por el P. Jorge Enrique Mújica, LC (México)
Qué
se entiende por « adicción a internet »
La adicción a internet entra en la
categoría de «nuevas dependencias» conocidas también como dependencias no químicas o de
comportamiento, es decir, conductas de dependencia no ligadas a una sustancia
específica.
El objeto de la dependencia es un
comportamiento o actividad lícita o al menos socialmente aceptada como
trabajar, comprar, jugar, etc. Se puede hablar, por tanto, del desarrollo de
una adicción
sin
dependencia en cuanto que sólo implica la necesidad de poner en acto
determinados comportamientos pero hay ausencia de una dependencia física
verdadera y propia.
Las «dependencias de comportamiento» y
las «dependencias químicas», sin embargo, tienen algunos factores comunes:
1) imposibilidad de resistir al impulso
de poner en práctica un comportamiento compulsivo (compulsividad);
2) la sensación creciente de tensión que
precede al inicio del comportamiento;
3) placer o paz durante la puesta en
acto del comportamiento.
Los elementos comunes tocan
esencialmente modificaciones
psicopatológicas que se producen en el individuo que se hace
dependiente de la red como pueden ser: pérdida de las relaciones
interpersonales, cambio de humor, cognición orientada al uso del medio,
alteración de la percepción del tiempo con fenómenos disociativos.
Criterios
para diagnosticar dependencia a internet
Entre los factores que facilitan el
comienzo de estas dependencias se encuentra
·
la
accesibilidad (fácil e inmediata a todo servicio, con gratificación instantánea
ante cualquier necesidad por pequeña que sea),
·
el
control (se puede ejercer un elevado control sobre nuestras actividades online,
no separadas de una irreal percepción de omnipotencia)
·
la
excitación (podemos someternos a una extraordinaria cantidad de estímulos y, en
consecuencia, llegar fácilmente a un estado de excitación).
Según Goldberg [1] la dependencia de
internet es un síndrome que se manifiesta con:
·
la
necesidad de transcurrir un tiempo cada vez mayor en red para obtener
satisfacción;
·
una
marcada reducción de interés por otras actividades que no sean internet;
·
el
desarrollo, después de la suspensión o disminución del uso de la web, de
agitación psicomotriz, ansia, depresión, pensamientos obsesivos sobre lo que
está pasando online, etc.;
·
la
necesidad de acceder a la red siempre más frecuentemente o por periodos más
prolongados respecto a la intención inicial;
·
la
imposibilidad de interrumpir o tener bajo control el uso de internet;
·
la
inversión de grandes cantidades de tiempo en actividades relacionadas con la
web;
·
el
continuar usando internet no obstante el conocimiento de problemas físicos,
sociales, laborales o psicológicos provocados por ese uso.
¿Qué indicios se pueden tener para
considerar que una persona presenta una adicción a internet? Diversos autores
ofrecen algunos criterios:
·
Para
Young [2] es necesario que se presenten 5 o más respuestas positivas a las
siguientes interrogantes:
·
¿Te
sientes excesivamente absorbido por internet (piensa a la conexión anterior o
planificas la siguiente sesión online?
·
¿Sientes
la necesidad de pasar más tiempo conectado a la red para obtener la misma
satisfacción?
·
¿Has
intentado repetidamente controlar, reducir o interrumpir el uso de internet,
pero sin éxito?
·
¿Te
sientes inquieto, nervioso, deprimido o irritable cuando intentas reducir o
interrumpir el uso de internet?
·
¿Permaneces
online por mucho tiempo más de lo que inicialmente querías?
·
¿Has
corrido el riesgo de perder relaciones importantes (el trabajo, la escuela o la
carrera) por culpa de internet?
·
¿Has
mentido a familiares, al terapeuta o a otros para esconder la magnitud de tu
participación en la red?
·
¿Usas
internet como medio para escapar de los problemas o para aliviar el mal humor
(sentimientos de impotencia, culpa, ansia, depresión, etc.)?
Según Cantelmi-Talli [3] es necesario
que se presenten al menos dos de los siguientes síntomas en su modalidad «encubierta»
y «manifiesta» y por un periodo de al menos 6 meses:
encubierta:
1.
Elevado tiempo de permanencia online no justificado por razones de trabajo o
estudio.
2.
Manifestaciones sintomáticas offline (por ejemplo nerviosismo, irritación,
depresión, etc.).
3.
Consecuencias negativas debidas al uso excesivo de internet (por ejemplo
aislamiento social, escaso rendimiento laboral, etc.).
manifiesta:
1.
Incontrolable impulso a conectarse a internet.
2.
Repetidos intentos de controlar, reducir o interrumpir el uso de internet.
3.
Frecuentes mentiras relativas al uso excesivo de internet.
Finalmente, la American Psychological
Association ofrece 9 criterios para diagnosticar una dependencia de internet, a
saber:
1. Preocupación relacionada con
internet;
2. Síntomas de abstinencia cuando se
interrumpe el uso;
3. Tolerancia (necesidad de transcurrir
siempre más tiempo en internet para obtener la misma satisfacción);
4. Intentos de controlar el uso de
internet;
5. Permanencia de un uso excesivo de
internet no obstante el conocimiento de los problemas psicosociales negativos
que eso comporta;
6. Pérdida de otros intereses;
7. Uso de internet para escaparse o
mejorar un estado de humor;
8. Engañar a los demás por cuanto
respecta a la cantidad de tiempo invertido online;
9. Comprometer una relación
significativa (de trabajo, de oportunidades de estudio o de carrera) a causa
del uso de internet.
Formas
de dependencia de internet
Se conocen al menos cinco distintos
tipos de adicción a internet:
1) cyber-sex
addiction : consumo de pornografía por medio de la web
2) cyber-relational
addiction: trastorno de las relaciones humanas al grado de ser casi
completamente mediadas o sustituidas por la web
3) juegos de línea online,
4) adicción a la información: consumo
indiscriminado de noticias sin finalidad concreta ni utilidad ulterior
5) net compultion: se relaciona, por un
lado, con la adicción a las compras en internet y, por otro, al abocarse
obsesivamente al trabajo propio de oficina que precisa de la conexión a la web.
Principales
consecuencia de la dependencia
Como es de esperarse, las dependencias
tienen consecuencias en las vidas de quienes las padecen. Estas pueden ser de
cinco tipos:
Físicas
o de salud:
reflejadas en problemas de sueño (causadas por la exposición prolongada del
sujeto a internet hasta elevadas horas de la noche, lo que altera el ritmo
normal del sueño), cansancio (provocado por la falta de horas de descanso),
debilitamiento del sistema inmunitario (consecuencia de la irregularidad del
sueño), irregularidad de la comida, escaso cuidado del cuerpo e higiene [4],
dolores de cabeza, de espalda, cansancio de los ojos y desarrollo del síndrome
del túnel Carpiano (debido a la posición del brazo para sostener el mouse).
Laborales-académicos: quien pasa
conectado a internet hasta elevadas horas de la noche difícilmente podrá tener
un adecuado rendimiento en la escuela o en el trabajo por causa del cansancio.
De hecho, los estudiantes que abusan de internet presentan un declive en el rendimiento
escolar. En el ámbito laboral, cada vez más trabajos amenazan con despido a
quienes usan la web para fines no relacionados con el propio trabajo.
Familiares: disminución del
tiempo disponible para dedicar a las personas significativas y a la familia; se
destruyen las relaciones entre padres e hijos, pero sobre todo son los
matrimonios los que resientes más la interferencia de un uso patológico de la
red. Muchas veces nacen relaciones sentimentales online y son estas las que
ponen en crisis la estabilidad de la pareja, la cual muchas veces llega al
divorcio.
Financieras: es
comprensible que quien duerme poco tenga limitaciones para trabajar. Y en el
ámbito laboral quien rinde poco gana menos o, simplemente, es despedido. Por
otra parte, las crisis financieras están relacionadas en este ámbito al uso del
dinero que se posee para el consumo de pornografía, juegos u otro tipo de
compras compulsivas en la red.
Espirituales (relación con
Dios): siendo como es que las consecuencias de las patologías tocan a todo el
hombre, es comprensible que éstas también tengan manifestaciones en la vida
espiritual. Estas pueden ir desde una cierta acedia hasta una dificultad de
oración por la cantidad de imágenes almacenadas en la memoria las cuales
dificultan no sólo la concentración sino incluso la capacidad de crear espacios
interiores de silencio. Este es una de las consecuencias más perjudiciales para
la vida de los seminarios pues llegan a incapacitar a una persona para
continuar adelante en el camino hacia el sacerdocio.
Notas
[1]
I. GOLDBERG, El Desorden de la adicción a internet, criterios de diagnóstico,
1995.
[2]
K.S., YOUNG, La Adicción a Internet: síntomas, evaluación y tratamiento,
1999
[3]
Shapira NL, M; Goldsmith, T; Szabo, S; Lazoritz, M; Gold, M; Stein, D., El uso
problemático de internet: clasificación sugerida y criterios de diagnóstico,
2003
[4]
Sobre este particular es interesante el caso de los así llamados «hikikomori»:
adolescentes y jóvenes japoneses que viven aislados del contacto con el mundo
físico en pro de relaciones sólo y exclusivamente mediadas por la red (con las
comprensibles condiciones de sanidad que esto supone).