El arte de callar


Por el P. Juan Jesús Priego
(Arquidiócesis de San Luis Potosí, México)

Confesémoslo: hay personas que nos incitan a la maledicencia. No las soportamos, y tan pronto como oímos que alguien pronuncia sus nombres el estómago se nos revuelve y queremos cuanto antes poner bien en claro lo que pensamos de ellas.

-¡Ah –decimos-, qué tipos más abominables! ¿Cómo pueden soportar, aunque sea por un minuto, ser quienes son? ¡Yo me moriría de estar en su pellejo!

Claro que también nosotros vamos a morirnos de estar en nuestro pellejo, pero de momento no queremos pensar en ello. ¡Además, no es de nosotros mismos de quienes queremos hablar! Y, mientras seguimos echando pestes, el semblante se nos descompone –la cara se nos pone verde- y las manos comienzan a temblarnos de rencor.

Ahora bien, ¿qué hacen los demás, es decir, los que pronunciaron aquellos nombres odiosos sólo por el gusto de ver cómo reaccionábamos? Nada, ellos no hacen nada: simplemente se ponen a escucharnos, risueños y divertidos. Tan bien conocen nuestra antipatía por esas personas que, a veces, únicamente por vernos gesticular como gorilas sacan dichos nombres a relucir. Dicen con fingida ingenuidad:

-Al que le ha ido muy bien en la vida es a X. ¡Él sí que tiene suerte! ¿Se puede ser más afortunado en la vida? Por si no lo sabes, en su oficina acaban de ascenderlo. ¡A él, que no te lee siquiera los instructivos de las máquinas que compra! Y, ya que estamos hablando de máquinas, ¿sabes que acaba de sacarse en una rifa un Audi?

Y luego hacen una pausa para que entremos nosotros en acción y nos pongamos a decir lo que tanta hambre tienen ellos de escuchar.

¡Pobres de nosotros! ¡Caemos en la trampa con tanta facilidad! Yo mismo, en más de una ocasión, ¡con qué rapidez he dado a conocer mis opiniones más personales al primero que pasaba! ¡Y cómo me metí en líos por tan irresponsable ligereza! No es mentira decir que apenas acababa de contarle algo confidencialmente a uno de estos advenedizos cuando ya medio mundo sabía lo que acababa de decirle.

La experiencia me ha enseñado que así hable con mi almohada o con la pared, muy pronto, mis revelaciones serán sabidas por media humanidad. La palabra humana, apenas sale de la boca, se desprivatiza y se pone a recorrer los mundos como un e-mail infectado de no sé qué virus peligroso. ¡Cuántos problemas nos vienen a los hombres por no saber estarnos con el pico cerrado! Por eso decía Chamfort (1741-1794), el célebre moralista francés: «Prefiero que hagan calumnia de mi silencio a que la hagan de mis palabras».

Hoy pienso que manifestar una opinión o confiar un parecer es algo que exige altas dosis de prudencia. Y diré todavía algo más que podrá parecer, si no atrevido, por lo menos despectivo: no todos merecen nuestra sinceridad. A éste que le das lo más sagrado que posees, es decir, tus pensamientos, ¿por qué se los ofreces a precio de rebaja, a coste de saldo? ¿Quién es él? ¿Agradecerá tu claridad, o irá más bien a oscurecerla de frente a tu adversario para congraciarse con él y hacerte quedar mal?

No creo que la advertencia sea innecesaria: «¡Cuidado!». No todos merecen lo que tú esparces por el mundo a manos llenas. Cristo mismo dijo que no había que echar las cosas santas a los cerdos, y añadió que no todas las semillas suelen caer en buen terreno. Con esto quiero decir que te reserves, que guardes silencio y hagas caso de lo que dice Baltasar Gracián (1601-1658) en uno de los aforismos de su Oráculo manual: «Se ha de hablar como un testamento, que a menos palabras, menos pleitos».

Un viejo libro publicado en Barcelona en 1913 –no se especifica en la portada el nombre del autor, y por eso no lo cito- daba a sus lectores el siguiente consejo: «La verdad no siempre se puede decir, y tampoco mucho de lo que se siente. Habla siempre bien de todos. Alaba o calla. Cosas hay que se pueden y aún se deben hacer, pero no decir».

Las palabras que llevas dentro no se te pudrirán en el pecho si allí las dejas; no son un pus del que tengas que liberarte.

Aunque alguien te ponga los pelos de punta, cállate. Es preferible que por el momento no digas nada acerca de esta persona, ni bueno ni malo. Si dijeras algo bueno, sería hipocresía; si malo, te dejarías llevar por el torrente de tus palabras (torrente, por lo demás, en el que acabarás ahogándote, no lo dudes). Guarda silencio: es lo mejor. De este modo, sin darte cuenta, tu tormenta interior amainará y tus sentimientos se irán haciendo poco a poco más serenos y suaves. 

Y, para terminar, un proverbio judío: «Hijo mío, recuerda esto siempre: tus amigos tienen amigos; por lo tanto, sé discreto».



Discriminación de la mujer y CEDAW


Notas en base a un artículo de Mons. Francisco Javier Errázuriz Ossa,
Arzobispo Emérito de Chile



El 10 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Declaracion Universal de los Derechos Humanos, había preconizado el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos inalienables de los miembros de la familia humana, especificando la igualdad de derechos del hombre y de la mujer. En 1979, los Estados participantes en la Convención para la Eliminación de toda Forma de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés: Convention on the Elimination of all Forms of Discrimination Against Women) formularon  un estatuto para la protección de los derechos de la mujer.
El CEDAW, como primer y principal instrumento jurídico internacional dedicado exclusivamente a los derechos de las mujeres, constituía un paso de gran trascendencia y un gran aporte en despertar la conciencia de la opinión pública mundial en un tema tan trascendental.
Sin embargo, desde su constitución, el CEDAW da la impreisión de poner en peligro la dignidad de la mujer, en abierta contadicicción con el espíritu y la letra de la Declaración de los Derechos Humanos. Esta ambigüedad surge de la posición hostil contra el matrimonio y la misión de la mujer como madre y esposa, lo cual constituye una verdadera discriminación.

Para hacer más eficaz la aplicación de las disposiciones del CEDAW se estableció un Comité  regulado por un protocolo Facultativo (es decir opcional, que los Estados firmantes no están obligados a ratificar, aunque hayan ratificado la Convención). El Comité  examina los progresos realizados en la aplicación de la Convención, realizando investigaciones sobre violaciones a las disposiciones del CEDAW por parte de los países firmantes.

Según el art 2 de la Convención, los Estados que la suscriben se comprometen adoptar todo tipo de medidas, incluso de carácter legislativo, para modificar las leyes, reglamentos, usos y prácticas que constituyan toda forma que, a juicio del CEDAW,  constituya discriminación contra la mujer. Esto abre la puerta para que organismos e instituciones internacionales-como el mismo Comité establecido por el CEDAW- puedan presionar para introducir leyes que den marco jurídico a lo que opine y resuelva el Comité, pues éste tiene competencia y amplias facultades reconocidas por los Estados Parte. Aceptar estas presiones es aceptar las pretenciones de un verdadero colonialismo cultural, que no respetaría, precisamente en el campo de los valores, la soberanía de los Estados. El Comité supervisor está formado por 23 mujeres expertas en en el área de los derechos de la mujer, que provienen de distintos países. Para el cumplimiemto de sus funciones cuenta con un mecanismo de supervisión e informes,  La intención del procedimiento de informes es:
ü  mantener a los Estados Parte atentos al cumplimiento de sus obligaciones internacionales en relación a la no discriminación de la mujer, de lo que deben dar cuenta a la comunidad de las naciones.
ü  dar publicidad a las violaciones a los derechos humanos
ü  presionar a los gobiernos y otros responsables de violaciones para que cambien sus inaceptables prácticas.

Dos son las herramientas que el Protocolo Falcultativo pone en manos del Comité:
ü  asegurar a las personas y grupos que pertenezcan a los Estados Parte  la posibilidad  –si han sido víctimas de discriminación- de recurrir al Comité, una vez agotados los recursos en su país.
ü  interpretar el alcance de los contenidos y la aplicación práctica de la Convención, formulando una doctrina de los derechos de las mijeres.

Esto devela que el Protocolo Facultativo trae consigo múltiples e impensadas consecuencias, que se manifiestan con mayor claridad si examinamos con detenimiento las recomendaciones que  hasta ahora ha hecho el Comité, porque la interpretación de las claúsulas de un convenio aparece con meridiana claridad en la aplicación que de ellas se hace.
Por eso, examinando dichas recomendaciones, conoceremos de qué manera entiende el Comité los artículos de la Convención, como así también de qué manera entiende sus propias facultades de interpretar los derechos de la mujer. Así podremos saber si los parámetros valóricos del Comité corresponden o no con los de los Estados firmantes.
Veamos algunos tópicos:

Familia:
art.5 de la Convención: “Los Estados parte tomaran medidas apropiadas para modificar patrones socioculturales de conducta con miras a alcanzar la eliminación de prejuicios y prácticas basadas en la idea de superioridad o inferioridad de cualquiera de los sexos, o en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.
Con esta disposición, se busca introducir medidas apropiadas para cambiar las estructuras tradicionales de familia. Así lo evidencia el informe sobre Chile 1999, donde el Comité manifiesta su preocupación por la persistencia de actitudes tradicionales sobre el papel de hombres y mujeres en la sociedad; recomienda al gobierno promover un cambio de actitud y percepción en cuanto al papel de hombres y mujeres en el hogar, la familia, el trabajo y la sociedad y hace un enérgico llamado a apoyar las leyes de divorcio. Esto constituye una clara intromisión en la cultura y la legislación, sin tacto pedagógico alguno, en base a conceptos de matrimonio y familia –tan diversos en las diferentes culturas-, que nadie ha legitimado, y con un conocimiento del todo insuficiente de sus raíces y su evolución cultural. No les falta razón a quienes afirman que no hay peor discriminación que la opresión y la dictadura cultural.

El aborto como derecho:
art 12 y 14 de la Convención: “Asegurar los servicios de atención médica, incluyendo aquellos relacionados con la planificación familiar”.

Ni la Convención ni el Protocolo abogan explícitamente por la legalización del aborto; es más, el tema fue excluido de las conclusiones.
En la práctica, salud reproductiva y planificación familiar incluyen el acceso a aborto legal,seguro y gratuito. Para el Comité, la negativa de un Estado a la prestación del servicio de salud reproductiva, es discriminatoria. Considera que las leyes que prohiben y penalizan el aborto son preocupantes pues violan los derechos de la mujer; recomienda que la legislación respecto del aborto sea revisada. Pide se tomen medidas encaminadas a la prevención de embarazos no deseados, ampliando la disponibilidad de medios anticonceptivos, incluyendo la esterilización sin consentimiento del cónyuge.
Estas afirmaciones no se sostienen en una sociedad comprometida  con los derechos de todos los seres humanos. ¿Acaso es posible construir la convivencia social donde los derechos de la mujer o del hombre individualmente sean superior a los derechos del cónyuge o del hijo por nacer?  Ciertamente esto cuestiona radicalmente la concepción antropológica emergente del CEDAW. No podemos concebir al hombre o la mujer en su mera individualidad, sin su vocación radical y gratificante al , al nosotros. El ser humano es social por naturaleza, y su felicidad depende del intercambio con los demás: con quienes vive, en quienes vive y para quienes vive.

Maternidad:
El Comité urge a Armenia a combatir el tradicional estereotipo de la mujer en su rol de madre. A Bielorrusia insta  suprimir el Día de la Madre ya que estimula a las mujeres a perpetuar el rol tradicional. A Irlanda le recomienda derogar el art. 41.2 de su Constitución que dice: “El Estado se compromete a defender la familia como base necesaria del orden social y como indispensable al bien de la Nación y del Estado. Con su vida dentro del hogar la mujer brinda un apoyo sin el cual no se podría conseguir el bien común. Por consiguiente, el Estado se esforzará en garantizar que las madres no se vean obligadas por necesidades económicas a dedicarse al trabajo con descuido de sus deberes en el hogar”.

Prostitución:
Art. 6 de la Convención: “Los Estados Parte tomarán todas las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución de la mujer”.
art. 11 de la Convención: Derecho a elegir libremente la profesión o el empleo.

El Comité del CEDAW ha introducido el concepto de prostitución voluntaria tal como lo revelan  las recomendaciones hechas al Principado de Lichtenstein y a la República Popular China para que procedan a despenalizar la prostitución. Sin embargo el Comité no se plantea la siguiente pregunta: ¿no existirán “profesiones” que son en sí mismas una discriminación contra la mujer? ¿Basta con el hecho de que se practiquen voluntariamente para que dejen de ser discriminatorias?

Conclusiones
La lucha contra la discriminación de la mujer debe darse resueltamente. El respeto a la dignidad de la mujer, unido a la apertura de todos los espacios para que la mujer pueda entregar sus aportaciones propias a nuestra cultura, excesivamente masculinizada, es una necesidad de primer orden. Con razón escribía Juan Pablo II sobre las dimensiones de esa lucha: "(...) estoy convencido de que el secreto para recorrer libremente el camino del pleno respeto de la identidad femenina no está solamente en la denuncia, aunque necesaria, de las discriminaciones y de las injusticias, sino también y sobre todo en un eficaz e ilustrado proyecto de promoción, que contemple todos los ámbitos de la vida femenina, a partir de una renovada y universal toma de conciencia de la dignidad de la mujer". (Carta a las Mujeres, 1999).

 Esta lucha, en una sociedad globalizada como la nuestra, va acompañada de otras corrientes culturales que la dañan. Podemos constatar en este campo una tendencia desenfrenadamente individualista; una opción por la realización de sí a costa de los derechos de los demás; una visión de la sexualidad que la desprende de la unión conyugal, de la fidelidad y de la responsabilidad procreadora; una vacilación alarmante acerca de la identidad de la familia y de su valor en la formación de las personas y la sociedad; una tendencia a la imposición de modelos y paradigmas carente de respeto por la originalidad de las raíces culturales.

El fenómeno de la globalización, en sus implicancias culturales merece una especial atención. Puede facilitar un mutuo enriquecimiento entre los pueblos, pero también puede promover una nivelación cultural con pérdida irreparable de la riqueza de un mundo pluricultural. Es más, puede ser un vehículo de avasallamiento cultural por parte de grupos audaces, deseosos de imponer sus propias convicciones en materia de valores, o de promover la destrucción de otros sistemas culturales que no comprenden ni toleran.

Unos parámetros culturales como los descritos recomiendan una gran cautela a la hora de acogerse a un mecanismo de control externo. La ratificación del Protocolo Facultativo confiere al Comité una indiscutible competencia sobre las instancias institucionales del País Parte. Nadie puede asegurar que no sea un primer paso en la instauración de un Tribunal Internacional con atribuciones jurídicas. Tampoco se puede garantizar que los países que no cumplan las recomendaciones del Comité no sean sancionados de alguna manera, por ejemplo, negándoles la ayuda económica para proyectos relevantes. De hecho, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo condicionan sus préstamos a la implementación de políticas y legislaciones que fomenten el aborto, el matrimonio homosexual, la fecundación artificial, el divorcio, la teoría de género, etc. A ese respecto conviene recordar que la Argentina ratificó el Protocolo, firma con la cual  hipotecó  su identidad cultural.





Tres pasos para conocer a Don Bosco



por el P. Francesco Motto, sdb.


El problema es: ¿cuál Don Bosco? Sabiendo que de Don Bosco existen decenas de imágenes en libros, revistas, periódicos, video casetes, películas, ficción, el Rector Mayor en la presentación del Aguinaldo 2012 ha hecho su elección: el Don Bosco de la historia y en la historia de su tiempo. Su grandeza humana y cristiana, su genialidad operativa, sus dotes como educador, su espiritualidad, su obra, son plenamente comprensible sólo si está profundamente radicada en la historia de la sociedad en la cual vivió. A mi juicio los salesianos deberían hacer tres pasos de aquí en adelante:

·        Primero deberían ir de nuevo a las fuentes genuinas, seguras, es decir a los textos auténticos de Don Bosco, a sus escritos, editados por él o por sus hijos, on line o en papel. No existe dificultad en la elección, gracias también al trabajo del Instituto Histórico Salesiano: los escritos pedagógicos más importantes de Don Bosco están a disposición en edición crítica, lo mismo puede decirse de las Constituciones por él elaboradas y aprobadas por los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, la introducción a ellas, las notas históricas de la sociedad salesiana, la situación disciplinar en Valdoco durante los años setenta y ochenta, más de la mitad de su epistolario y otros textos críticos publicados en “Investigaciones Históricas Salesianas”. En internet  se pueden consultar todas las “Obras editadas” como aparecieron en su tiempo en edición facsímil. Demasiado frecuente se olvida que la maravillosa historia de la infancia de Don Bosco, de su juventud, de sus primeras experiencias apostólicas en Valdoco no son todo Don Bosco, al contrario; tanto más que invitamos a conocerlo como educador y pastor, fundador, guía y legislador. Entonces no podemos olvidar temáticas ausentes en las Memorias del Oratorio: el Don Bosco real y no ideal de Valdoco, la construcción de la iglesia de María Auxiliadora y el “Fenómeno Mariano”, que sigue, el proyecto y la fundación de la sociedad salesiana, el Instituto de las FMA, la Asociación de Cooperadores, la colegialización y la difusión de la Obra Salesiana, la realización del sueño misionero, la serie de publicaciones editoriales de carácter educativo-religioso y escolástico-cultural; y todavía el Don Bosco en Italia y Argentina, sus relaciones con los papas, la Santa Sede, los obispos, la idea y la publicación del Boletín Salesiano, la formación de los colaboradores, la búsqueda de recursos económicos, las vocaciones… Un dinamismo impresionante que identifica la obra salesiana, y que Don Bosco “actualiza” constantemente.

·        Pero hay un segundo paso por hacer: es aquél de ir a las fuentes – también las más seguras y válidas- en el sentido de superar cuánto presentan a primera vista; no una lectura epidérmica y banal. De Don Bosco es necesario conocer las ideas y las estructuras mentales, los valores propios o adquiridos, el lenguaje escrito y hablado, el modo de actuar y de reaccionar… La lectura teológica de las fuentes se amplía con la social, económica y política. Lo sobrenatural debe “tener en cuenta” los elementos y factores naturales. Don Bosco no es una “isla” en el mar de su tiempo. En este sentido nos ayudan los estudios de los históricos, que gracias a Dios no han faltado en los últimos cuarenta años, cada uno con su modo particular de acercarse a las fuentes. Me limito a indicar dos volúmenes, los de Pietro Braido (Don Bosco sacerdote de los jóvenes en el siglo de las libertades) traducidos a varias lenguas, que recogen lo mejor de los estudios anteriores, afronta todos los aspectos de la situación histórica y la personalidad de Don Bosco, ofrece amplias citas de sus textos más importantes. Cada uno de los capítulos facilita la profundización, gracias a la rica bibliografía que no ha pasado por alto la advertencia del León XIII: “Veritas non indiget mendaciis nostris”, y también: “Primam esse historiae legem, ne quid falsi dicere audeat, deinde ne quid veri non audeat”.

·        El tercer paso es leer los temas del Don Bosco histórico, de cualquier carácter (religioso, moral, dogmático, político, cultural, económico...) con referencia a análogas problemáticas y hechos recientes, donde puedan ser útiles a nuestro presente. Como dijo una vez Don Chávez: “La imagen de Don Bosco y de su acción debe ser reconstruida seriamente, a partir de nuestro horizonte cultural: desde la complejidad de la vida de hoy, de la globalización, de las dificultades de apostolado, desde la disminución de las vocaciones, de la vida consagrada”.

Se comprende que no se trata de estudiar sólo el fundador, sino también los “hijos”, o sea la tradición.  Se puede decir que es la tradición la que ayuda a identificar y a explicar en lenguaje actual un “núcleo” de valor constante dentro de los conceptos “históricos”, siempre sujetos a los ambientes socio culturales que los ha creado. El saber cómo nuestro pasado ha hecho suyas las inspiraciones de Don Bosco, cómo ha asumido sus motivaciones y decisiones, cómo respondió a las necesidades juveniles de su tiempo, nos ayuda a entrar en el llamado “círculo hermenéutico”. Entonces la historiografía salesiana local, la historia de las Inspectorías, de las casas, de cada uno de hermanos, de su obra educativa tienen su peso. Para América Latina el Instituto histórico ha publicado varias e importantes fuentes, como los epistolarios del padre Bodrato, el padre Tomaris, el padre Lasagna, las relaciones de la visita del padre Albera a las Américas en el inicio del siglo XX y otros textos de las misiones salesianas….

Lo histórico, cuando ha comprendido, indicado y explicado el contexto, los eventos, las causas y consecuencias, ha concluido su tarea. En este punto, después de la interpretación “histórica” debe seguir la “existencial”. Esta es obra de todos, o sea de teólogos, espiritualistas, pedagogos, expertos de ciencias humanas, históricos, Capítulos Generales, Rector Mayor, cada hermano, hombres de Dios… Ninguno está excluido: Salesianos, Hijas de María Auxiliadora, Cooperadores, Ex alumnos, grupos  y miembros de la Familia salesiana.



New Age:¿una Nueva Moda religiosa?


por Juan Manuel Gutierrez Delgado
autor de "Cuando la moda sustituye la verdadera creencia"

El crecimiento continuo del movimiento New Age es una de entre tantas manifestaciones del retorno religioso en forma de neopaganismo y de gnosis. El New Age propone una forma nueva de religiosidad que, por algunas manifestaciones propias que ya analizaremos, coincide con el sentimiento religioso contemporáneo.

Pero, ¿qué es exactamente el New Age? ¿Una nueva moda religiosa? ¿Una evasión del mundo real o la proyección de un mundo lleno de ilusión?, ¿Es aquello que algunos llaman el retorno al IV Reich? ¿O más bien es una nueva mentalidad religiosa que surge en el mundo científico, frío y sin sentido trascendental de Occidente?

En este escrito, quiero presentar las líneas filosófico-teológicas generales de lo que es en realidad el New Age y mediante qué signos o características se manifiesta al hombre de hoy.
Los creyentes católicos debemos conocer realmente estas nuevas sensibilidades religiosas que hablan de sincretismo, niegan la revelación cristiana y propugnan el culto del yo y de numerosas falsificaciones de la verdadera fe cristiana.

Definición y origen

La New Age es un conjunto de prácticas aparentemente diversas, pero unificadas por una visión de humanización total (holista):
técnicas de ''ampliación de la conciencia'' y medicina del alma,
astrología
channelling (comunicación con la entidad del mundo invisible),
control del cuerpo por medio de artes marciales, y mediante el aislamiento sensorial o las terapias inocuas;
control de la naturaleza con el arte foral, la ecología o el vegetarianismo.

La New Age es un nuevo modo de ver la realidad de las cosas. Según lo definen los propios fundadores del New Age, este movimiento es ''un nuevo paradigma. Un lago esotérico y misterioso donde fluyen las corrientes de los años '60: ecologistas, movimientos radicales, ambientalistas y pacifistas''. (del griego esoterikós, que se traduce por lo que está oculto) El movimiento de la Nueva Era busca la liberación de la naturaleza humana y cósmica de sus múltiples dolencias y sufrimientos, no a través de paradigmas políticos o ideológicos por medio de la meditación y del conocimiento. Hace que la humanidad penetre en el nivel de conocimiento espiritual-planetario, para entrar en una ''nueva era'' caracterizada por la paz y la felicidad.

La conocida newager Marilyn Ferguson, afirma que el New Age es una ''red sin líderes, que trabaja para realizar cambios radicales en los Estados Unidos''. Pero, según Franc Rodé, se trata de un ''supermercado de religiones donde cada uno toma lo que le gusta y deja el resto''. Y según los sondeos sociológicos, se trata de una religiosidad destinada a convertirse en fenómeno de masas por su ambigüedad, su fuerza y su capacidad de servir al romanticismo y al sentimentalismo religioso de la sociedad actual.

Sin tener fundadores, ni sedes, ni libros, ni dogmas, New Age es una espiritualidad sin Dios, sin Gracia, que va muy unida al espíritu de nuestro tiempo, que cambia continuamente, usando símbolos cristianos y que por ello no se puede poner en un catálogo.



Sus inspiradores

A la pregunta de cómo nace el New Age, podemos responder que posee dos fuentes principales de nacimiento: la corriente del Acuario con Paul Le Cour y la Sociedad Teosófica con Alice Bailey.

Se define con el nombre de ''precursores de la era del Acuario'' a las corrientes esotero-ocultistas, nacidas en la segunda mitad del siglo XIX. Este pensamiento esotérico trata sobre la transformación de la civilización: Cada vez que el sol entra en un nuevo signo zodiacal, esto es, alrededor de cada 2.160 años. La última transformación acaecida fue la del cristianismo en la era de Piscis. Por esto, el próximo gran cambio que se acompañará al advenimiento de la era del Acuario corresponderá a una hecatombe, a la que seguirá la venida de un ''gran Rey'', el retorno del Cristo-Acuario, que marcará el inicio de una nueva edad de oro. La nueva religión, entonces, será un esoterismo cristiano y gnóstico, basado en el Evangelio de San Juan, el verdadero evangelio del Acuario.

También, Alice Bailey (1880-1949), tercera presidente de la Sociedad Teosófica, esperaba la transición hacia una nueva era, donde se reconciliarían todas las religiones en la identidad de sus orígenes, basados en lo que ella denominaba la verdad eterna.

Bailey desarrolló las ideas gnósticas de Helena Blavatsky (1831-1891), como la nueva encarnación del Cristo cósmico. 'La doctrina teosófica de los seguidores de la Sociedad Teosófica creían en la existencia de maestros, los cuales serían seres espirituales, u hombres especialmente favorecidos por el destino, que se habrían desarrollado más que la mayoría de los otros hombres, es decir, que habrían llegado a ser especialmente iluminados. Son los avatares, sucesivas reencarnaciones de los dioses. Cristo no es más que otro avatar que anuncia la Salvación.

A Alice Bailey se le debe haber establecido los fundamentos de la New Age, cuando publica en California –donde se radica al llegar de  Inglaterra natal- el libro "El regreso de Cristo". Por ello se le considera como la "suma sacerdotisa", y en su calidad de médium espiritista, recibía mensajes de su maestro de sabiduría, el tibetano Djawal Khul, de donde se elaboró una especie de "plan" que se sigue detalladamente en los círculos del New Age.

Sus ideas han sido tomadas por cantidad de hermandades y cofradías entre las cuales podemos citar a los rosacruces, la hermandad blanca universal, la comunidad de Findhorn en Escocia, etc.
David Sangler, destacado líder del Movimiento y por tres años codirector de la Findhorn Foundation de Escocia escribió en 1978 lo siguiente: "Lucifer actúa en cada uno de nosotros para introducirnos en un estado de perfección. Si entramos en una nueva era, la era de la perfección del hombre, cada uno de nosotros llegará de alguna manera al punto que yo denomino la "iniciación luciférica. Esta es la particular puerta de entrada que debe atravesar el individuo para llegar plenamente a la presencia de su luz y perfección".
Aquí se evidencia claramente una consagración a Lucifer.


Aldous Huxley, Carl Gustav Jung, Lessing Sheldrake, James Rudolf se consideran como los inspiradores de New Age.
Los dos teóricos principales del New Age son Fritjof Capra, un físico austríaco residenciado en California, y ganador de un premio novel de física y Marilyn Fergusson, con su libro " La conspiración de Acuario. Transformaciones personales y sociales en este fin de siglo",  que es considerado actualmente como el libro del culto del Movimiento New Age.


Características

La característica principal del New Age es su preferencia por la reflexión oriental de estilo panteísta, como camino para vivir una nueva religiosidad. Propugna un sistema religioso donde Dios se disuelve en lo Divino y viene a ser una ''energía cósmica''. Dios se identifica con lo último de la realidad de las cosas, especialmente con la psique humana.

Su  visión ''científica'' de la realidad se basa en el holismo y en la evolución. El holismo identifica la materia con las ondas de la energía; hace del universo, según Fritjof Capra, un ''océano de energía'' donde todo nace, participa de la misma realidad y se halla en evolución constante.
Como técnicas, el New Age adopta la música, la danza, el arte en general, las artes marciales, el yoga, el budismo zen, el misticismo, la búsqueda de la sabiduría en las civilizaciones antiguas, la magia, la droga, el contacto con la naturaleza (la diosa Gaia) y otros métodos y técnicas. Utiliza la psicología de Jung (conciencia colectiva) y la psicología humanística de Maslow, que se basa en la experiencia de la unidad con el cosmos. (panteísmo).

Sintetizando: la New Age busca una transformación cultural de la sociedad, que incluye la sustitución de todas las religiones en nombre de una Nueva Era.

La fe del New Age
El New Age expresa una concepción del mundo (del cosmos, en su concepción más extensa) con los siguientes adjetivos:

holística (la realidad de las cosas se encuentra en el Todo),
ecológica (la diosa Gaia es la madre Tierra, que debe ser adorada),
andrógina (el mundo es una unión de lo masculino y lo femenino),
mística (lo divino pertenece a un Todo),
mundial (conciencia colectiva).

En el movimiento de la Nueva Era, se transita de la fe sencilla a lo gnóstico o creencias ocultas; de la religión a la espiritualidad; de la oración-súplica a la oración-mantra; de la obediencia a la experiencia... La fe está fundamentada en una espiritualidad esotérico-mística, donde se busca la unidad con una visión totalizante de la realidad de las cosas. También, se promueven un complejo de técnicas para explorar las fuentes del Ser y del Uno donde se refuerza el narcisismo del ego.

En la fe del New Age hay un sentido de profundo vacío existencial y de un deseo divino no colmado, donde se buscan las razones para vivir. Lo espiritual se identifica con lo emocional, aparece el culto de uno mismo, y existe un misticismo pagano, en donde se adora una divinidad sin nombre.

El semanario NEWSWEEK publicaba no hace mucho tiempo un análisis sobre las inclinaciones espirituales y religiosas en Estados Unidos, indicando que la ley de la oferta y de la demanda y los trucos comerciales se están aplicando ya a las diferentes comunidades religiosas cristianas.

De este modo la ley del mercado hace que la eficacia de un pastor protestante o de un sacerdote católico no se mida por su ejemplo fiel a las Sagradas Escrituras o a la predicación propia, sino a la cantidad de gente que acude a la iglesia y a la cantidad de dólares recaudados en las ceremonias religiosas. Así, para que la religión convenza deberá observar las ''prescripciones de calidad'' propias de un mercado competitivo, porque aparentemente esto es de lo que se trata, de ganar clientela. NEWSWEEK anota tres:

·        Se presenta como un menú de restaurante. Las diversas confesiones e iglesias ofrecen doctrinas entre las que cada persona escoge, según sus gustos. No se trata de pertenecer a una fe determinada, sino de ir haciéndola a la medida, escogiendo un poco de una religión y un poco de la otra.
·        Religiosidad entendida como feeling, sentimiento. No existe ningún interés por la formación religiosa ni por la profundización en la fe o en los fundamentos propios de la religión. Las creencias que se admiten son epidérmicas y no exigen una adhesión comprometedora a ninguna religión en concreto.
·        Religión fácil. Es una religiosidad basada en una intensa vida social, en vistas a satisfacer el sentimiento religioso propio de todos los hombres.


Por otra parte, el Credo del New Age es ambiguo y busca la satisfacción de todos los gustos y medias espirituales a elegir. Evidentemente, posee directrices o ''dogmas'', y son éstos los que fundamentan su Credo:

·        Rechazo radical de la filosofía y la religión de la ''Old Age'', Era Antigua. Esto significa una oposición frontal frente a la civilización judeocristiana. Promueve las religiones paganas (ritos celtas, mitología germánica...).
·        Se enfrenta al dualismo creado por Occidente denominado ''Dios y hombre'', considerando que la humanidad es una, la naturaleza y la humanidad son una sola realidad, el Universo y Dios son uno.
·        Propone el libre examen de la percepción de la realidad, donde cada uno interpreta como quiere las religiones y la realidad existencial que las rodea, frente al dogmatismo religioso de las religiones tradicionales.
·        Predica la Era del Acuario, que teóricamente nos traerá una era de armonía y paz cósmica a lo largo del Tercer Milenio. Nacerá así una nueva religión, bajo la llegada de un Cristo Aquarius liberador.

Frente a este Credo, nos encontramos con otra realidad, y es el hecho palpable de la expansión vertiginosa del New Age por todo el globo terrestre: múltiples seminarios, un sin fin de cursos, revistas y librerías. Centros y librerías New Age, con variadas imágenes y rótulos, se reproducen por doquier, comercializando todo tipo de objetos, plantas, curiosidades diversas. Existen cientos de miles de  libros publicados sobre cualquier tema que desarrolle el pensamiento newager, como si se tratara de un apostolado escrito. Además de poseer numerosos supermercados y farmacias especializados en alimentos newagers (alimentos ecológicos, vegetarianos, de relajación...) y medicina alternativa.


Conclusión

Hemos  realizado una explicación breve de la Era de Acuario, del New Age, pero no ha sido una explicación completa ni exhaustiva. Conocemos las ideas básicas de la espiritualidad del New Age, cuáles son sus características fundamentales y cómo se manifiesta al hombre y mujer del siglo XXI. Pero surge una pregunta inquietante: ¿cómo podemos vivir nuestra religión católica ante el influjo irremediable de este nuevo movimiento sincrético, esotérico y ocultista?
Por una parte, conviene reconocer que la Era del Acuario nos propone una visión ambigua del mundo en lo espiritual y en lo religioso. Intrínsecamente, es una respuesta a las preguntas y a la sed de trascendencia del hombre actual. Pero el agua que presenta el New Age es un agua no potable, contaminada de lo pagano, lo gnóstico y lo sincrético.

La nueva evangelización debe ser superadora al New Age, y también a todos los nuevos movimientos religiosos denominados ''sectas''.

Urge defender la fe frente a estas nuevas concepciones descristianizadoras. Tal defensa consiste en efectuar un refuerzo de la identidad cristiana, ligar de nuevo la relación auténtica entre fe y obras, fe y vida cristiana, y una conciencia vital de aquello a lo que oramos y en lo que cristianamente creemos. Potenciar nuestras creencias cristianas básicamente desde la reflexión del Credo de nuestra fe católica, completada a través de una catequesis profunda y desde la vivencia de la fe personal, que logre adentrar a todo creyente en la auténtica senda. La catequesis está destinada a llevar a cabo esta función evangelizadora, frente al mundo actual, necesitado de dar respuesta a cuestiones inquietantes de la existencia humana.



El influjo de las personas buenas


Lo que es bueno y valioso influye positivamente en el ser humano aunque éste no entienda o no se de cuenta del valor que tiene cerca. Cualquier padre de familia dejaría a sus hijos al cuidado de una persona buena aunque los hijos no se den cuenta de la calidad de esa persona.

La gente buena crea un ambiente de seguridad y enriquece las conductas de las personas, sean mayores o menores. Santo Tomás decía: “El bien es de por sí difusivo”

Un amigo me contó que había estado leyendo los Evangelios todos los días durante 25 años y que recién el último año había prestado atención a lo que leía. Creía que los 24 primeros años había perdido el tiempo. Yo le dije que no. Que esa lectura, aunque estaba llena de distracciones, le había servido bastante para estar cerca de Dios.

Igual sucede con el que va a Misa, basta su presencia para que exista un influjo de algo muy bueno. O el que asiste a un concierto de música clásica, puede no entender nada, pero la belleza de lo que escucha influirá en su interioridad.

Lo mismo ocurre con el que está rodeado de una familia buena, los méritos de los otros lo hacen bueno. Luego tendrá que hacer méritos también. Primero para reconocer lo que ha recibido y luego para producir él también.

El influjo de las personas buenas hace a las personas libres
Aunque lo ideal es conocer bien, para hacer las cosas a conciencia y voluntariamente, todos tenemos que reconocer, (forma parte de las limitaciones humanas), que existe un período de tiempo, corto o largo, en el que, por el influjo de otros, hacemos cosas buenas sin tener un entendimiento claro de lo que estamos haciendo, incluso, algunas veces, las hacemos contra nuestra voluntad.

Puede ser también que al pasar los años se repitan circunstancias parecidas, y no por eso pensamos que hemos perdido la libertad. Al contrario, estamos contentos de recibir esas ayudas necesarias que nos hacen más libres.

El prestigio del que tiene autoridad
Con estas consideraciones podemos entender mejor las excelencias del argumento de autoridad. La autoridad es, (teóricamente), la persona o institución que busca lo mejor para los súbditos y se pronuncia con indicaciones, normas, criterios y sugerencias. (Estado, Iglesia, Familia, Colegio, personas competentes).

Los súbditos son los que respetan y obedecen a la autoridad sin poner en tela de juicio los argumentos que escuchan. Como el hijo que dice con una certeza profunda: “Lo ha dicho mi papá” Eso le basta para persuadir a otro de la veracidad de sus argumentos.

Lo mismo podemos decir de los alumnos con respecto a sus maestros o de cualquiera que valora este argumento, que es esencial para el autentico desarrollo y progreso de los pueblos.

El argumento de autoridad es indispensable para lograr una educación adecuada y poder avanzar rápido. El sentido común y la sensatez están a favor de este argumento que enseña a los hombres a ser humildes valorando los criterios y experiencias de los que más saben o tienen mejor preparación, también las enseñanzas y consejos de los que nos han precedido.

El ataque al argumento de autoridad conduce al caos y a la desorganización social. No es sensato romper y criticar sin más a una persona buena que tiene un prestigio de autoridad, que además tiene potestad para mandar. Es lógico que al autoridad tenga que tomar decisiones que pueden ser muy costosas o difíciles. La fe y la obediencia son dos virtudes esenciales para encauzar bien todo lo que viene a través de la autoridad que se debe respetar y querer.

El que pretende ser siempre autónomo e independiente en sus criterios se convierte a la larga en un tirano y termina siendo esclavo de sus propios argumentos.






Redes sociales y asistencia salesiana: una mirada desde el Sistema Preventivo



por Francisco Javier Valiente, sdb.

 Un mundo en red… social

Cada vez más habitantes del planeta utilizan internet en su vida diaria. Cualquier estadística que ofrezcamos sobre el uso de las redes sociales quedará desfasada en poco tiempo. Pero sí podemos señalar las tendencias de estos últimos años y que, parece, continuarán en los próximos. Más de 2.000 millones de usuarios de la Red que han encontrado en las aplicaciones que llamamos redes sociales (social network) o medios sociales (social media), unos nuevos canales y medios para comunicarse. Las principales redes sociales van agrupando, entorno a sí, a un número cada vez mayor de usuarios. La más extendida, Facebook, en 2013 tiene ya mil millones de usuarios.

Es importante darnos cuenta de la extensión, profundidad y características de este fenómeno, especialmente en lo relativo a lo que supone en la socialización de los usuarios pues, como señala Benedicto XVI en el mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales para 2013, es necesaria “una comprensión atenta de este ambiente” como paso previo a una presencia significativa dentro de estos nuevos territorios.

Ya son significativas, de por sí, las metáforas que utilizamos para referirnos a las redes sociales. Técnicamente son programas informáticos, aplicaciones y desarrollos tecnológicos que utilizan internet y los dispositivos electrónicos para su funcionamiento, enlazando nodos y terminales. Sin embargo, nos referimos a estas realidades como ambientes, entornos, nuevos territorios, espacios, nuevo continente [1], etc. Decimos que son significativas estas metáforas pues están queriendo expresar lo que para las personas son estas aplicaciones. En el fondo, son un espacio más de la vida de los individuos, especialmente de los jóvenes. Parte de su vida está también reflejada en estos territorios poblados por personas que interactúan y comparten todo lo que pueden compartir en el mundo físico.

Cuando hablamos de redes sociales entendemos esas estructuras sociales compuestas por grupos de personas que están conectadas por diversos tipos de relaciones que pueden ser de parentesco, amistad, relaciones laborares, intereses comunes, participación en tareas comunes. Las redes sociales se superponen y, cada uno de nosotros, puede pertenecer a distintas redes. Lo característico es que en todas hay personas, que están conectadas y que comparten (relaciones, intereses, conocimientos…).

El fenómeno de las redes sociales no es algo nuevo; el ser humano siempre ha creado redes de comunicación. El desarrollo de la civilización va unido al establecimiento de esas redes que se han ido alargando y han ido conquistando nuestro mundo. Las tecnologías y medios de comunicación han hecho posible el establecimiento de esas redes generando redes de comunicación aprovechando los medios y canales que han existido en cada época. Hay que tener en cuenta que las redes “no sólo se crean para comunicarse sin para posicionarse, para imponerse en la comunicación” [2]. Este es un aspecto, el del poder de las redes, que no habría que dejar que pasara desapercibido.

Pero, ¿qué es lo que ha sucedido en estos últimos años? Ya nos encontrábamos en una época de cambio cultural y antropológico con la llegada de internet pero, especialmente a partir de 2004, el mundo de la comunicación, a todos los niveles, se ha visto sacudido por el desarrollo de aplicaciones digitales que han supuesto un salto cualitativo en cómo utilizamos internet y en el lugar que ocupa, ahora, la Red en nuestras vidas. Con el desarrollo de internet y la evolución a lo que se ha dado en llamar web 2.0, o el siguiente escalón que ya está surgiendo la red 3.0, se ha producido una explosión de las aplicaciones de social media. Redes sociales generalistas (Facebook, twitter, Google+), profesionales (Linkedin, Viadeo), cerradas o abiertas, verticales u horizontales, se van instalando en nuestra vida y los usuarios las utilizan cada vez más para relacionarse, informarse, compartir conocimiento, y trasladar al mundo virtual las redes que ya existen en el mundo físico. Pero virtual no se entiende, en este contexto, como irreal, falso o ilusorio. No se trata de un sustituto de lo real, sino como una forma de actualizarlo, como una posibilidad más de lo real [3] mediante la tecnología utilizada (ordenador, conexión a la red y aplicaciones de social media), que permiten un tipo de socialización diferente “pero no por ello inferior a las formas anteriores de interacción social” [4].

Un tipo de socialización que utilizan, especialmente, los jóvenes, los nativos digitales, para los que el mundo de las redes sociales es una parte más de su mundo. Lo que sí parece cierto es que esta forma de interacción y de relación “está siendo cada vez más importante entre quienes navegan por la Red” [5], mundos paralelos de relaciones que “desde el punto de vista psicológico no tienen características de inferioridad o limitación” [6] respecto a las relaciones que se mantienen offline. Y es que suele darse por sentado que las relaciones a través de dispositivos digitales tienen menos peso o influencia en la vida de los individuos que las relaciones mantenidas en el mundo offline o analógico, las relaciones cara a cara. La Red es una posibilidad más para las mismas personas de interactuar, no es una realidad aislada, sino que, a este tipo de interacciones, los usuarios traen “su género, el momento de su ciclo de vida, su bagaje cultural, su estatus” [7], sus sueños y deseos, sus dudas, todo su mundo, y también su fe o su falta de ella.

Un tsunami comunicativo

La revolución de Internet y, especialmente, el desarrollo de las redes sociales están cambiando la forma de comunicar, los modelos de comunicación. Cambios que influyen en los usuarios particulares y en las organizaciones. Hoy el destinatario de la comunicación tiene cada vez mayor protagonismo. Estamos pasando de los medios de masas a la masa de comunicadores. Los públicos son transceptores, es decir emisores y receptores de información, o “prosumers [8]”, que consumen contenidos pero ellos son también productores de contenidos.

Como Congregación, somos conscientes de los cambios que se están produciendo en la comunicación por la presencia de las tecnologías digitales. Toda nuestra vida se ve afectada. Cambia la comunicación de masas, la comunicación interpersonal, nuestra manera de conocer, participar, colaborar, nuestra forma de ver el mundo. Y esto exige un importante cambio de mentalidad en nuestra acción educativo pastoral, que es una tarea eminentemente de comunicación. Y cambio, también, en la manera de cómo gestionamos las estructuras, pues están cambiando las reglas del juego y las personas buscan más la participación, los mensajes bidireccionales, la comunicación más transparente.

Los medios sociales o redes sociales, están generando nuevas formas de agregación entre las personas, y hacen que nos replanteemos a qué comunidad pertenecemos, cuáles son los agentes socializadores, que están dispersos en las redes. De cualquier forma hay que advertir que en este “espacio existencial [9]”, en estos nuevos lugares de socialización, y en estas redes sociales, es posible transmitir emociones, es decir, es posible conectar con las otras personas a niveles más profundos. Que no todos los contactos que se establecen son efímeros, ligeros y superficiales, sino que implican a la persona y llegan a tocarla interiormente. También, pueden generar una socialización débil o tipos de relaciones superficiales que lleven a considerar al otro meramente un enlace.

Sin embargo, dicen los expertos que “la presencia de un medio tecnológico no determina la anulación de los aspectos emotivo-cognitivos de una situación” [10], que es posible experimentar emociones online. Para los educadores este aspecto es significativo. Nardone y Cagnoni han hecho un recorrido por los estudios de psicólogos y sociólogos que sostienen cómo la persona que interactúan en un ambiente virtual, a través de la Red, “puede experimentar las mismas emociones y reacciones que experimentaría en una situación real” [11], así que este tipo de experiencias influyen en la vida offline de las personas. La posibilidad de experimentar emociones es, precisamente, uno de los atractivos de este tipo de socialización. Es curiosa, en este 2013, la campaña publicitaria de la marca automovilística Audi que tiene como eslogan una pregunta: “¿Para qué sirve la tecnología si no es para emocionar?”. Además, el tipo de comunicación es informal y desinhibido. Estas características tienen su cara y su cruz. Por una parte la comunicación es fluida, lejos de los corsés que pueden colocar los tópicos sociales. Por otra parte, no siempre se utiliza bien esta libertad absoluta de expresión, se puede decir todo lo que a uno le venga en gana, sin importar las consecuencias de ello.

Buenos cristianos y honrados ciudadanos en el mundo digital

Nuestra presencia, cada vez más frecuente, en el ciberespacio exige que nos planteemos cómo es nuestra ciudadanía digital. Tanto en nuestra vida online como offline, hay que salvar siempre el respeto por la persona, la salvaguardia de la dignidad humana. En nuestra formación deberíamos insistir en este aspecto: ser conscientes de que nuestro comportamiento en la Red refleja lo que somos, y también aquí llevamos nuestra ética, nuestros principios morales, nuestra visión del mundo y de la persona. En la tradición salesiana, apostamos por la prevención de determinados comportamientos que puedan lesionar la integridad de las personas. Por ello, ponemos la educación y la formación de los usuarios como uno de los ámbitos significativos de actuación dentro de la acción educativa y pastoral salesiana. Formación que tiene que partir del conocimiento técnico de las nuevas tecnologías y aplicaciones de social media, que irán cambiando con el desarrollo tecnológico, pero que tiene que mirar sobre todo a los aspectos profundos de comportamiento y actitudes, de cómo somos en las redes, por qué estamos en ellas, cómo nos mostramos y cómo tratamos a los demás.

Salesianos, educadores y colaboradores, animadores, somos conscientes de que ante nosotros se abre un fantástico mundo de posibilidades para la comunicación a todos los niveles. La educación, pastoral, catequesis, evangelización también cambian pues cambian las personas con las que tratamos, cambiamos nosotros y los medios que utilizamos para comunicarnos. Estamos ante un cambio antropológico importante, un cambio cultural que nos plantea retos y nos laza a estar presentes en estos nuevos espacios siendo conscientes de su importancia para la vida de los jóvenes.

Las tecnologías digitales son una oportunidad pastoral. La Iglesia está poniendo de manifiesto la necesidad de estar presentes en el ciberespacio para evangelizar este nuevo territorio y ayudar a crear una cultura de la participación y la colaboración, del respeto, de la comunicación profunda. Al mismo tiempo, como todas las realidades humanas, hace falta una reflexión sobre las implicaciones que tiene y los aspectos positivos y negativos que giran alrededor de ellas.

En toda la formación salesiana, pero especialmente en la formación inicial, sería necesario abordar estos temas. Pero además, y desde la práctica del Sistema Preventivo, tenemos que ofrecer una formación en este ámbito a los jóvenes que son nuestros destinatarios. No siempre la facilidad de uso de las tecnologías digitales, especialmente por parte de los jóvenes, va unida a una reflexión sobre planteamientos éticos y consecuencias de su actuación. En la formación también hay que tener en cuenta la diferencia de edad de los hermanos, las costumbres en los distintos países, incluso las legislaciones sobre el mundo de Internet, aunque este último aspecto cada vez más se está homologando a nivel mundial. Y es que incluso determinados comportamientos en la Red pueden tener una repercusión legal, pueden ser delitos, según las legislaciones. No entramos a valorarlos pero hay que caer en la cuenta de que algunas prácticas pueden ser delitos y no ser conscientes nosotros de ello. Por ejemplo el ciberacoso, la suplantación de personalidad, utilizar el perfil o el correo de otro haciéndonos pasar por él, publicar comentarios que pueden ir contra la buena imagen de la persona…

Como aspectos a tener en cuenta, podemos hablar de una ecología en el ciberespacio. Esto es, de hacer el mundo de las redes sociales habitable, lo que conlleva la responsabilidad de todos a la hora de construir este nuevo territorio a medida humana. Es el comportamiento ético que se traduce en una forma de actuar, debe tener en cuenta, al menos, los siguientes aspectos:

ü  El área de la comunicación personal, las buenas maneras, urbanidad, trato cortés, expresión correcta.

ü  Recuperar el valor de la palabra. La comunicación en la Red es, mayoritariamente, a través de la palabra escrita. La palabra tiene que ser expresión de lo que la persona es. El valor de la verdad.

ü  Reciprocidad ética. Al otro lado de la pantalla hay una persona. Tratar a los demás como queremos ser tratados.

ü  Comunicar y compartir el saber. Responsabilidad personal sobre la veracidad de lo que se comparte y contribuir a la construcción del saber aprovechando las posibilidades de la tecnología.

ü  Frente a tantas opiniones como se vierten, respeto por las opiniones de los demás, pero espíritu crítico y también audacia para expresarlo.


Cuidar la privacidad y la identidad digital

Estamos creando nuestra huella en la Red. Cada vez Internet sabe más de nosotros, nuestro rastro en la Red es cada vez más intenso, hay más información sobre nosotros, más datos sobre nuestra vida, fotos… podría construirse la identidad digital de cada uno de nosotros y en las redes sociales volcamos una gran cantidad de información sobre nosotros mismos, nuestros contactos, las personas que nos rodean. Y, la mayor parte de las veces, esa información no nos pertenece. A la hora de estar presentes en la Red, hemos de tener en cuenta esta realidad. Hoy la persona es el “portal”, formamos parte de un flujo de información que no siempre controlamos. Es cierto que se está redefiniendo el concepto que tenemos de la privacidad.

En realidad, salvo comportamientos imprudentes, trasladamos a las redes sociales lo que hacemos en el mundo analógico. Con amigos y conocidos compartimos comentarios, fotos, impresiones, qué hacemos, qué pensamos. Las redes multiplican esta práctica. Se habla de una intimidad ambiental pues, a medida que compartimos con otros, y estos otros con nosotros, nos resulta menos problemático que los demás vean lo que hacemos o dónde estamos. Bien es cierto que, y esto es un aspecto a educar, los usuarios decidimos qué compartimos y con quién.

Por eso, hay que cuidar la privacidad. Preguntarnos qué datos nuestros están en la Red, qué información sobre cada uno de nosotros está fluyendo por la Red. Si tenemos blogs, perfiles, si participamos en foros de discusión, comentarios en otros perfiles, álbumes de fotos, videos en youtube… Por otra parte, están las tecnologías de control (cookies, contraseñas...) que recopilan información sobre nuestro paso por Internet sin darnos cuenta.

Y, al mismo tiempo, cuidar la privacidad de los demás. A veces escribimos mensajes, comentarios, que ofrecen datos de terceras personas sin que tengamos autorización para hacerlo. En este sentido, hay que tener mucho cuidado con las imágenes, especialmente si son de menores. Hay que ser conscientes de que no somos dueños de lo que enviamos o publicamos en Internet. Una vez enviado un mensaje, o publicado un comentario en un perfil, no sabemos dónde puede llegar. Hay que pensar bien lo que publicamos.

Otro principio general, en relación con la privacidad, es que la Red no olvida. Mientras no se desarrollen leyes que faciliten el dominio de los usuarios sobre los contenidos que hablan de nosotros, lo que ponemos a Internet (post, noticias, comentarios, fotos, videos) seguirá estando ahí cuando pasen los años. Además hay que tener en cuanta que las empresas que ponen a nuestra disposición las aplicaciones de social media se nutren de la información que dejan los usuarios para obtener beneficios a través de la publicidad. Información que, cada vez más, se cruza, se comparte entre aplicaciones y forma parte del magma de información que circula por Internet, que es archivado e indexado por los buscadores. Y, para las empresas, es muy valiosa la información sobre gustos, intereses, comportamientos, que van obteniendo de los usuarios.

Hay dos ideas que los usuarios de Internet deben cambiar. Una es la sensación de impunidad, según la cual lo que hacemos en la Red no tiene consecuencias, en la Red vale todo, se puede decir todo sobre los demás… las leyes están cambiando para preservar el derecho a la propia imagen, a la buena fama… especialmente en lo relacionado con los menores. Y otra, es que todo es gratis. A parte de servicios de pago, cada vez más frecuentes en descargas de contenidos o adquisición de aplicaciones, es nuestra información personal la moneda que utilizamos, sin ser conscientes, para utilizar “gratuitamente” las aplicaciones de social media o motores de búsqueda, por citar algunos ejemplos.


Estar atentos a los contenidos

Internet permite el acceso a contenidos de todo tipo. Es un espacio donde, más que antes, se requiere un ejercicio maduro y responsable de la libertad personal. Todo lo que en la formación inicial y permanente se haga en esta dirección, será muy útil para dar herramientas a los hermanos a la hora de estar en el mundo digital.

Un tema no exento de polémica, dentro de las comunidades, puede ser la aplicación de filtros de contenidos en los ordenadores o servidores. Podrían ser útiles en ordenadores públicos, que tienen libre acceso, pero puede ser más problemático en ordenadores personales. Además, hay que tener en cuenta que lo más habitual es acceder a la Red por múltiples dispositivos (Smartphone, tablets…) y no sólo conectándose a través del servidor comunitario, sino que son más frecuentes las redes wi-fi abiertas. Parece más útil insistir en la formación de la persona, en el uso responsable de la Red, etc.

Es necesario potenciar el espíritu crítico frente a contenidos, informaciones… La facilidad de participar en la Red, puede llevar a que se esté pasando de un saber especializado (episteme) a un saber basado en la opinión (doxa). Saber discernir, enjuiciar lo que se lee, se hace más necesario que antes cuando las fuentes de información estaban más controladas. Sentido crítico que tiene que aplicarse a los grandes nodos en las redes sociales, los perfiles más populares y recordar, aquí, lo que Benedicto XVI señalaba, que “verdad no es igual a popularidad” [12].

Especialmente en las primeras etapas de la formación inicial, puede ser interesante enseñar a buscar contenidos relevantes, qué buscar, cómo encontrarlo, cómo evaluar las informaciones encontradas y cómo utilizar la información encontrada. Aunque puede variar según las legislaciones de cada país, relacionado con los contenidos está la descarga de los mismos. Esta práctica puede ir contra las leyes que protegen la propiedad intelectual y dar ocasión a denuncias. Lo mismo se puede decir del uso de software no legal.

Estar atentos al tiempo de consumo de Internet y de la tecnología

Otro de los aspectos a revisar es el consumo de internet y tecnologías digitales. En nuestra vida dedicamos tiempo al estudio, trabajo pastoral, vida comunitaria, tiempo libre, etc. Pero cada vez más una parte de nuestro tiempo lo ocupamos en nuestra vida digital. Obviamente cada vez más las tecnologías digitales están unidas a nuestra vida, y parte de nuestra formación, ocio, pastoral, vida social, etc., necesitan como soporte internet, pues vivimos y estamos en la Red.

Un peligro puede ser caer en la dependencia de internet. Por eso es importante analizar el tiempo de consumo de Internet, cantidad y calidad. En casos extremos, Internet puede causar adicción y convertirse, paradójicamente, en un obstáculo para las relaciones sociales, la pastoral….

También debe ser objeto de nuestra reflexión el consumo de la misma tecnología. Qué dispositivos utilizamos, aplicaciones, etc. Esto tiene un componente económico que hay que valorar dentro, también, de nuestras opciones comunitarias y personales. En este sentido hay que entender las estrategias de negocio, de venta, que tienen las empresas tecnológicas, y analizar cómo nos imponen modas sobre tendencias, gadgets, hardware y software.


El uso de la tecnología en la vida comunitaria

En nuestras comunidades disponemos de numerosos dispositivos tanto personalmente como comunitariamente. El ordenador personal y el teléfono móvil son ya elementos habituales en la vida ordinaria de cada uno de nosotros. Deben ser utilizados adecuadamente y teniendo cuidado de que no nos aíslen. Podría darse la paradoja de utilizar estos medios para comunicarnos con muchas personas, y asilarnos de nuestro entorno más cercano, por ejemplo de la comunidad.

Uno de los problemas de nuestro tiempo es el ansia de la desconexión. Parece que no podemos vivir sin estar conectados a todas horas, y en todo lugar. Sería bueno que la propia comunidad estableciera algunas normas de uso de estos dispositivos en espacios y tiempos comunitarios, encaminadas a hacer más fácil la vida comunitaria. Creando espacios y momentos donde no se utilicen (p. ej. apagar los móviles en la capilla, dejarlos fuera en reuniones comunitarias…).


Un estilo de presencia en las redes sociales: la asistencia salesiana

El sistema educativo de Don Bosco, el sistema preventivo, está caracterizado por una finalidad que tiene el educador, la salvación de las almas, en lenguaje de Don Bosco; un tipo de relación entre educador y educando, el espíritu de familia; un lugar típico donde se produce la relación educativa, el patio; y unos pilares fundamentales sobre los que se sustenta que son razón, religión y amor o amorevolezza. Toda la acción y misión salesianas las miramos desde esta perspectiva. También nuestra presencia, tanto institucional como personal, en las redes sociales.

Tenemos que estar presentes en estos espacios pues forman parte de nuestra sociedad, de la experiencia de las personas. No participar en ellos sería quedar fuera del lugar donde las personas adquieren conocimientos, se relacionan, interactúan, crean cultura e influyen en la marcha de la sociedad. Estar fuera de ellos sería, además, no participar en la construcción de la nueva cultura, de este nuevo mundo. Como Don Bosco, veremos en el último apartado de este artículo, tenemos que estar a la vanguardia del uso de los medios de comunicación y ser intrépidos. No es el caso, aquí, de explicar todas las posibilidades que se abren ante nosotros, todos los usos que ya se están haciendo -pues hay que señalar que los salesianos están desarrollando numerosísimas iniciativas en las redes sociales en todo el mundo-, las múltiples funciones que se pueden realizar a través de estas aplicaciones en nuestras obras, el servicio que pueden prestar para la información y publicidad, el intercambio de recursos o la proyección de nuestra imagen.

Sí que es importante que manejemos los criterios del sistema preventivo para que iluminen y empujen nuestra presencia en estos entornos. También aquí la finalidad que nos mueve es buscar el bien de los destinatarios, la educación integral de los jóvenes, en lenguaje de Don Bosco, la salvación de los jóvenes, que lleguen a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”. Lo que mueve al educador a lanzarse al encuentro de los jóvenes en estos espacios, es su deseo de ser buen pastor, de acompañarlos allí donde están y, ahora, ellos están también aquí. Don Pascual Chávez ha lanzado a la Congregación a estar en los “nuevos patios” donde están los jóvenes. El patio es lugar salesiano pues es lugar para el encuentro con el joven, para compartir su vida y sus inquietudes, donde el educador se pone al nivel del joven, le muestra que ama lo que el joven ama, y surgen propuestas significativas para su vida. Esto hoy, también, se vive en las redes sociales. Cuando educador y joven comparten amistad en un perfil, están ambos compartiendo la parte de la vida de ambos que circula por esas redes.

Y la manera de estar, de establecer esa relación, es el espíritu de familia, la amorevolezza, que lleva a valorar al otro, crear un clima de confianza donde el joven sabe que se le ama, y que se traduce en el estilo del trato, en la forma de relación, en el interés por la vida del joven. Precisamente en las redes sociales este aspecto es muy importante, pues se valora la capacidad de relación y de empatía de las personas. El nuevo modelo de comunicación se basa en la participación, en la colaboración. El éxito, se insiste en el ámbito del marketing, de las empresas que utilizan los medios sociales está en su capacidad de escuchar y generar conversación con los usuarios; en conocer cuáles son sus intereses, cómo son y qué les mueve. Estos aspectos son fundamentales también para nosotros. El salesiano que quiere estar en una red social con los jóvenes tiene que asumir las categorías que están en juego, se trata de un cambio importante de mentalidad y, si quiere tener una presencia significativa, ha de entender que son actitudes importantes la participación, el compartir, la colaboración, la interactividad, la escucha.

Actitud del buen pastor que tiene que extenderse al cuidado de los otros. Y esto lo hacemos con el estilo de nuestro lenguaje, la manera de estar en las redes, cómo entablamos debates o discusiones con personas que, tal vez, no conozcamos, pero que entran en contacto con nosotros a través de un post, de un comentario…Benedicto XVI hablaba de un estilo cristiano, diríamos que también salesiano, de comunicación que sea franca, abierta, respetuosa, responsable[13]; un modo de estar caracterizado por la cortesía y que tiene mucho que ver con el Dios que habla no a través del fuego, o la tormenta, sino a través de la brisa suave[14]. Pero cuidado del otro, que también se manifiesta en la atención a su reputación online, la privacidad y otros aspectos técnicos. En este sentido, hay dos principios básicos a tener en cuenta, tanto en nuestra presencia institucional o personal, la honestidad y la transparencia que darían como resultado la autenticidad. Es curioso ver cómo esta actitud, que tanto subrayan los documentos del magisterio de la iglesia, coincide con lo que los análisis de la eficacia de la comunicación en redes sociales señalan como éxito: la importancia de generar confianza. Para ello, se ha establecido la regla del KLT, (del inglés Know, Like, Trust) Según este principio, el conocimiento de una marca, institución o persona, favorece la sintonía entre el usuario y esa persona, y genera confianza, que abre la puerta a la influencia, al compartir ideas, modos de ver la realidad, asumir principios del otros, etc.



¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!

Un estilo de presencia salesiana que se concreta también en los contenidos que ofrecemos en las redes sociales. Una buen parte de ellos se refieren a nuestra actividad, oferta educativa o informaciones para dar a conocer nuestros servicios o productos según el nivel o estructura que represente determinado perfil en una red social. Pero una buena parte de nuestras intervenciones (mensajes, post, comentarios, fotos, videos), tanto personales como institucionales, cuentan lo que somos y hacemos, cómo vemos el mundo, a las personas, qué cosas son importantes para nosotros. Con todo esto estamos dando testimonio de nuestra fe, es el aspecto de la religión que impregna toda nuestra acción. En el mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2013, Benedicto XVI convocaba a los jóvenes a ser misioneros en el mundo y señalaba dos campos prioritarios donde vivir este compromiso misionero: el mundo de Internet, para evangelizar el continente digital, y la movilidad.

Invitación a evangelizar este sexto continente que los salesianos debemos acoger como parte de nuestra tarea pastoral y que se refleja en los contenidos que volcamos en las redes sociales. A través del diálogo, hablando de la “verdad y los valores” [15], de nuestras opiniones, de cómo nos presentamos, estamos evangelizando. Lo hacemos cuando nos interesamos por la vida de las personas que están en nuestras redes [16], somos receptivos, y proactivos, ante lo que ellos comparten con nosotros. Y evangelizamos, obviamente, cuando hacemos profesión explícita de nuestra fe, cuando contamos la novedad del Evangelio y mostramos al Dios de Jesucristo que vive en su Iglesia.


Otros aspectos, más técnicos, a tener en cuenta en nuestra presencia en Internet y, en las redes sociales, podrían ser:


o    Sitios y perfiles institucionales

Portales, blogs, sitios webs o perfiles en redes sociales que pertenecen a la Congregación, Inspectorías, casas… Deben presentarse como tales y dejar bien clara la identidad de quien está detrás de ellos y los objetivos que se persiguen con esa presencia en la Red. Puede parecer obvio, pero debemos insistir en que no es lo mismo un sitio institucional, que uno personal.

Hay que pensar nuestra presencia en la Red (a través de las múltiples formas que hoy permite la tecnología) como una presencia educativo-pastoral. Este criterio debe orientar los contenidos, los destinatarios, el fondo y la forma de nuestra presencia. Son presencias pastorales, aunque con diversidad de planteamientos.

Si se trata de perfiles en redes sociales, o foros, que permiten a los usuarios realizar comentarios, es muy recomendable que estos estén “moderados”, es decir, que necesiten autorización para que aparezcan publicados.,

En las redes sociales es imprescindible agregar a nuestros contactos y asignarlos a distintos grupos. No todos deberían ir en la categoría de “amigos”. Diferenciando por grupos, se puede discriminar el acceso a la determinada información. Existe otra categoría más amplia, (fans, seguidores), que establece otra relación menos estrecha con los usuarios.

o    Sitios y perfiles personales

La Iglesia pide insistentemente a sacerdotes y religiosos que estén presentes en la Red, con páginas webs y, especialmente, con blogs y perfiles en las redes sociales. Es una forma nueva de evangelización, de estar en contacto con los destinatarios, de crear nuevos patios donde encontrarse con los jóvenes. Es recomendable presentarnos como religiosos, explicando los objetivos de nuestra presencia en la red. Pueden existir contextos que exijan cierta privacidad sobre este aspecto.

Especialmente quienes se dedican a la pastoral juvenil, educación, etc., recibirán muchas solicitudes de amigos para aceptar en su perfil. Es conveniente crear grupos para discriminar la información a la que cada uno tiene acceso.

Es preciso ser cuidadosos con las personas que aceptamos en nuestro perfil. También se puede decir “no” a la hora de agregar a más contactos. Pensemos que, más adelante, podremos querer borrar (“unfriend”) algunos contactos y esto puede considerarse una manera de descortesía (“te aparto de mis amigos”). Y, especialmente si se trata de menores de edad, hay que ser muy precavido con los temas que se tratan, los comentarios que se escriben, las fotos que se utilizan y se etiquetan…



Con el ejemplo de Don Bosco, en la vanguardia de la comunicación

En la tradición salesiana contemplamos a Don Bosco como un hombre que supo utilizar los medios de comunicación, las tecnologías, que tenía a su alcance para cumplir su misión en medio de los jóvenes. Un escritor cuyo estilo, contenidos y formatos están marcados siempre por los destinatarios de su misión, los jóvenes y las clases populares. Son los jóvenes, y las necesidades formativas que en ellos descubre, quienes le hacen lanzarse a un gran empeño editorial que marcará toda su vida. Él siente la urgencia de poner en marcha empresas editoriales porque tiene que alimentar a los jóvenes con determinados contenidos. Son ellos los protagonistas de sus escritos; son la vida de los jóvenes y el apremio por educarlos y evangelizarlos, los elementos que recorren las miles de páginas que escribió el santo; es la conciencia de saberse enviado para ellos la que marcará un estilo que le ayude a hacerse “entender por todos, tanto en la exposición, como en el uso de las palabras más simples y conocidas”[17]. De ahí la práctica de Don Bosco de leer sus escritos a jóvenes o a su propia madre para asegurarse de que entendían lo que él había escrito.

Esta es la norma, y la forma de actuar, para los salesianos y educadores que están presentes en las redes sociales. Cuando nos referimos a estos espacios como los “nuevos patios”, estamos diciendo que son lugares por donde pasan los jóvenes, donde están nuestros destinatarios. Y ahí, el salesiano, el educador, quiere hacerse presente y compartir la vida con ellos. En tiempos de Don Bosco no existía Facebook o Twitter, pero él se servía de los libros y, especialmente de la correspondencia epistolar, para estar al lado de los jóvenes. Viendo sus cartas, hay unas tres mil publicadas en el epistolario aún incompleto [18], nos encontramos el estilo más personal, más directo, de Don Bosco que se vuelca en la correspondencia con numerosos jóvenes del Oratorio y otros que le escriben aunque no le conocen personalmente. Es en estas cartas, donde podemos rastrear los principios que mueven a Don Bosco en su misión, el estilo de relación que quiere establecer con los jóvenes, y las bases de su sistema educativo [19].

Precisamente hoy, en la época de los post, de los mensajes breves de Twitter, del intercambio masivo de mensajes personales a través de las redes sociales, Don Bosco pude servir de ejemplo de qué buscar y cómo utilizar las redes sociales con una finalidad educativa y evangelizadora. Muchas de las cartas que escribe a los jóvenes son escritos breves, unas cuantas líneas, pero escritas desde el corazón de quien busca el bien y desea lo mejor para el joven destinatario [20]. Casi, diríamos hoy, son un tweet, un mensaje tal vez de whatsApp o un breve texto en el perfil de Facebook de uno de sus jóvenes, que permite esa cercanía y complicidad con el joven, esa palabra dicha para cada uno en concreto y que le sirve para extender su pasión educadora más allá del tiempo en el que los jóvenes están físicamente con él. Y ese tiempo, esa relación que genera una carta, son importantes para Don Bosco pues le permiten seguir la relación con el joven. Y, como si tuviera un perfil de Facebook o respondiera en un blog, no desdeña el responder a aquellos jóvenes que le escriben porque han oído hablar de él. Una relación virtual, si queremos, importante y significativa para remitente y destinatario, que intercambian los papeles en una comunicación que es también interactiva en el sentido de que genera una conversación, respuestas de Don Bosco a cartas de los jóvenes y viceversa. Un tipo de comunicación, la epistolar, muy estimada por Juan Bosco pues le sirve para conocer el interior de los jóvenes, como escribe al joven Giovanni Turchi, el 23 de julio de 1856, “hiciste bien en escribirme; las cosas íntimas del corazón se expresan mejor por escrito” [21].

El uso de los medios de comunicación fue, para Don Bosco, uno de los campos prioritarios de su misión y de la misión de la Congregación, y explícitamente dice que “la difusión de los buenos libros es uno de los fines principales de nuestro Congregación. Os ruego y os suplico pues que no os olvidéis de esta parte tan importante de nuestra misión"[22]. Don Bosco se hace escritor respondiendo a una vocación -“una de las empresas principales que el Señor me encomendó”, llegará a decir el propio santo-, y con el afán de estar al lado de sus muchachos a través de los libros y las cartas, tecnologías de comunicación, que él tiene a su alcance. Fijarnos hoy, en la época de la sociedad de la información y cuando la tecnología está revolucionando las formas que tenemos de comunicarnos, nos lleva a preguntarnos qué haría Don Bosco con las potentes tecnologías de la comunicación de las que disponemos hoy; cómo las utilizaría para estar en contacto con los jóvenes buscando su salvación; qué tipo de contenidos –de mensajes- promovería hoy a través de los diferentes canales y qué estilo de relación mantendría con sus interlocutores. A nuestro parecer, no cabe duda de que se lanzaría sin miedo a estos nuevos areópagos con el fin de entrar en contacto con los jóvenes de hoy para, igual que con sus muchachos de Valdocco, hacer realidad un deseo: “veros felices en el tiempo y en la eternidad” [23].


Notas

[1] Juan Pablo II y Benedicto XVI, en los mensajes para la jornada de las comunicaciones sociales, se han referido a estas aplicaciones como el nuevo Foro, nueva ágora, espacio existencial, nuevo mundo.
[2] Manuel Castells, Comunicación y poder, 2009 2009, p.52.
[3 LÉVY P., Cybercultura. Gli usi sociali delle nuove tecnologie, 2001, p.88
[4] Manuel Castells, op.cit. p. 146.
[5] NARDONE G. – CAGNONI F., Perversiones en la red. As patologías de Internet y su tratamiento, p.31
[6] Nardone – Cagnoni,op.cit, p. 30.
[7] Citado por Gómez, E. en: Las metáforas de Internet, p. 83.
[8] Acrónimo formado por las palabras en Inglés producer (productor) y consumer (consumidor).
[9] Benedicto XVI, Mensaje Jornada de las Comunicaciones Sociales 2013.
[10] Nardone - Cagnoni, 2003, 27.
[11] Nardone – Cagnoni, 2003, 29.
[12] Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales de 2011.
[13] Benedicto XVI, Mensaje Jornada de las Comunicaciones Sociales 2011.
[14] Benedicto XVI, Mensaje Jornada de las Comunicaciones Sociales 2013.
[15] Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada de las Comunicaciones Sociales de 2013.
[16] Siempre teniendo en cuenta los distintos tipos de relación según el tipo de red en la que estemos. No es la misma relación entre los amigos de Facebook, que con los seguidores de Twitter, o los diferentes círculos que podemos establecer en Google+, o relaciones de tipo más profesional en una red del tipo de Linkedin.
[17] GRACILIANO J., Leer a Don Bosco hoy
[18]  MOTTO F., Juan Bosco, cartas a jóvenes educadores p. 5.
[19] Una excelente colección de cartas de contenido especialmente pedagógico pueden leerse en MOTTO F., Juan Bosco, cartas a jóvenes y educadores, Madrid, CCS, 1994.
[20] El 20 de enero de 1874, escribe a los jóvenes artesanos del Oratorio: “Mi afecto se funda en el deseo que tengo de salvar vuestras almas, que fueron todas redimidas por la sangre preciosa de N. S. J. C. Y vosotros me amáis porque trato de conduciros por el camino de la salvación eterna. Por tanto, el bien de vuestras almas es el fundamento de nuestro afecto”. En Motto, 1994, p. 204.
[21] Motto, 1994, p. 70.
[22] Don Bosco, 318-321.
[23] Carta escrita por Don Bosco a los jóvenes del Oratorio de Valdocco el 10 de mayo de 1884, en Motto, 1994, p. 242.