“Italia, Europa y el mundo en estos dos siglos han cambiado mucho, pero
el alma de los jóvenes no ha cambiado: también hoy los muchachos y las
muchachas están abiertos a la vida y al encuentro con Dios y con los otros,
pero son tantos los que están en peligro de desánimo, de anemia espiritual, de
marginación” (Papa Francisco a nosotros,
Familia Salesiana – 2015)
“de
la admiración al conocimiento y del conocimiento a la intimidad, al
enamoramiento, al seguimiento, a la imitación”
(Padre Pascual Chávez – 2010)
El Bicentenario del nacimiento de Don
Bosco nos ofreció una nueva oportunidad para reflexionar sobre su historia,
profundizar en sus estilos pedagógicos y resaltar los rasgos de su
espiritualidad. El programa propuesto por el Padre Pascual Chávez, interconectó
la historia, la misión y la espiritualidad salesiana de los orígenes, logrando
mostrar desde una nueva perspectiva lo que significa vivir con pasión nuestra
vocación salesiana. Nuestra vocación nos presenta una historia de amor entre Dios y una vida concreta, que puede ser
la de cualquiera de nosotros. Si valoramos sinceramente los orígenes de nuestro
carisma, donde está dibujada nuestra vocación salesiana, y manteniendo la
unidad como base podremos proyectar la misión juvenil que como Familia Salesiana
hemos recibido, y dejaremos ver claramente la espiritualidad de la que nos
nutrimos. El Aguinaldo deja ver la riqueza de la Familia que formamos. Es el instrumento que nos ayuda a estrechar
lazos de comunión y compartir caminos de misión, impulsados por el Espíritu
Santo que, en la Iglesia
de este tiempo, nos estimula para recorrer creativamente nuevos caminos.
Todo lo expuesto se resume en el lema
escogido para este Aguinaldo:
“Con Jesús, recorramos juntos la aventura del Espíritu”.
Nuestro Aguinaldo nos habla de Dios y Jesucristo que son el fundamento de nuestra vida personal y de nuestra Familia Salesiana; pero
también habla de nuestra misión, que
describimos como “la aventura del
Espíritu”; y de nuestra comunión
como Familia y como Iglesia, que se expresa como el “recorrer juntos”.
Muchos hemos visto los diversos
caminos llenos de vida por donde el Espíritu conduce a nuestra Familia
Salesiana hoy en día. Estemos convencidos que el Espíritu Santo está siendo muy
generoso con nosotros y por lo tanto espera de cada uno de nosotros la misma
disponibilidad que encontró en Don Bosco, Mamá Margarita, Madre Mazzarello,
Domingo Savio y toda la gran escuela de santidad de nuestra familia que siguieron
a Jesús con radicalidad, dejándose guiar por el Espíritu de Dios.
¡CON JESÚS!
Comenzar
CON JESÚS nuestro
Aguinaldo es reconocer que Jesús es la
puerta de entrada y el centro de toda lo que vamos a reflexionar.
El camino que se nos propone va más
allá de una estrategia pastoral; es la confirmación de que sólo con Jesús, en Jesús y desde Jesús, podemos recorrer un camino
realmente significativo y decisivo para nuestras vidas.
Si revisamos las diversas llamadas de
Jesús en el Evangelio, veremos que siempre, la llamada se dirige con atención e intención a cada persona, al
centro de su corazón, y desde ahí hace resonar su invitación a seguirlo
radicalmente. De eso se trata la vida cristiana verdadera: comienza de una
vocación, del sentirse llamado por el propio nombre. La vida de un verdadero cristiano es, esencialmente, seguir a Jesús.
Tengamos presente y claro que Jesús siempre toma la iniciativa, es Él
quien sale a los caminos a nuestro encuentro. Su mirada de elección y su llamada personal pide de nuestra parte de una decisión
llena de confianza y abandono en Él. Porque cuando Jesús llama a
alguien para que le siga, no le presenta un programa detallado, ni explica
motivos y menos admite condiciones. La
llamada de Jesús nos compromete en una aventura, en un riesgo. Se trata de
seguir su mismo destino sin GPS, ni mapa de navegación. Seguir a Jesús nos va a causar incomodidad, nos exige entrar en acción,
no podríamos quedarnos al borde del camino, como meros espectadores que vemos
pasar a alguien que nos genera entusiasmo, polémica o disputa.
Las llamadas de Jesús en el Evangelio
se han ido repitiendo a lo largo de los siglos, y es la misma llamada que nos
ha hecho a cada uno de nosotros y como Familia Salesiana, y la que hace a cada
joven que se encuentra con Él, y que desea y decide ser de los suyos. Esta decisión necesita la audacia del discípulo que vence cualquier tipo
de miedo y que suaviza las dificultades que trae consigo el
seguimiento, como son el rechazo, la
exclusión, la incomprensión o los
riesgos. Encontrar a Jesús, o para ser fieles a la realidad, ser encontrados
por Él, despierta admiración, atracción, fascinación. Pero no podemos quedarnos
en esa etapa. Quizá la experiencia que más refleja este seguimiento sea la amistad personal con Jesús, nuestro
Maestro. Una amistad que se comprende y
se vive como entrega, fidelidad y confianza. Si no logramos llegar a la
amistad personal, no podrá haber seguimiento, y todo se quedará en el
entusiasmo o en la agotadora laboriosidad. La llamada nos
pone frente al horizonte de una verdadera y fascinante amistad, requiere nuestra adhesión cordial a
la persona de Jesús y el cambio radical de nuestra vida. El seguimiento y el caminar con Jesús se van convirtiendo en comunión
con Él (Jn 1, 31-51); el seguimiento y el caminar con Jesús es también permanecer con Él, puesto que
llegamos a una experiencia personal de verdadero encuentro (Jn 15, 14-16).
Todo lo expresado será la prioridad de nuestros esfuerzos como educadores y
evangelizadores de los jóvenes. El
Rector Mayor nos invita a recorrer personalmente
este camino, a veces con otros educadores de las diversas presencias de
nuestra familia en el mundo, y siempre
con los jóvenes y siempre para los
jóvenes, un camino de fe donde podremos reavivar nuestra
relación con Jesús. Sí, de eso se trata. Dejarnos
alcanzar por Jesús, dejarnos seducir no solo por un ideal o una misión, sino
por el Dios vivo encarnado en Jesús. Dejarnos transformar poco a poco, por ese
Dios apasionado por una vida más digna y dichosa para todos nosotros. Nosotros mismos, y muy especialmente
nuestros jóvenes, tienen deseo de Dios y necesidad de Dios.
Y
tenemos que estar convencidos de que esta apertura al encuentro con Dios, esta
necesidad de Dios, se convierte en el acontecimiento decisivo para todos
nosotros, y especialmente para nuestros jóvenes, cuando el Cristo del
Evangelio, sin recortes ni adiciones, es experimentado como quien da pleno
sentido a la vida, pasando...
Este
deseo es un reto educativo y pastoral que debemos afrontar si queremos cultivar
y desarrollar una espiritualidad cristiana para nuestro tiempo.
Cuando
se intuye esto y comienza a vivirse, la perspectiva personal cambia muchas veces porque cada uno de nosotros
vamos tomando conciencia de la gratuidad de Dios, de que Él nos ha amado y nos
ama, y pone su mirada en cada uno de nosotros, sus hijos. Esto nos anima a
buscar muy en serio este encuentro que, generalmente, se va dando de manera
gradual, que madura, de ordinario, lentamente, con los altibajos de la limitada
respuesta humana, que requiere diferentes tiempos y espacios, que implica un
proceso de libertad.
El
Papa Francisco compartiendo su
experiencia y convicción personal nos invita, a “embarcarse en la aventura de la búsqueda del encuentro y del dejarse
buscar y encontrar por Dios” (2013)
Ficha de Reflexión (personal o
grupal)
01. Nuestra
vocación nos presenta una historia de _______________ entre Dios y una vida
_______________.
02. El
Aguinaldo es el instrumento que nos ayuda a:
____________________________________________________________
03. El
Aguinaldo nos habla de _________ y de __________ que son el _______________ de
nuestra vida personal.
04. El
Aguinaldo cuando habla de nuestra misión la describe como la
______________________________ y cuando dice “recorrer juntos” se esta
refiriendo a nuestra _______________ como __________ y como __________.
05. Al decir
¡CON JESÚS! reconocemos que Él es la __________ de entrada y el __________ de
toda nuestra actual reflexión.
06. El camino
que se nos propone recorrer será significativo para nuestras vidas si lo
hacemos sólo ________ Jesús, ________ Jesús y ________ Jesús.
07. Determinar
si las siguientes afirmaciones son Verdaderas o Falsas:
La llamada de Jesús se dirige con
atención e intención a cada persona. (V)
(F)
La vida de un verdadero cristiano es,
esencialmente, seguir Jesús. (V) (F)
El encuentro con Jesús no siempre es
por iniciativa de Él. (V)
(F)
La llamada de Jesús no pide nada de
nuestra parte. (V)
(F)
Seguir a Jesús nos causará
incomodidad, exige entrar en acción. (V)
(F)
08. La
decisión de seguir a Jesús, necesita la __________ del discípulo que vence
cualquier tipo de ________ y que suaviza las __________ que trae consigo el
seguimiento, como son el __________, la exclusión, la ____________ o los
riesgos.
09. La
experiencia que más refleja nuestro seguimiento a Jesús, es la ________
personal con Jesús. Una amistad que se __________ y se vive como entrega,
__________ y confianza.
10. ¿Qué nos
pasará si no logramos llegar a la amistad personal con Jesús?
____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
11. El
__________ y el caminar con Jesús se van convirtiendo en __________ con Él; es
también __________ con Él, puesto que llegamos a una experiencia personal de
verdadero __________.
12. El Rector
Mayor nos invita a recorrer ____________ este camino, pero siempre ______ los
jóvenes y siempre ______ los jóvenes,
un camino de fe donde podremos __________ nuestra relación con
Jesús.