Santiago Costamagna: sacerdote, misionero, obispo y músico

Por el Prof. Lic. Luis Angel Maggi

 

Santiago Costamagna,sdb
(Italia 1846 - Buenos Aires 1921)

Si entramos en la capilla del antiguo noviciado salesiano de Bernal, provincia de Buenos Aires, podemos hallar un busto, con una lápida a los pies que en latín dice: “Santiago Costamagna, obispo de Colonia, fallecido el 9 de septiembre de 1921, habla todavía”.

Este particular epitafio es más que elocuente. La vida de monseñor Costamagna tiene aún hoy mucho para contarnos de su experiencia con Don Bosco, de sus aventuras misioneras, de su amor por la música y, en fin, de su experiencia de fe en Jesús, que lo hizo salesiano, sacerdote, misionero e intrépido anunciador del Evangelio.

 

Datos biográficos

El niño Santiago nació en Caramagna, Italia, población cercana a la ciudad de Turín, el 23 de marzo de 1846. Sus padres lo enviaron a los 12 años a estudiar en el Colegio que tenía Don Bosco,  pues era conocido del párroco local. En 1858 ingresó al Oratorio junto con varios niños del pueblo, fue alumno distinguido. Brillante en los estudios de su nivel y con mucha predisposición a la música y el canto.

Don Juan Cagliero fue uno de los profesores que atendían a los niños del Oratorio y Escuela, el cual aprovechó las cualidades del niño quien se presentaba como cantor contralto.

La vida del alumno Santiago Costamagna transcurría entre el estudio, la oración, la música y la alegría de los recreos. En su interior sentía el llamado a  “seguir con Don Bosco en el Oratorio, para ayudar  a muchos jóvenes a estudiar y a encontrarse con Jesús, como él”.

En 1862, siendo ya seminarista, Don Bosco lo envió al Colegio San Felipe Neri de Lanzo, donde ejerció como maestro de música. Allí compartió la vida religiosa con otros clérigos que serían  enviados, más adelante a tierras de Misión, como Luis Lassagna quien trabajó en Brasil y Uruguay y  de José Fagnano, apóstol de los nativos de Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur.

Luego de estudiar Filosofía y Teología, en Junio del año 1868  recibió el Diaconado y en Septiembre el Sacerdocio de manos de Monseñor Ricardi di Netro Arzobispo de Turín. Al año siguiente, el 23 de Septiembre de 1869 realizó los Votos Perpetuos como Salesiano.

 

Primer destino como sacerdote y docente 

Don Bosco lo envió a Mornese el 6 de Noviembre de 1874, como Director Espiritual de la Casa Central de las Hijas de María Auxiliadora, allí conoció y fue  testigo de la ejemplar santidad de la Madre María Mazzarello que guiaba a las Hermanas de la Naciente Congregación.

 

Tercera Expedición Misionera a la Patagonia

En 1877 Don Bosco preparó la Tercera Expedición Misionera a Buenos Aires y pensó en Santiago  Costamagna para encabezar el grupo de los diecisiete salesianos y seis salesianas de Mornese, entre ellas Sor Angela Vallese, quien fue la gran misionera de Tierra del Fuego. Tras muchas peripecias y con el aliento de Don Bosco, el 17 de Abril de 1879, inició la marcha hacia la Patagonia, acompañando la Expedición al desierto del General Julio Argentino Roca; junto con  Monseñor Espinosa y el Clérigo Luis Botta, llegaron  hasta Choele Choel, trabaron amistad con los aborígenes  y realizaron numerosos bautismos.

El  4 de Agosto de 1880, falleció el Padre Salesiano Francisco Bodratto, primer Inspector de la Argentina; al poco tiempo llegó el nombramiento de nuevo Superior de América a Costamagna. Desde entonces acompañó el trabajo de sus Hermanos Misioneros. En 1881 viajó al Uruguay para visitar las casas donde comprobó la espiritualidad y sacrificios de las nacientes comunidades. En 1883 visitó Valdocco, Italia, de donde había salido el primer adiós a Don Bosco, rumbo a la Patagonia. Allí encontró a su Padre Fundador y a su regreso a Buenos Aires,  le dio su segundo y último adiós el 11 de Noviembre.

 

Salesiano Misionero del Atlántico al Pacífico

El Fundador de la Congregación Salesiana falleció el 31 de Enero de 1888. El Primer Sucesor  fue el Sacerdote Don Miguel Rúa, quien llamó a Costamagna, a Italia para acompañar  una nueva Expedición Misionera; entonces llegó a Valsalice, para visitar la tumba de Don Bosco. En esa oportunidad Don Miguel Rúa delegó en él la facultad de visitar las casas del Pacífico Sur, las  Repúblicas de Chile y Ecuador. Este fue el comienzo de un largo peregrinar misionero por América y acompañar la expansión de las nuevas casas en América del Sur.

A fines de 1894, el Padre Inspector Costamagna, recibió un llamado urgente de Don Rúa, quien le comunicó su próxima Consagración Episcopal. Partió de Buenos Aires  y llegó a Turín el 24 de Diciembre, pasó la Fiesta de Navidad en el Oratorio. Fue consagrado Obispo el 23 de Mayo de 1895 en la Iglesia de María Auxiliadora de Turín. En el interim la Santa Sede y el Gobierno de Ecuador dejaban establecido los nuevos Vicariatos apostólicos creados en el Ecuador.

En junio de 1902, obtuvo permiso del gobierno de Ecuador para visitar por tres  meses a los Misioneros afincados en el Vicariato Apostólico de Méndez y Gualaquiza. En la oportunidad se embarcó en el Puerto de El Callao rumbo a Guayaquil y de allí pasó a Cuenca a lomo de mula, hasta Cuchil, último puesto poblado. Tres soldados lo acompañaron y  una vez llegado, les pidió que regresaran, “para que la cruz entrase en el Vicariato sin la compañía de la espada”. Tuvo oportunidad de constatar la tarea abnegada de los misioneros con los naturales. La segunda visita la realizó en Agosto de 1903, recorrió Azuay y Guayas, luego visitó Panamá, se embarcó para San Salvador, desde donde volvió a Turín  en 1904, para participar del X Capítulo General de la Congregación Salesiana. Concluido el Capítulo regresó a la Argentina a fines de 1904. De allí continuó viaje a Chile, a  las Costas del Pacífico, con el carácter de Visitador, para el que lo había reelegido Don Rúa.

 

Al Ecuador, nueva Carta de Obediencia

Permaneció en Buenos Aires desde 1910 hasta mediados de 1913. Tomó con alegría la Obediencia que lo destinaba a las Misiones de Ecuador, se trasladó  a aquellas cálidas regiones y  llegó el 11 de Junio de 1914. Monseñor Santiago Costamagna, entró definitivamente a su viña de Méndez y Gualaquiza, Ecuador. Allí se dedicó al estudio  del idioma jíbaro y se  abocó a la confección de un Catecismo en ese idioma. Recorrió todo el Vicariato, a pie, a lomo de mula, en carro y acompañó a los misioneros, quienes todavía hoy comentan el Catecismo que utilizaron también como libro de lectura,  con los aborígenes Shuar, Bororos y Chavantes, a partir de 1915, en la Región Amazónica, incluida la del Perú, Brasil, Colombia, Panamá  y Venezuela.

 

Regreso a Buenos Aires

En 1918 sintió que su salud declinaba, presentó su renuncia a la Santa Sede y regresó a Buenos Aires. El  bien realizado y su presencia edificante dejaban un recuerdo imborrable en aquellas regiones”.

En 1920 el Padre José Vespignani, había sufrido una operación, que le impedía viajar, entonces  le pidió a Costamagna que realizara la vista Canónica a las Casas Salesianas de la Inspectoría: Buenos Aires, San Nicolás, Rosario, Córdoba, Rodeo Del Medio, Salta, Tucumán y las Casas de la Patagonia. A su regreso vivió en la Casa de Formación de Bernal, participaba de los recreos en el patio, recordaba felices tiempos de Valdocco y dialogaba con los novicios y los salesianos formadores.

En 1921 Monseñor Santiago Costamagna  encargó la nueva edición de sus “Alabanzas a María”, donde entre muchas obras musicales en honor a la Virgen se destacaba el “Venid y Vamos Todos con flores a María”.

Monseñor Santiago Costamagna, se descompensó en el crudo invierno y ya no se repuso, hasta que  falleció en Bernal el 9 de Septiembre de 1921, a los 75 años. Su obra misionera, sus composiciones musicales, sus largos caminos por regiones inhóspitas, desconocidas,  propias de un gigante, expedicionario, investigador y docente, enviado por Don Bosco y luego por Don Rúa, nos seguirán hablando e invitando a continuar la Obra de San Juan  Bosco, en Argentina, en América y en el mundo.

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