por Julio Ortega, SS.CC. (Perú)
4.3. La aventura del Espíritu
ES CAMINO DE ESPIRITUALIDAD
¿Cómo podríamos definir el
concepto de espiritualidad?
En esencia la espiritualidad es vivir bajo la acción del Espíritu.
En palabras del teólogo Hans Urs
Von Balthasar, “la espiritualidad es la actitud básica, práctica o existencia,
propia del hombre, y que es consecuencia y expresión de una visión religiosa de
la existencia”.
Nosotros no podemos entender la
espiritualidad como algo que se añade o algo circunstancial a la persona, sino
que es parte de la esencia misma de nuestra condición de seres humanos.
Por lo tanto, nada en nosotros,
ni actitudes, ni comportamientos, ni las
relaciones pueden quedar al margen de la espiritualidad.
La
espiritualidad, penetra todas las dimensiones de la persona. Tiene que ver con
su identidad, sus valores, lo que da significado, esperanza, confianza y
dignidad a su existencia y se explicita en la relación consigo mismo, con el
prójimo y con cuanto trasciende la naturaleza humana, el misterio de Dios.
Nosotros, como
creyentes y seguidores de Cristo, no podemos hablar de la espiritualidad en
general sino de la espiritualidad
cristiana porque tenemos en Jesús la fuente, la razón, la meta y el
sentido de nuestra vida y de la espiritualidad con que la vivimos.
Nos descubrimos habitados por Dios, y creemos que hay
un sitio en nuestro corazón para Él, y nos descubrimos seres privilegiados por
una relación tan personal. Qué bello es esto sabiéndonos al mismo tiempo 'mendigos de Dios'.
La
espiritualidad cristiana es entonces, y ante todo, un don del Espíritu.
Él es el
“Maestro interior” del camino espiritual de cada persona. Él suscita en
nosotros la sed de Dios (Jn 4,7) y al mismo tiempo sacia nuestra misma sed.
Esa vida «en el
Espíritu» es para San Pablo «vida oculta con Cristo en Dios» (Col 3,3), vida
del «hombre interior que se renueva día a día» (2ºCo 4,16), «vida nueva» (Rm
6,4).
Es el Espíritu
el que hace del cristiano morada de Dios, capaz de acogerle. Es el Espíritu el
que da comienzo a la vida espiritual engendrando al hombre como hijo de Dios.
Los
maestros espirituales se refieren a este espacio interior donde acontece el
diálogo con Dios.
En
los Evangelios, cuando Jesús se refiere a la oración, alude a un lugar secreto,
escondido, habitado por Dios: «Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu
aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará» (Mt 6,6).
4.4. Una aventura QUE ES VIDA ABIERTA
AL ESPÍRITU SANTO
La
consecuencia de todo este dinamismo ha de ser la de indagar lo fascinante que
es vivir la vida estando abiertos al Espíritu Santo que habita en ella. Dios
nos sale al encuentro y nos invita a caminar con Él y a participar de su vida
por medio del Espíritu.
Caminar con Dios
es la experiencia más especial, bella, única que pueda alcanzar el ser humano.
Es expresión de la
esencia de nuestro ser cristianos y forma parte de la experiencia vital y
profunda que da sentido pleno a la vida del creyente.
Por ello, una vida
espiritual intensa implica una constante apertura al Espíritu.
De hecho, como
sugiere Don Vecchi hablando de nuestra espiritualidad salesiana, creemos que
“todo aquello que en el mundo orienta hacia Dios, todo aquello que explícita o
implícitamente invoca la presencia o la intervención de Dios, todo aquello que
empuja a la búsqueda de Dios tiene al Espíritu como fuerza oculta”.
Si bien conocer a
Dios y su búsqueda es más que nuestro propio deseo. Es, ante todo, Don que se
nos brinda y que sintoniza con nuestra condición de buscadores del Absoluto,
por más que tantas veces nuestros pasos sean pequeños e inciertos.
Y
es en esta perspectiva que permanecemos centrados en Jesús para, junto con Él,
recorrer un verdadero camino que sea aventura, novedad, aire
fresco del Espíritu, sabiendo que no es algo destinado a élites sino a toda
persona, todo hombre y mujer, todo joven abierto a Dios; sabiendo que toca la
propia vida de manera decisiva, sabiendo que siempre nos conducirá a un
encuentro más profundo e íntimo con Jesús, notando que se despliegan las
capacidades de la propia persona, que se expresa principalmente en la comunicación
de Dios -Misterio siempre inabarcable-, que nos habla y con el que nos
comunicamos de maneras diversas, que nos lanza siempre a salir de nosotros
mismos e ir al encuentro de los otros viviendo la fe en la actividad ordinaria
de la vida cotidiana. Todo esto sería expresión
de la espiritualidad cristiana.
5. CONDUCIDOS
POR EL ESPÍRITU SANTO
5.1. Jesús 'evento del Espíritu'
La acción del
Espíritu Santo llega a su punto máximo, por designio del Padre, en la persona de Cristo. Toda su existencia es un evento del Espíritu ya desde el
momento de su concepción cuando a María, se le comunica que:
“el Espíritu Santo
descenderá sobre ti, sobre ti extenderá su sombra la potencia del altísimo” (Lc
1,35)
Ya antes del
inicio de su ministerio en Galilea “Jesús recibe el Espíritu y Dios se le
declara Padre amante (Mt 3,17): es constituido Hijo antes de actuar como
apóstol”.
Mientras Jesús se
recoge en oración tras su bautismo “el cielo se abrió y descendió sobre Él el
Espíritu Santo” (Lc 3,21b-22a),
y por medio del Espíritu el Padre lo unge como Mesías y lo presenta como el
Hijo Amado.
Lleno del Espíritu
Santo “es guiado por el Espíritu al desierto...” (Lc 4,1-13)
En el Espíritu,
llegado al desierto, vence las tentaciones y se muestra especialmente Hijo en
el Padre. Siempre en el Espíritu vuelve a Galilea, llega a Nazaret y se
atribuye a sí mismo, y públicamente, la profecía de Isaías “el Espíritu del
Señor está sobre mí” (Lc 4,18)
En
síntesis, estas citas del Nuevo Testamento nos muestran de manera evidente que
la vida de Jesús ha estado marcada por la presencia y acción del Espíritu de
Dios, y que la vida de Jesús fue un aprender a vivir como Hijo del Padre
buscando siempre y en todo hacer su voluntad.
5.2. María,
mujer del Sí, guiada por el Espíritu
María
de Nazaret es la jóven creyente amada de Dios, con quien Dios mismo dialoga por
medio de su ángel, significando o dando a entender que la presencia y acción
del Espíritu se realiza en un encuentro
respetuoso que es propuesta y respuesta. La misma presencia del Espíritu
dependerá, en definitiva, de su sí.
En
Lucas 1, 35 el ángel le comunica el plan de Dios, al que María responde:
“Aquí
está la esclava del Señor, que me suceda según dices. Y el ángel la dejó”
Lc
1,38.
Luego
que María diera el sí, ni se imaginaba cuáles iban a ser los caminos que iba a
recorrer guiada por el Espíritu, pero ella se fió totalmente de Dios.
Estuvo presente en
Caná, en el inicio de la misión del hijo; estuvo al pie de la cruz en el
Calvario, en el momento en que su hijo entregaba su vida; estuvo en oración con
los discípulos después de la resurrección y estaba presente cuando el Espíritu
Santo irrumpe en Pentecostés. Toda la vida de María fue marcada por el sí a
Dios y por la apertura a su Espíritu. “En ella, la Madre , la fe resplandece
como don, apertura, respuesta y fidelidad”.
FICHA DE REFLEXIÓN (grupal o personal)
01. Defina de manera sencilla el concepto de
espiritualidad:
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02. La espiritualidad ¿es algo añadido o
circunstancial a nosotros, o es parte de nuestra esencia como seres humanos?
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03. Defina si las siguientes afirmaciones son verdaderas
o falsas:
- Nuestras actitudes, comportamientos y
relaciones están al margen de la espiritualidad.
- La espiritualidad, penetra todas las dimensiones de la
persona.
-
Nuestra espiritualidad cristiana
tiene a Jesús como su fuente, su meta y razón de vida.
- La espiritualidad cristiana es ante todo, un don del
Espíritu.
04. Es el __________ el que da comienzo a la ________ espiritual
engendrando al ________ como hijo de Dios.
05. ¿Quién hablaba
del “sentir y gustar interiormente de las cosas de Dios”?
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06. Cuando Dios sale a nuestro encuentro, nos hace una doble
invitación:
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07. Una vida __________ intensa implica una constante __________
al Espíritu.
08. ¿Quién
dijo: “...todo aquello que empuja a la búsqueda de Dios tiene al Espíritu como
fuerza oculta”?
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09. La ________ del Espíritu Santo llega a su punto
máximo, por __________ del Padre, en la persona de ________. Toda
su existencia es un evento del __________.
10. Según el Nuevo
Testamento la vida de Jesús:
- Ha
estado marcada por la __________ y acción del __________ de Dios.
- Fue
un __________ a vivir como ________ del Padre buscando siempre y en todo su __________.
11. En María la presencia y ________ del
Espíritu se realiza en un __________
respetuoso que es propuesta y __________.
12. ¿Cuáles son los dos
hechos que marcaron toda la vida de María?
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