N° 154: “Nos
esforzamos por ser fieles como María, la mujer fiel a su vocación y a su
servicio. Como ella, no tenemos miedo de
decirle al Señor siempre que SÍ aunque nos cueste, viviendo y amando la cruz,
esa cruz de la fidelidad con la cual humanizamos y evangelizamos. Como María,
la Virgen oyente, estaremos atentos a lo que el Señor quiera de nosotras y así,
como ella, seremos arcilla en manos del Espíritu.”
La oración más antigua a la Virgen
La oración Sub tuum praesidium (Bajo tu amparo) es la oración más antigua que se conoce de las dirigidas a la Virgen. Según los estudiosos, data del siglo III, y probablemente de en torno al año 250.
Este hecho quedó de manifiesto a mediados del siglo XX, después de que en 1938 la biblioteca John Rylands de Manchester –dueña de una amplísima colección de códices del Nuevo Testamento– publicara el hallazgo de un papiro de origen egipcio que contenía este texto en griego. Este papiro se encontraba dentro de un lote comprado en Egipto más de 20 años antes por esta institución.
En el texto, de diez líneas,
estaba escrito este texto:
Bajo tu misericordia
nos refugiamos,
oh madre de Dios.
No desprecies nuestras
oraciones en la desgracia,
sino líbranos del
peligro;
tú la única pura y la
(única) bendita.
Dado que el papiro estaba roto en algunos trozos, el texto se ha reconstruido utilizando la misma oración en copto, que los cristianos egipcios han mantenido sin cambios desde la época en que se compuso.
La versión latina es:
Sub tuum praesidium
confugimus,
Sancta Dei Genitrix.
Nostras deprecationes
ne despicias
in necessitatibus nostris,
sed a periculis cunctis
libera nos semper,
Virgo gloriosa et
benedicta.
La versión castellana, es muy
conocida:
Bajo tu amparo nos refugiamos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las
súplicas
que te dirigimos en
nuestras necesidades,
antes bien, líbranos
de todo peligro,
¡Oh Virgen, gloriosa y
bendita!
Como explica el escritor y apologeta italiano Vittorio Messori en su libro Hipótesis sobre María, se trata de un tropárion o breve himno añadido al final de una liturgia. En la actualidad, Bajo tu amparo es una de las antífonas marianas que se propone después del rezo de Completas en la liturgia de las horas.
Como puede observarse, la traducción literal del griego ("bajo tu misericordia") difiere de la que pasó al latín, "sub tuum praesidium" o "bajo tu amparo". El término griego traducido como praesidium –explica Messori– indica, en realidad, literalmente, la cualidad de quien tiene buenas entrañas. Es el mismo término que el Evangelio utiliza para describir la conmoción “hasta las entrañas” de Jesús, la compasión del buen samaritano y la turbación del padre al ver regresar al hijo pródigo. Desde el principio el instinto de los creyentes ha reconocido en María a la que está más cerca de la misericordia divina.
Con el descubrimiento del papiro, se produjo una pequeña revolución en la mariología. Hasta entonces, en la Iglesia Católica se consideraba que seguramente fuera una antífona de la época de Carlomagno, pues la referencia más antigua de ella se remontaba al siglo IX. Pero al retratarse su datación al siglo III y convertirse así en la oración mariana más antigua, ese pequeño y mal conservado trozo de material de escritura, con aquellas letras griegas, desmentía todo lo que habían afirmado los teólogos de la Reforma: que el culto a María era un añadido tardío y ajeno al cristianismo original.
Tal vez fuera consciente de estas implicaciones C. H. Roberts, el papirólogo que hizo público el hallazgo en 1938; nada menos que 21 años después de la adquisición del papiro. Protestante convencido, aseguró que el papiro seguramente era tardío. Era incapaz de imaginar otra cosa distinta a que esa oración fuera fruto de un desarrollo mariológico alejado de los inicios de la Iglesia.
"Fueron sus mismos colegas" –relata Messori– "quienes lo desmintieron y hoy hay unanimidad en el reconocimiento de que ese texto no puede remontarse más allá del siglo III". De lo cual se deduce que esa oración, que está escrita como si de una estampa se tratara, debía datar de un tiempo antes y estaría ya extendida y consolidada por aquel entonces.
Hasta que se descubrió el papiro con el Sub tuum praesidium, de hecho, se excluía la posibilidad de que hubiera podido existir el culto oficial a María antes del Concilio de Nicea, en el año 325. Más significativo aún resulta que en la oración se utilice la expresión 'madre de Dios', un concepto que muchos excluían que hubiera podido existir de forma oficial antes del Concilio de Éfeso, en el 431.
Con todo –subraya Messori– el descubrimiento de la antigüedad de esta oración no solo permitió demostrar que la devoción a María es mucho más cercana a los orígenes del cristianismo de lo que se creía hasta entonces. En sus escasas 30 palabras, hay además indicios de algunos rasgos de esta devoción que luego se han incorporado en la teología católica pero que han sido criticados en ámbitos protestantes.
Por ejemplo, se habla de la única pura y la (única) bendita, sugiriendo que en María hay una pureza que no se encuentra en ningún otro creyente o santo. Es decir, se apunta al privilegio mariano que siempre ha suscitado reacciones fuera del catolicismo. Invocaciones similares, además, se han encontrado en textos muy antiguos de todas las iglesias orientales.
Otra de las características importantes de esta invocación a María es que no se la considera simplemente una intercesora ante Dios, sino poseedora de al menos un cierto poder de intervención, ya que en papiro está escrito: líbranos del peligro.
Les invito a escuchar esta
hermosa versión del coro de la Parroquia
del Señor San José de la Diócesis de Ecatepec, México: