las sustancias prohibida al alcance de todo el mundo, los gobiernos han de propiciar una misión educadora en todos los ámbitos de la sociedad, para romper el círculo vicioso producto de esa inversión de los valores en nuestra juventud.

La familia, base de todas las operaciones: Además de fomentar la educación en valores constructivos, los gobiernos también han de volcarse en el apoyo a la familia. ES la célula básica de la sociedad. El ejemplo que aporta la familia es fundamental en la educación de la persona. La familia es la primera barricada del individuo en defensa de su autoestima y su realización.

La escuela: Desde la más tierna infancia la escuela debe ser un semillero de valores constructivos. La escuela no debe renunciar a ejercer protagonismo en pos de una educación integral que potencie cualidades positivas. Inculcar responsabilidad, sentidos del deber, de la solidaridad, de la trascendencia del ser humano, sobre todo en las edades más tempranas, son facetas que deben cultivarse con tanto interés como se cultiva la difusión de los conocimientos académicos.